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Foto de Concurso Leer a Martí 2000. Martí, un maestro por siempre.

Concurso Leer a Martí 2000. Martí, un maestro por siempre.

14/11/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Este niño fue ganador del Concurso Leer a Martí en el año 2000, tenía 12 años y estaba en 7mo grado y vivía en la provincia de Santiago de Cuba, que bonito lo que escribió en aquel entonces, disfrútenlo.


El maestro que cura

Víctor Luis Díaz Godínez

Al leer este trabajo piensen en un niño que fue muy triste y el cual, leyendo los escritos de Martí, encontró nuevamente la felicidad perdida y por eso ahora anda, canta y ríe como lo hacen los demás niños para poder ser como dijo el Maestro, la esperanza del mundo.

Dice mi mamá que desde que yo era muy pequeñito, cuando tenía apenas 4 años, se había despertado en mí una enorme curiosidad por querer saberlo todo; que la llenaba de preguntas a las cuales ella casi no encontraba respuesta que yo pudiera entender con mi corta edad, y dice que una vez se sorprendió cuando yo le pregunté que por qué de los huevos de las gallinas salen pollitos, y que por qué razón si la tierra es redonda y gira, no se caen del aparador los platos y los vasos; y que así llenaba de extrañas preguntas hasta que llegó aquel triste día en que me enfermé y como consecuencia de ese padecimiento, casi no crezco ni me desarrollo físicamente igual que los demás niños de mi edad por lo que comencé a acomplejarme

A partir de esos momentos, yo lo recuerdo bien, casi no conversaba y me alejaba de mis amiguitos, y una sombra de tristeza se leía siempre en mi rostro. Sólo una cosa hacía con deseos: leer

Para ese entonces mi ´´seño´´ me había regalado una Edad de Oro dedicada, la cual guardo con mucho amor junto a una nueva que recibí con la firma de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro y leía y leía sin descanso

Comencé a sentir un ligero alivio cuando leí ´´3 héroes´´, ya que aprendí de las grandes acciones y batallas libradas por Bolívar, de su valentía y decisión, a pesar de ser un hombre de estatura pequeña

Casi sin darme cuenta comencé a leer el cuento ´´Meñique´´ y qué curioso, mi imaginación voló y voló y me vi de pronto metido dentro del cuento como un personaje más además de Pedro, Pablo y del pequeño Juan al que todos llamaban Meñique por su tamaño, igual que como me dicen a mí mis compañeritos en la escuela por la misma razón, y con el cual inicié una sincera amistad que durará para siempre. A medida que iba leyendo sentía la curiosidad por llegar a la parte donde yo actuaba, pues quería saber si ponía en práctica las cosas lindas que he aprendido como son la bondad, la nobleza, la sencillez y la inteligencia para actuar

Qué propiedades más bonitas y qué placer nos da la imaginación. Al fin me vi al lado de Meñique, los 2 casi del mismo tamaño y con las mismas inquietudes y curiosidades por querer saberlo todo. Juntos encontramos el haca cargada la cual cargamos entre los 2, y juntos también encontramos la nuez de la cual brotaban limpias y cristalinas las aguas en enormes cascadas por las cuáles nos rodábamos como si fueran los canales del parque de diversiones. Que feliz me sentía en este fantástico mundo con mi noble y sincero amigo Meñique con el cual seguí viajando en busca del gigante, ese otro personaje al que todos tenían mucho miedo por la terrible apariencia que tenía y por lo enorme de su tamaño. Qué tremenda sorpresa me causó al ver que tenía mucho tamaño, pero muy poca inteligencia y astucia para actuar; era grande por gusto

Aquí detuve mi lectura y con ella el viaje y debo confesarles que había cambiado ya mi forma de pensar, pues esto último que leí me dejó una gran enseñanza y me dio una bonita lección

Aprendí que el valor de las personas no está en su tamaño, sino en el modo de ser y actuar. Desde entonces ya yo no soy el niño que sufre porque crece poco, por eso le doy las gracias a Martí por haber curado mis sentimientos con el mensaje de sus escritos y cada mañana deposito en su busto de la escuela una flor fresca para que siempre esté en mi memoria

La lección que he aprendido es el incalculable valor que tiene la lectura de los escritos martianos. Por eso este cuento y este libro son para mí el símbolo de la esperanza, y la gran medicina que me ha curado el alma, y que me ha enseñado que la curiosidad y la inteligencia andan juntas por la vida, sólo hay que saberlas encontrar, y como el Maestro me dio esta oportunidad, yo se las brindo a los niños que como yo tengan algún padecimiento similar: lean los escritos de Martí, verán que al igual que yo lograrán una verdadera cura: la de los sentimientos

Doy gracias a Martí por haberme devuelto con el mensaje de sus escritos la felicidad perdida y le entrego todo mi corazón.