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Foto de  16 de septiembre de 1810. Grito de Dolores. México en Carpentier

16 de septiembre de 1810. Grito de Dolores. México en Carpentier

16/9/2020
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí

 En 1923 Carpentier continuará sus colaboraciones en La  Discusión y exactamente el 10 de marzo iniciaría la sección Teatros, la cual finalizaría el 4 de agosto de este año. En esta, su segunda sección fija, comenta los espectáculos teatrales y musicales que se presentaban en los principales teatros habaneros de la época. Entre otros comenta la revista Si yo fuera presidente, estrenada en el Teatro Payret, de La Habana por la compañía mexicana de Lupe Rivas Cacho (1) La Lupe estrena también con éxito la revista Su Majestad Jhimmy (2) la cual según opinó nuestro Carpentier gustó al público por su glorificación del danzón y de la rumba criolla, así como por sus tendencias anti-norteamericanas. Nuestro periodista mayor confiesa haber tenido el placer de oir un danzón tocado a la mexicana. En esta Revista se da a conocer en La Habana el cómico azteca Pompín Iglesias quien según el cronista recitaba pausadamente versos de una maldad verdaderamente sublime. En otra crónica (3) Carpentier admira y reconoce a este gran cómico del teatro ligero mexicano a quien la Compañía de Lupe Rivas Cacho debió en gran parte sus triunfos en la escena habenera. Y esta Compañía mexicana mereció otra crónica (4) de nuestro gran novelista cuando Lupe Rivas Cacho se presentó, nuevamente en el Teatro Payret, con el pintoresco traje de soldadera.

Posteriormente en 1933 la compañía de la Lupe, después de un estruendoso éxito en Marruecos es llevada a París y a Londres por su manager cubano Manuel Richard. Proyecto muy audáz en esos tiempos, sin embargo la Compañía debuta en el Theatre de l’Avennue con el espectáculo Un soir au Mexique, y aunque el público francés rechazaba los espectáculos en otro idioma los críticos compararon a Lupe Rivas Cacho con Margueritte Deval. Según nuestro joven cronista (5) el éxito fue rotundo, los trajes típicos motivaron los mayores elogios, ovaciones ruidosas recayeron en los cuadros de conjunto, y en la escena de La borracha Lupe Rivas Cacho se reveló como una actriz de primera orden, en un género ajeno a la revista. Porque hay que conocer al público francés de estos años para saber lo que significaba que una trupe de artistas extranjeros lograra llenar teatros de París durante 30 noches consecutivas. Y añade el cronista que este espectáculo ayudó a comprender que en los teatros genuinos populares de América se encuentran riquezas nuevas, las cuales dejaban de ser exóticas para los públicos del Viejo Continente, y así  a nuestros valores se les reconocía valor universal.

Carpentier no olvidó a Lupe Rivas Cacho quien aparece mencionada en la parte 8 del capítulo I de La Consagración de la primavera...

Recordemos que en 1931 Carpentier como Jefe de redacción de la revista parisina Imán, dirigida por Elvira de Albear, anunciaba su gran empeño: dar a conocer América en Europa , de modo que América conociera a fondo los valores literarios y artísticos de Europa, no para imitar sino para traducir, con mayor fuerza, nuestros pensamientos y sensibilidades como latinoamericanos. La Compañía de Lupe Rivas Cacho innegablemente satisfizo ese empeño imponiendo en Europa el valor universal del arte popular de América.

Su gusto por el arte mexicano es ya innegable en esas primeras crónicas de 1923, sin embargo su viaje a México en 1926 marca un antes y un después en nuestro gran novelista quien entrevista concedida a Miguel Osorio Cáceres confesara que en ese año:

          “... ocurre un acontecimiento en mi vida, un acontecimiento 

          capital; voy a México invitado muy inesperadamente por el 

          novelista Juan de Dios Bojórquez, y allí encuentro a Diego 

          Rivera, con quien había de ligarme una amistad inmediata, y 

          con José Clemente Orozco. Y en aquel México del año 26, 

        ………donde  se observaban las huellas de la Revolución 

          (...) pude pasar noches y noches charlando con Diego Rivera, 

          viendo la obra de José Clemente Orozco crecer en las paredes, 

          en las murallas conquistadas a la burguesía” (6)

De regreso a La Habana dedicaría sendas crónicas a Diego Rivera y a José Clemente Orozco en las revistas habaneras Carteles y Social. En Carteles (7) dedica su primera crónica a Diego Rivera a quien considera un “renacentista” y  confiesa que la primera vez que Diego le mostró sus frescos lo desconcertó diciéndole: - A mi el arte no me interesa... Lo que me interesa es el comunismo, porque Diego Rivera no creía posible el desarrollo de un arte nuevo dentro de una sociedad capitalista ya que siendo el arte una manifestación social, aún en el caso de la aparición de un artista genial, mal puede un orden viejo producir un arte nuevo.

Carpentier califica a Diego de antiromántico por excelencia, porque el gran pintor mexicano no creía en la inspiración y otros fantasmas adorados en la penumbra perfumada de las torres de marfil:

       “Diego... es insensible a los elogios y las censuras. Sólo le 

       interesa trabajar. Y trabaja con todas sus energías, como un 

       super-obrero, realizando una de las obras más trascendentales de 

       estos tiempos... Porque la fórmula del arte moderno en América 

       Latina se halla en los frescos de este enorme Diego Rivera...

       Su verdadero público es el pueblo, el pueblo para quien trabaja... 

       se enternece contando como obreros y campesinos venían de 

       lejos a ver y contemplar sus pinturas...” 

En Social (8) Carpentier expresaría que “... la obra de Orozco realiza una especie de apostolado pictórico, animada de un espíritu análogo al que originó la pintura religiosa de la Edad Media, pero sirviendo a una nueva y noble causa. Creador para la multitud como las obras del arte revolucionario ruso, esos frescos sólo aspiran a llegar directamente al corazón del pueblo con la mayor elocuencia posible”

Carpentier había inaugurado en La Habana la Exposición Flouquet-Rivera, organizado por “1927” ó sea por la Revista de Avance a la cual siempre le precedía a su nombre, el año de publicación. En esta Revista aparece un fragmento de la semblanza crítica que pronunciara en esa ocasión (9) En ella se refiere al regreso de Diego, en 1921, a un México transfigurado por la Revolución la cual determinó una cristalización triunfal de su personalidad. Diego ante un nuevo orden de ideas tuvo una revelación de su propia fuerza y su arte de Nuestra América. El pintor y maestro aparece en toda su plenitud en los frescos pintados en dos patios del Ministerio de Educación Pública de México. Sinfonía pictórica que Carpentier denomina: sinfonía pastoral, sinfonía heroica, sinfonía de las mil voces, allí queda plasmada una era de la vida mexicana con realizaciones de una fuerza plástica inigualable porque el maestro asigna a la pintura un papel social: hacer arte para la colectividad, en vez de arte para el comprador de la obra de arte.

Su predilección por el arte de Diego quedaría para siempre en algunas de sus mejores crónicas, exactamente ocho, escritas desde 1926 hasta 1966 (10) y publicadas en revistas cubanas como Carteles y Revista de Avance, y en revistas y periódicos de América Latina y Europa tales como Le Cahier, de París; El Nacional, de Caracas; y El Mundo, de La Habana.

A principios de los años 30 defiende a México en crónica publicada en Carteles (11) en la cual critica documental filmado por la escritora y periodista Tytaina en tierras mayas y aztecas. Película de propaganda que considera una visión negativa del forastero respecto a la realidad americana, y vuelve sobre su gran empeño: América Latina debe  hacer  ser más en Europa, así como Europa en América.

Muchos años después su amor a México y su obsesión por el muralismo mexicano y por la Revolución Mexicana, expresados en estas crónicas los haría imperecederos al intertextualizarlos en su gran novela política La Consagración de la Primavera.

En los años 40, exactamente en 1945 viaja a Caracas invitado por Carlos Frías quien le pidió ayuda para fomentar un Departamento de Radio en Caracas.

Esta empresa llega a convertirse en Publicidad Ars en la cual trabaja hasta su regreso a Cuba en 1959.

En ese mismo año 1945  comenzaría sus colaboraciones en El Nacional de Caracas en el cual crea, en 1951, la sección Letra y Solfa, columna diaria que consagra casi en su totalidad a la literatura y a la música, según la intención de su título, y que mantendría durante casi una década.

En ella reseñaría, en unas 1800 crónicas, las obras literarias más significativas de la literatura universal, la historiografía de la música y el arte en el siglo XX, inventos de la época, y vida y obra de grandes figuras. En esta importante etapa de su periodismo dedicó 22 crónicas a México (12)

Entre otras reseñó memorias de cocina y bodega, delicioso libro en torno al arte del buen comer en Europa y América, y el ensayo El canto de Halibut, a propósito de su reedición, ambas del maestro Alfonso Reyes; La vida cotidiana de los aztecas, del etnólogo Jacques Soustelle; la obra del americanista Paul Rivet, sobre los mayas; la filmación de la novela The sun also Arises, de Ernest Hemingway, en los estudios de Churubusco; las crónicas de la Revolución Mexicana de Roberto Blanco Moheno; la obra de Víctor Wolfgang Von Hagen sobre el iniciador de los estudios sistemáticos de la cultura maya, el abogado newyorkino John Lloyd Stephens; y la obra Muertes históricas, de Porfirio Díaz y de Venustiano Carranza; no olvidó el arte de México; volvió a recordar a Diego Rivera, y dedicó tres crónicas a Silvestre Revueltas, ese hombre que se jactaba de no amar la música que hacía pensar, y que fue el creador  de una música que mucho hizo  pensar  a los compositores americanos por la autenticidad de su acento, de su obra comentó su partitura Redes y el Sensemayá inspirado en el Canto para matar la culebra de nuestro Nicolás Guillén; también descubrió lugares tales como la ciudad de México que conoció al final de la Revolución Mexicana; San Juan Teotihuacán ciudad sagrada, en el mágico altiplano de México; las gigantes empresas editoriales en México; el convento de Yanhuitlán, fundado en 1543 por los dominicos; y el parque de La Venta creado por el poeta Carlos Pellicer donde se pueden admirar grandes esculturas olmecas; por último se refirió a los indios de Campeche y Tabasco, en los comienzos de la conquista.

En 1956 a solicitud del actor Jean Louis Barrault escribe una obra de teatro, en francés, La aprendiz de bruja: recuento mural de la conquista de México. Sus personajes reafirman la derrota de quienes no supieron estar a la altura de su tiempo. Carpentier escribe este texto en un momento decisivo de su proceso creador como novelista. Unos años antes, en 1949, había publicado El Reino de este Mundo, con su prólogo fundador de lo real maravilloso, y en 1953 Los Pasos Perdidos, novela que tiene como eje la América entera. Esta vez con la historia mexicana llevada a la escena identifica otra vez su gran empeño: dar a conocer América en Europa para universalizar lo americano.

Después de su regreso a Cuba, al triunfo de la Revolución Cubana en 1959, colabora en el periódico El Mundo. Nuevamente recuerda a Diego Rivera quien independientemente de su obra donara a su pueblo un legado suntuoso e imperecedero: el Pedregal de San Angel. Y bajo el título El legado de Diego (13) Carpentier describe y admira ese raro templo sin dioses, fruto de una tardía y acaso errada vocación arquitectónica del gran pintor mexicano, prodigioso museo poseedor de 57000 piezas de arte mexicano representativas de distintas culturas y civilizaciones.

Tal fue el legado del gigante a su pueblo. Portentosa edificación ajena a los museos tradicionales donde Carlos Pellicer agrupó gran número de piezas, pertenecientes a las mismas culturas y técnicas, para así devolverles su significado primero.

Otras dos crónicas dedicaría a México en este diario habanero Danza de calaveras (14) y Los últimos días Madero (15)

La primera a propósito de un álbum contentivo de una estupenda colección de “calaveras” que unos jóvenes le regalaron en la Feria del Libro Mexicano. Para el cronista las calaveras y sus textos resultan la forma más popular y más mexicana del periodismo, periodismo que en versos se desata contra las injusticias y los abusos de bribones y falsos intelectuales. Expresión de periodismo popular que pregona con la décima criolla cubana.

En Los últimos días de Madero, comenta esta obra homónima de Manuel Márquez Sterling publicada originalmente en 1917 y de la cual la Imprenta Nacional de Cuba lograra una pulcra edición como homenaje al cincuentenario de la Revolución Mexicana.

Carpentier había sido nombrado Subdirector de Cultura del Gobierno Revolucionario, y dos años más tarde, en 1962, sería el Director Ejecutivo de la Editorial Nacional de Cuba. Desde ambos cargos logró que la Imprenta Nacional publicara obras trascendentales, por ello su sabio consejo posiblemente influyó en la decisión de publicar esta obra como homenaje a la Revolución Mexicana. Obra que Carpentier admira en su crónica por lo viviente de un relato escrito, día a día, ante los acontecimientos que se iban sucediendo en torno al destino del Presidente Madero. Y comenta que de un terrible contrapunteo surgía una tragedia a lo Shakespeare protagonizada por Victoriano Huerta y por Henry Lane Wilson, embajador de EE.UU. en México.

Madero habría de ser víctima de uno de los crímenes más indignantes de la historia. Como dato curioso Carpentier destaca en su crónica que la esposa del Presidente Madero abordó a Wilson, y le dijo que otros colegas, de Chile, Brasil y Cuba, se afanaban por evitar la catástrofe a lo que respondió Wilson que él no tenía influencia.

Posteriormente en este mismo periódico recordaría nuevamente a Diego Rivera en otra crónica que tituldra Presencia del gigante (16) con motivo del 80 aniversario de su natalicio.

En 1962 de paso por México, rumbo a París, donde representaría a Cuba en la Asamblea de la UNESCO concede entrevista a Emmanuel Carballo (17) quien la publicaría en el suplemento de Siempre, La Cultura en México, bajo el título La novela descubre un universo mágico. Por la fecha el tema obligado sería El Siglo de las Luces, novela que Carpentier acababa de publicar en México y en La Habana. Y confiesa a Emmanuel Carballo:

          “He hecho una novela en la que, sin renegar de mis habituales 

          procedimientos, doy primicia a las formas sencillas y directas. 

          He hecho lo que yo llamo una novela-novela, en la que se va 

          narrando sin detenerse y con la menor cantidad posible de 

          disquisiciones y de episodios ajenos a lo que es hilo y la trama 

          de la novela misma”

Carpentier, además le advierte a su interlocutor que siempre había tratado de universalizar la temática americana, admite el precepto de Don Miguel de Unamuno hallar lo universal en las entrañas de lo local y en lo circunscrito lo eterno, y plantea que ciertos aspectos de la vida latinoamericana deben verse y escribirse desde un punto de vista universal.

Vuelve una vez más sobre su viejo empeño por universalizar lo americano.

En 1975 recibe el Premio Internacional Alfonso Reyes en Ciencia y Literatura que le fuera entregado por Víctor Bravo Ahuja, Secretario de Educación de México, en la Capilla Alfonsina, y en presencia de Alicia Reyes, hija de Alfonso Reyes, insigne figura de las letras latinoamericanas.

Al recibir este Premio Carpentier expresaría:

           “Mientras el intelectual se ha ido apartando de la gran tradición 

           de los Montaigne, de los Motesquieu, de los Goethe, urgido por 

           una “especialización” no siempre tan necesaria como se cree –   

           salvo en las ciencias, desde luego -, el humanista del tipo de   

           José Martí, del tipo de Alfonso Reyes – haciendo suya la

           famosa divisa de Terencio: “nada humano me es ajeno” – nos  

           mostró que podía surgir en nuestra época, el intelectual de    

           muy ancho enfoque, de muy ecuménica cultura que partiendo 

           de Nuestra América, partiendo – como Reyes – del ámbito del 

           Anáhuac podía desde su mundo, desde lo auténtico y propio, 

           contemplar el universo con mirada latinoamericana, sin 

           apartarse jamás de sus raíces ni de su sensibilidad... (18)

En esta ocasión concede entrevista a Lourdes Galaz para El Sol de México (19) y a Magdalena Saldaña para Excelsior  (20)

A Lourdes Galaz le afirma que Reyes, Orozco y Rivera fueron sus maestros porque le enseñaron a valorizar los logros más auténticos de la nacionalidad mexicana y latinoamericana; le enseñaron a conocer el mundo a través del conocimiento de lo auténticamente americano. Recuerda su primer viaje a México en 1926 el cual fue su primer viaje al extranjero, su primera incursión en la naturaleza americana. A partir de ese año volvió a México más de 30 veces:

          “Hace ya medio siglo tuve la inmensa suerte de conocer, vivir, y 

          ver trabajar a esos gigantes de la pintura universal: Diego Rivera 

          y Clemente Orozco.

          Diego fue uno de mis más grandes amigos, mi gran maestro... 

          Diego y Orozco me enseñaron a conocer el mundo, a valorar los 

          Valores autóctonos, nacionales y auténticos de México... 

          Aprendí que el movimiento iniciado por los grandes mexicanos 

          de la cultura universal era digno de tomarse en ejemplo en toda 

          Latinoamérica...”

Carpentier había conocido a Alfonso Reyes en 1927 con quien inició una gran amistad que continuó después, en París, en 1928-1929. Con Alfonso Reyes también conoció el mundo a través de lo auténticamente nuestro, de lo autóctono, de lo americano. Por ello fue,  su preocupación por lo americano, la fuerza vivificante de la tierra, la magia del paisaje, las mutaciones históricas, los sincretismos culturales. Carpentier reconoció en Alfonso Reyes a uno de sus grandes maestros, entre otras razones, porque Reyes enseñó a los intelectuales americanos a aplicar procedimientos a la altura de las más raras experiencias estéticas y sobre todo a hallar métodos propios.

Con la periodista Magdalena Saldaña una vez más la mirada se le alegra al recordar las noches con Diego Rivera con quien iba a comer posole al café Los Monotes, café que había decorado Orozco, y recuerda el México de 1926, cuando recién transcurrida la Revolución Mexicana y era curioso ver las calles anchas, iluminadas y desiertas.

En conferencia de prensa a propósito de este Premio Carpentier sólo aceptó hablar de libros y escritores. Al periodista Agustín Ramírez le responde sobre los movimientos revolucionarios en sus novelas El Reino de este Mundo, El Recurso del Método y sobre todo en El Siglo... (21), y la periodista Mireya Folch publica en El Sol de México un resumen de esta conferencia (22) bajo el título Las novelas no transforman a la sociedad. En esta ocasión Carpentier declara:

        “La novela no es el mejor medio de denunciar, ni el mejor medio 

        de acción social. Creo... que los libros que han sacudido al 

        mundo a partir del s. XVIII son El Capital, de K. Marx y ElContrato   

        social de Rousseau, y, desde luego, también los escritores 

        políticos de Nuestra América, como la obra de José Martí en 

        Cuba, de un Bolívar en Venezuela, de Juárez, en México...”

Pero Carpentier no solo debió a los grandes de México el conocimiento de lo americano, sino que a México debió, en gran medida, su itinerario editorial (23) y una considerable parte de su bibliografía pasiva y/o crítica. En 1946 el Fondo de Cultura Económica en su Colección Tierra Firme, le publica la primera edición de La Música en Cuba; en 1949 y en 1953 EDIAPSA (Edición y Distribución Iberoamericana de Publicaciones) haría posible las primeras ediciones de El Reino de este Mundo y de Los Pasos Perdidos; en 1958 y 1962 la Compañía General de Ediciones le editaría  Guerra del Tiempo y El Siglo de las Luces; en 1964 la Universidad Nacional Autónoma, en su Colección Poemas y Ensayos, le haría posible la primera edición de sus ensayos Tientos y diferencias; y a partir de 1974 Siglo XXI, Editores S.A., acometería una gigantesca proeza editorial al publicarle Concierto barroco y El Recurso del Método (1974); La Consagración de la Primavera (1978); El Arpa y la Sombra (1979); y La Novela latinoamericana en vísperas de un nuevo siglo y otros ensayos (1981). Proeza que sería coronada en 1983 con el primer volumen de sus Obras Completas, título que Siglo XXI publicara en 14 volúmenes con un promedio de 6 a 8 reimpresiones por volumen.

Además en gran medida la obra carpenteriana ha sido valorada por prestigiosas revistas, suplementos culturales y periódicos mexicanos. Hasta la fecha las revistas Cuadernos Americanos, Diorama de la Cultura, Novedades, Plural, Siempre, Universidad de México y Uno Más Uno han enriquecido su bibliografía pasiva y/o crítica con aproximadamente 70 valoraciones; los periódicos El Día,  Excelsior y El Sol de México con no menos de 34; y los suplementos culturales El Gallo Ilustrado, México en la Cultura, Sábado y La Cultura en México con no menos de 43; cifras implícitas en la Biobibliografía de Alejo Carpentier publicada por la Editorial Letras Cubanas en 1984 y en los suplementos de la misma publicados en 1989 y 1999 respectivamente.

Su bibliografía activa en publicaciones mexicanas (24) incluye numerosas entrevistas; capítulos de El Siglo de las Luces, El Recurso del Método y de La Consagración de la Primavera, aparecidos  antes de las ediciones primeras de estas novelas; y crónicas sobre grandes de la literatura y la música, entre otras la titulada Cuevas y Kafka (25) en la cual se refiere al artista mexicano José Luis Cuevas, a quien se le debe una satisfactoria transposición al terreno plástico del mundo de Franz Kafka, a propósito del libro publicado por la Falcon Press de Filadelfia con el título El Mundo de Kafka y Cuevas, 20 dibujos desarrollados al margen del universo kafkiano. Carpentier considera a Cuevas "el más extraordinario exégeta gráfico de una obra que según la voluntad de su creador debía arrojarse al fuego. Cuevas va a las mismas raíces del genio kafkiano”

Ante esa deuda contraída con México Carpentier destacó la presencia de México en su novelística. Muy especialmente en esa Summa Theológica de su arte que es Concierto barroco (1974) novela que contiene todos los mecanismos del barroquismo simultáneamente y en la cual exalta los valores americanos. Concierto es la Summa del conocimiento aprehendido en una muy extensa bibliografía americana integrada, entre otras obras, por algunas fuentes históricas sobre las que descansa el relato: el Espejo de paciencia; Las confesiones, de Juan Jacobo Rousseau; Montezuma, drama para música (1733), con libreto de Alvise Guiusti para la partitura de Vivaldi; y la Historia de la conquista de México, de Antonio Solis Rivadeneira, entre otras obras históricas. El primer capítulo de Concierto está envuelto en una atmósfera de barroquismo colonial. Carpentier abre y cierra la escena inicial con las palabras “de plata”, metal simbólico de la mayor fuente de riqueza del México virreinal. Un rico minero criollo, un mexicano, nieto de españoles decide recorrer Europa en compañía de su criado indio. Los objetos ornados y el color plateado exteriorizan la suntuosidad y la intención decorativa y pictórica de este capítulo que bien podría considerarse un entrañable homenaje al país que visitó más de 30 veces, y en el cual encontró maestros como Reyes, Orozco y Rivera. Homenaje que permanecería en lo más recóndito de su ser hasta lograr, un año antes de su muerte, la publicación de su gran novela política La Consagración de la Primavera. En la quinta parte del primer capítulo de esta novela traspone de sus crónicas y de su propia experiencia recuerdos del paisaje mexicano, su descubrimiento de la América Continental, el lenguaje de revoluciones desde que una mañana despertara en la transparente región del Anáhuac donde conocería el sombrío, trágico y agónico vigor de José Clemente Orozco y la insólita, descomunal y renacentista potencia creadora de Diego Rivera, a quien vio pintar subido en sus andamios, con el torso desnudo, pistola al cinto, triscando chile y mezclando sus colores  en cubos y potes, lo vio enorme, truculento, fenomenal; y añade al capítulo mexicano de La Consagración... reflexiones sobre la obsesionante Revolución, L’obsédante révolution título con el cual el periódico parísino Révolution diera a conocer por primera vez La Consagración... con este capítulo traducido al francés.

Y también debió al novelista mexicano Carlos Fuentes, una de los más valiosos textos de lo que significó y significa su obra, para la narrativa hispanoamericana. Carlos Fuentes escribe el prólogo de El Siglo de las Luces que publicara la Biblioteca Ayacucho, de Caracas, en 1979, hermosas palabras de quien compartió con Carpentier, en 1960, el jurado del primer Concurso Literario Casa de las Américas:

         “Alejo Carpentier ocupa el centro de la narrativa 

         hispanoamericana. Ese centro es diverso y el cauce de su 

         diversidad es lo que el propio autor denomina “una cierta idea de 

         lo barroco”

         El arte prodigioso de Alejo Carpentier consiste en darle vida a 

         todos los tiempos del hombre. En recordarle a Europa que aquí 

         como allá el pasado tiene un futuro, el futuro tiene un pasado y 

         sin esta conjunción el presente carece de sentido. Sólo se tiene 

         un presente vivo en el instante de la posesión desajenada de 

         todos los tiempos” (26)

Porque realmente Carpentier, nuestro cubano universal, nos legó un arte prodigioso no ajeno al pasado, ni al futuro, por ello su obra será siempre un presente vivo en Cuba, en México y en toda Nuestra América.

(1) Si yo fuera presidente. LA DISCUSIÓN (La Habana) 22 jun., 1923: 3 (Teatro)

(2) Anoche... LA DISCUSIÓN (La Habana) 27 jun., 1923: 3 (Teatro)

(3) Pompín Iglesias LA DISCUSIÓN  (La Habana) 28 jun., 1923: 3 (Teatro)

(4) Anoche en Payret. LA DISCUSIÓN (La Habana) 29 jun., 1923: 3 (Teatro)

(5) Los mexicanos en París. CARTELES (La Habana) 19(38): 14, 64; 31 dic., 1933. il.

(6) De la soledad a la solidaridad. Ent. Miguel Osorio Cáceres. PLURAL (México) en., 1977.

(7) Diego Rivera, pintor mexicano. CARTELES (La Habana) 9 (28): 10, 34; 11 jul., 1926.

(8) El arte de Clemente Orozco. SOCIAL (La Habana) 11(10): 28-29, 82; oct., 1926.

(9) Diego Rivera. REVISTA DE ANACE (La Habana) 1(9): 232-235; 15 ag., 1927.

(10) Véase anexo 1: Bibliografía adjunta.

(11) México según una película europea. CARTELES (La Habana) 17(27): 32, 52; 6 sept., 1931.

(12) Véase anexo 1: Bibliografía adjunta donde se describen las crónicas publicadas en EL NACIONAL (Caracas) 1952-1958.

(13) EL MUNDO (La Habana) 9 dic., 1960.

(14) EL MUNDO (La Habana) 11 dic., 1960.

(15) EL MUNDO (La Habana) 13 dic., 1960

(16) EL MUNDO (La Habana) 3 abr., 1966.

(17) LA CULTURA EN MÉXICO. Suplemento de Siempre, 28 nov., 1962.

(18) Carpentier, Alejo. Palabras al recibir el Premio Alfonso Reyes. GRANMA (La Habana) 28 nov., 1975.

(19) Reyes, Orozco y Rivera fueron mis maestros. Ent. Lourdes Galaz. EL SOL DE MÉXICO, 23 nov., 1975.

(20) Opinar sobre la literatura latinoamericana, difícil por la incomunicación... Ent. Magdalena Saldaña. EXCELSIOR (México) 25 nov., 1975.

(21) Alejo Carpentier sólo aceptó hablar de libros y escritores. Ent. Agustín Ramírez. NOVEDADES (México) 28 nov., 1975.

(22) Las novelas no transforman a la sociedad. Ent. Mireya Folch. EL SOL DE MÉXICO, 28 nov., 1975.

(23) Véase anexo 2.

(24) Véase anexo 1.

(25) MÉXICO EN LA CULTURA 24 abr., 1980. il. 

(26) Fuentes, Carlos. Prólogo. En Carpentier, Alejo. El Siglo de las Luces. --–aracas: Biblioteca Ayacucho, 1979. – p. IX – XIX.

 Anexos

Bibliografía Activa de Alejo Carpentier publicada en México

                                                         1923

Si yo fuera presidente. LA DISCUSIÓN (La Habana) 22 jun., 1923: 3 (Teatro) 

Revista estrenada en el Teatro Payret por la compañía de Lupe Rivas Cacho.

Anoche... LA DISCUSIÓN (La Habana) 27 jun., 1923: 3 (Teatro)

Lupe Rivas Cacho estrenó Su Majestad Jhimmy, revista de tendencias antigringas.

Pompín Iglesias. LA DISCUSIÓN (La Habana) 28 jun., 1923: 3 (Teatro)

Actos de la compañía mexicana de Lupe Rivas Cacho.

Anoche en Payret. LA DISCUSIÓN (La Habana) 29 jun., 1923: 3 (Teatro)

Lupe Rivas Cacho se presentó con el pintoresco traje de soldadera.

1926

Diego Rivera, pintor mexicano. CARTELES (La Habana) 9(28): 10, 34; 11 jul., 1926.

De la vida, pensamiento y obra de este gran artista.

El arte de Clemente Orozco. SOCIAL (La Habana) 11 (10): 28-29, 82; oct., 1926. il.

A la cabeza del título: Creadores de hoy.

“... la obra de Orozco realiza una especie de apostolado pictórico, animada de un espíritu análogo al que originó la pintura religiosa de la Edad Media, pero sirviendo a una nueva y noble causa. Creados para la multitud, como las obras del arte revolucionario ruso, esos frescos sólo aspiran a llegar directamente al corazón del pueblo con la mayor elocuencia posible”

1927

Diego Rivera. REVISTA DE AVANCE (La Habana) 1 (9): 232-235; 15 ag., 1927. il. Toño Salazar y Carlos Enríquez.

Nota de la redacción: p. 232.

AHORA (Santo Domingo, República Dominicana) (1136): 40-43, 80; dic., 1989. il.

Conferencia pronunciada en ocasión de la apertura de la Exposición Flouquet-Rivera, el 20 de junio de 1927.

1928

Anecdotario. CARTELES (La Habana) 12 (53): 16, 57-58; 30 dic., 1928. (Desde París)

Contenido de interés: Dos frases de Diego Rivera.

1929

Diego Rivera et al renaissanae de la fresque au Mexique. LE CAHIER (París) 1 (9): 43-48; septembre, 1929.

1930

La música: arte popular. CARTELES (La Habana) 15(9): 16, 73; 2 mar., 1930. (Desde París)

Contenido de interés: El triste destino de la pintura (La Habana) 15(9): 16, 73; 2 mar., 1930. (Desde París)

Contenido de interés: El triste destino de la pintura [En México, con Diego Rivera, la pintura escapa a este triste destino]

1931

México según una película europea. CARTELES (La Habana) 17(27): 32, 52; 6 sept., 1931.

Acerca de un documental sobre México, tomado en tierras mayas y aztecas por la escritora  y periodista Tytaina. Visión negativa del forastero respecto a la realidad americana. América Latina debe ser más conocida en Europa. Necesidad de hacer nuestras propias películas de propaganda.

Diego Rivera. LE CAHIER (París) décember, 1931.

Datos tomados de: Vásquez, Carmen. Bibliografía. SUD (Marsella) 1982.

1932

La Révoltution mexicaine. LE CAHIER (París) (2) février, 1932.

Datos tomados de: Vázquez, Carmen. Bibliografía. SUD (Marsella) 1982.

1933

Los mexicanos en París. CARTELES (La Habana) 19 (38): 14, 64; 31 dic., 1933. il.

La Compañía mexicana de Lupe Rivas Cacho y su debut en París, por iniciativa de Manuel Richard.

1952

Una estatua ha hablado. EL NACIONAL (Caracas) 19 jun., 1952.

El Director del Museo Nacional de México hace declaraciones acerca de una estatua olmeca que data de 1457 años antes de Cristo.

El arte mexicano. EL NACIONAL (Caracas) 10 jul., 1952.

A propósito de una exposición de arte mexicano en París.

Silvestre Revueltas. EL NACIONAL (Caracas) 17 oct., 1952.

“Este hombre que se jactaba de no amar la música que hace pensar, fue el creador de una música que mucho hizo pensar a los compositores americanos por la autenticidad de su acento”

Redes. EL NACIONAL (Caracas) 19 oct., 1952.

En torno a la partitura de Silvestre Revueltas que da título a esta crónica.

1953

Memorias de cocinas y bodega. EL NACIONAL (Caracas) 6 jul., 1953.

Delicioso libro de Alfonso Reyes en torno al arte del buen comer en Europa y América.

Un fenómeno americano. EL NACIONAL (Caracas) 28 ag., 1953.

Evidente discantinuidad de los movimientos y esfuerzos en el panorama intelectual y artístico de la América. El cronista toma por caso el muralismo mexicano.

1954

El canto del Halibut. EL NACIONAL (Caracas) 4 abr., 1954.

Crónica sobre este ensayo de Alfonso Reyes a propósito de su reedición.

1955

Apología de los aztecas. EL NACIONAL (Caracas) 30 ag., 1955.

Reaparición del etnólogo Jacques Soustelle con su obra La vida cotidiana de los aztecas.

Los marcianos en Campeche. EL NACIONAL (Caracas) 8 dic., 1955.

La posición de los indios de Campeche y Tabasco, en los comienzos de la Conquista, era muy semejante a la del hombre de hoy, que espera la posibles llegada de marcianos a la tierra.

1956

Paul Rivet y los mayas. EL NACIONAL (Caracas) 4 abr., 1956.

Valiosísima contribución del eminente americanista francés.

Los 70 años de Diego Rivera. EL NACIONAL (Caracas) 11 dic., 1956.

Datos en torno a la prolongada permanencia en Europa del eminente muralista mexicano.

1957

México. EL NACIONAL (Caracas) 21 mayo, 1957.

“El mismo México que conocí al final de la Revolución Mexicana aún mal curado de sus heridas, pero ya ecaminado hacia un gran futuro”

Una tarde en Churubusco. EL NACIONAL (Caracas) 22 mayo, 1957.

En torno a la filmación de la novela The sun also avises, de Ernest Hemingway, en los estudios de Churubusco, México.

El mágico lugar de Teotihuacán. EL NACIONAL (Caracas) 25 mayo, 1957.

San Juan Teotihuacán, ciudad sagrada, en el mágico altiplano de México.

Gigante de la edición. EL NACIONAL (Caracas) 5 jul., 1957.

Empresas editoriales en México y New York.

Diego Rivera. EL NACIONAL (Caracas) 26-28 nov., 1957.

A propósito de regresar a su patria.

Datos de su vida y de su obra.

1958

Tesoros ocultos. EL NACIONAL (Caracas) 23 febr., 1958.

En el convento de Yanhuitlán, fundado en 1543 por los dominicos.

Crónicas fidedignas. EL NACIONAL (Caracas) 26 febr., 1958.

Crónicas de la Revolución Mexicana, de Roberto Blanco Moheno.

El parque de La Venta. EL NACIONAL (Caracas) 5 oct., 1958.

Parque creado por el poeta Carlos Pellicer donde pueden admirarse grandes esculturas olmecas. Esta crónica ofrece datos sobre la cultura olmeca.

1959

Hay realidades invisibles en América que el ensayo no ha recogido. Ent. por Elena Poniatowska. NOVEDADES. Suplemento (México) 9 ag., 1959.

Entrevista efectuada en el café El Templete el 28 de julio de 1959.

1960

La Revolución y la novela en Cuba. MÉXICO EN LA CULTURA. 27 mar., 1960. il.

Cuevas y Kafka. MÉXICO EN LA CULTURA 24 abr., 1980. il.

José Luis Cuevas extraordinario exégeta gráfico de Franz Kafka.

El Siglo de las Luces (capítulo) MÉXICO EN LA CULTURA 12 jun., 1960: 5, 10. il.

La juventud de Paul Claudel. MÉXICO EN LA CULTURA 5 jul., 1960: [1], 3. il.

Don Quijote sale otra vez al camino para satisfacer deudas no saldadas. MÉXICO EN LA CULTURA 17 jul., 1960: [1], 4.

El legado de Diego. EL MUNDO (La Habana) 9 dic., 1960: A-4.

El Pedregal de San Angel, museo de Diego Rivera.

Danza de calaveras. EL MUNDO (La Habana) 11 dic., 1960: A-4.

Artículo publicado con motivo de recibir un pequeño álbum de pinturas, regalo de los jóvenes artistas del Taller de Gráfica Popular, en la Octava Feria del Libro, en México.

Los últimos días de Madero. EL MUNDO (La Habana) 13 dic., 1960: A-4.

Nueva edición de este libro de Manuel Márquez Sterling, publicado por la Imprenta Nacional como homenaje a la revolución agraria mexicana.

Anaquillé, una gran obra que esperó 33 años en Cuba. MÉXICO EN LA CULTURA 1960.

Robert Denos, el hombre poeta. MÉXICO EN LA CULTURA 16 en., 1961: [1]. il. 

A la cabeza del título: Una aproximación especial de Alejo Carpentier.

Una conversación con Jean Paul Sartre. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO (6): 11-12; febr., 1961.

Fragmento del diálogo que sostuvo Carpentier con Sartre cuando éste vino a La Habana.

En Praga no hay una piedra muda. MÉXICO EN LA CULTURA 1 oct., 1961: [1]. il. 

1962

Alejo Carpentier responde desde Cuba los cargos del maestro de Columbia sobre encuentro en Concepción. SIEMPRE (México) (462): 4-5; 2 mayo, 1962. il.

A la cabeza del título: Las inadmisibles teorías del Dr. Frank Tannenbaum.

Manuel Saumell, padre de la música cubana. SIEMPRE (México) (467): 39, 70; 6 jun., 1962. il.

Crónica sobre el padre del nacionalismo musical cubano.

El contrato social cumple 200 años. SIEMPRE (México): 5, 27; jun., 1962. il.

A la cabeza del título: Juan Jacobo Rousseau.

Fragmento de una novela de Alejo Carpentier: pluralidad de las playas. SIEMPRE (México) (476): VI-VII; 8 ag., 1962. il.

De El Siglo de las Luces.

El ilustre teatro de los bufos cubanos. SIEMPRE (México) (487): XIV; 22 ag., 1962. il.

La novela descubre un universo mágico. Diálogo con Alejo Carpentier por Emmanuel Carballo. LA CULTURA EN MÉXICO. SUPLEMENTO DE SIEMPRE (México) (41): IV-V; 28 nov., 1962. il.

El Siglo de las Luces (fragmento) LA CULTURA EN MÉXICO. Suplemento de SIEMPRE (México) (41): II-IV; 28 nov., 1962. il.

1963

Con Alejo Carpentier, un grande de las letras. Ent. por Luis Suárez. SIEMPRE (México) (543): 44-45; 20 nov., 1963. il.

Hemos pasado del costumbrismo a la épica latinoamericana. Ent. por Elena Poniatowska. SIEMPRE (México) (97): II-V; 25 dic., 1963. il.

1966

Presencia del gigante. EL MUNDO (La Habana) 3 abr., 1966: 1, 8.

Con motivo del 80° aniversario del natalicio de Diego Rivera.

1967

La canción de la isla recuperada. SIEMPRE  (México) (283): II-III; 19 jul., 1967.

Este texto apareció posteriormente como postface en la edición francesa del poemario Con las mismas manos, de Roberto Fernández Retamar.

1969

Entrevista con Alejo Carpentier, por Klaus Müller-Bergh. CUADERNOS AMERICANOS (México) 28(4): [141]- 144; jul.-ag., 1969.

1973

Del mito, de la magia, de la fantasía, habla Alejo Carpentier. El conocido escritor cubano habla de sus planes y obras. Ent. por Jacobo Zabludousky. SIEMPRE (México) (1048): 44-45; 25 jul., 1973. il.

1974

El Recurso del Método (capítulo) LA CULTURA EN MÉXICO. Suplemento de SIEMPRE (México) 10 abr., 1974: II-VIII. il. 

El pícaro latinoamericano: general de cuatelazos, presidente de elecciones amañadas y las más de las veces, dictador. Ent. por Luis Macías Cardone. DIORAMA DE LA CULTURA (México) 14 abr., 1974: 6-7. il.

El Recurso del Método (capítulo) Nota por Florencio Sánchez Cámara. NOVEDADES (México) 28 abr., 1974: 3-4. il.

Alejo Carpentier: el recurso a Descartes. Ent. por Miguel F. Roa. EL DÍA (México) 19 jun., 1974: 16.

Publicado bajo el título: He tratado de hallar el vocabulario que exprese a Latinoamérica.

Sobre su novela El Recurso del Método.

La ópera vista por Carpentier en El Recurso del Método (fragmento) REVISTA DE BELLAS ARTES (México) 12-18; jul.-ag., 1974. il.

Nunca he utilizado para herir, sólo creo en la literatura que construye. Ent. por Ignacio Solares. DIORAMA DE LA CULTURA (México) 13 oct., 1974: 2-4. il.

Concierto barroco. – México: Editorial Siglo XXI, Editores S. A. [1974]. – 92 p.: il.

Véase capítulo I

1975

Reyes, Orozco y Rivera fueron mis maestros. Ent. Lourdes Galaz. EL SOL DE MÉXICO 23 nov., 1975: [1], 8. il.

Opinar sobre la literatura latinaomericana, difícil por la incomunicación. Ent. Magdalena Saldaña. EXCELSIOR (México) 25 nov., 1975.

En el acto de entrega del Premio Alfonso Reyes.

Palabras de Alejo Carpentier con motivo de haber recibido el Premio Internacional Alfonso Reyes otorgado por la presidencia de la República de México. GRANMA (La Habana) 27 nov., 1975: 6. il.

Alejo Carpentier sólo aceptó hablar de libros y escritores. Ent. por Agustín Ramírez. NOVEDADES (México) 28 nov., 1975.

Las novelas no transforman a la sociedad, dice Carpentier. Ni Víctor Hugo pudo lograrlo, exlamó el escritor. De una conferencia de prensa por Mireya Folch. EL SOL DE MÉXICO 28 nov., 1975: 9. il.

Opinar sobre la literatura latinoamericana, difícil por la incomunicación. Ent. por Magdalena Saldaña. EXCELSIOR (México) 25 nov., 1975.

Un buen libro documental es mucho más efectivo que una novela en el plano social. Ent. por Macario Matus. EL DÍA (México) 1 dic., 1975.

1976

De La Consagración de la Primavera. EL GALLO ILUSTRADO (México) (739): [10-11]; 22 ag., 1976. il.

1977

El cine cubano es el producto auténtico de la Revolución. Ent. por Jorge Timossi. EL DÍA (México) 13 en., 1977.

Carpentier, de la soledad a la solidaridad. Ent. por Miguel Osorio Cáceres. PLURAL (México) (64): 34-39; en., 1977. il.

1978

Habla Alejo Carpentier de los novelistas latinoamericanos por roberto Jaimes. OVACIONES (México) 1978.

1979

La Consagración de la Primavera. – México: Siglo XXI Editores [1978]. – 576 p.

Véase parte 5 del capítulo I.

   1980

La úñtima entrevista con Alejo Carpentier. SÁBADO. Suplemento de UNO MÁS UNO (México) (130): 17; 3 mayo, 1980.

Tomado de La Vanguardia, de Barcelona.

Crónicas mexicanas. SIEMPRE (México) (1403): II-V; 14 mayo, 1980. il.

Contiene: Presentación. Creadores de hoy: El arte de José Clemente Orozco. Un boceto Mendaz. Danza macabra. Soldados y soldaderas. Estética revolucionaria Diego Rivera, pintor mexicano. Los mexicanos en París. México, según una película europea.

Lóbsédante révolution. RÉVOLUTION (París) (36): 36.27; au 7 novembre au 13 novembre, 1980. il.

México y los murales de Diego River y de José Clemente Orozco en La Consagración de la Primavera.

Varèse en vida. PLURAL (México) (111): 2-8; dic., 1980.

Plural publica uno de sus últimos ensayos como homenaje a su memoria.

1985

La aprendiza de bruja (drama en tres actos) (1956) Trad. Del francés Carmen Vásquez. TABLAS (La Habana) (4): 2-28; oct.-dic., 1985. il. (Libreto n° 8)

Obra escrita en 1956 a solicitud de Jean Louis Barrault.

Discos nuevos. EL NACIONAL (Caracas)

El Sensemayá de Silvestre Revueltas, inspirado en el canto para matar la culebra de Nicolás Guillén.

Explorador maya. EL NACIONAL (Caracas) 

Título de la obra de Víctor Wolfgang Von Hagen donde narra la historia del abogado newyorkino John Lloyd Stephens a quien se le puede considerar el iniciador de los estudios sistemáticos de la cultura maya.

La muerte de Hugo, Juárez y Carpentier. [Carta de A. C. Al Sr. José Pagés Llergo] SIEMPRE (México) S. A.

La sombra de Don Porfirio. EL NACIONAL (Caracas)

Acerca de la obra Muertes históricas, de Martín Luis Guzmán. Narra las muertes de Porfirio Díaz y de Venustiano Carranza.

Itinerario editorial mexicano 

Obras Completas. – [México]: Siglo XXI Editores S.A. [1983-] 14 v. – (La Creación Literaria)

Cada volúmen con un promedio de 6 a 8 reimpresiones.

1946

La música en Cuba. – México: Fondo de Cultura Económica. 1946. – 282 p. – (Colección Tierra Firme; 19) Otra ed. mexicana: 1972.

1949

El Reino de este mundo. – México: Edición y distribución Iberoamericana de Publicaciones, 1949. – 198 p.

México: Compañía General de Ediciones, 1967. – 198 p.

México: Organización Editorial Mexicana, 1993. – 30 p.

1953

Los Pasos Perdidos. – México: Edición y Distribución Iberoamericana de Publicaciones, 1953. – 336 p. – (Autores Hispanoamericanos Contemporáneos)

8 ediciones (1966-1970)

México: Compañía General de Ediciones [1959]. – 288 p. – (Colección Ideas, Letras y Vida)

1958

Guerra del tiempo: tres relatos y una novela. – México: Comapñía General de Ediciones, [1958]. – 275 p. – (Colección Ideas, Letras y Vida)

Alcanzó 9 ediciones (1958-1972)

México: Alianza Editorial, 1993. – 95 p. – (Alianza Editorial, Cien; 2. Libro de Bolsillo; 1293)

1962

El Siglo de las Luces. – México: Compañía General de Ediciones [c. 1962]. – 300 p. – (Colección Ideas, Letras y Vida)

Alcanzó 5 ediciones (1962-1969)

1964

Tientos y diferencias: ensayos. – México: Universidad Nacional Autónoma, 1964. – 149 p. – (Colección Poemas y Ensayos)

1974

Concierto barroco. – México: Editorial Siglo XXI, Editores S. A. [1974]. – 92 p.: il.

Alcanzó 13 ed. en México (1974-1981)

El Recurso del Método. – México: Siglo XXI Editores S. A., 1974. – 343 p.

Alcanzó 30 ediciones en México (1974-1988)

1978

La Consagración de la Primavera. – México: Siglo XXI Editores [1978]. – 576 p.

Alcanzó 9 ediciones (1978-1979)

1979

El Arpa y la Sombra. – México: Siglo XXI Editores, 1979. – 227 p.

Alcanzó en este mismo año 4 ediciones.

1981

La novela latinoamericana en vísperas de un nuevo siglo y otros ensayos. – [México]: siglo XXI Editores S. A., [1981]. – 253 p.: il.   


Foto de 16 de septiembre de 1810. Grito de Dolores 16 de septiembre de 1810. Grito de Dolores