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Foto de Concurso Leer a Martí 1998. Siempre martiana.

Concurso Leer a Martí 1998. Siempre martiana.

24/11/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Lean que bonito relato hizo una niña con tan solo 12 años estando en 7.º grado y de la provincia de La Habana, fue ganadora del Concurso Leer a Martí en el año 1998

(Escapada…)

Lídice Maceira Quintanal

Escapada de la campana de cristal que guarda con celo los zapaticos de rosa que nos regalara Martí para los niños de América, abro hoy mi pensamiento y acción para desde mi tribuna pioneril que es el aula, la escuela, mi barrio, mi ciudad, dar rienda suelta al amor y la esperanza y hacer un breve recuento de lo que he aprendido a lo largo de mi corta vida, de la obra del Maestro.

Recuerdo en mi memoria que lo primero que aprendí a recitar fue ´´La rosa blanca´´ y con ella he transitado por la vida, acompañada de Meñique, Nené traviesa, Piedad, Bebé y el señor Don Pomposo, y tantos otros relatos maravillosos que me hacían ser cada día más martiana, más comprometida con ese bello libro que es La Edad de Oro, que es decir ser mejor en la vida y en la obra cotidiana, porque desde la pequeña estatura de una pionera de pañoleta azul se puede ser grande en pensamiento cuando este esté guiado por la fuerza del ejemplo que emanaba de nuestro José Martí.

Pasaron los años (no muchos porque aún soy muy joven) y en este tránsito por la vida, y ya con mi pañoleta roja anudada al cuello, otros fueron los amores que conocí y de ahí parte mi amor por los Versos Sencillos. Cómo poder borrar de mi mente, la bailarina española, la niña de Guatemala, y tantos versos hermosos que nos enseñan a amar la poesía como algo muy elevado del ser humano.

Ya hoy, vestida con mi uniforme blanco-amarillo y el sello que me identifica como pionera de Secundaria Básica otros son los intereses martianos que persigo, me interesa ver su pensamiento antimperialista, porque nos enseñó a ver al Norte ´´revuelto y brutal´´ como él calificaba a los Estados Unidos, como el mayor enemigo de la humanidad.

Martí entre los antimperialistas de su época fue el más ardiente, el más sagaz, el más firme, el que dejó a las generaciones venideras el camino a seguir en la unidad americana y la acción antimperialista vigente hoy y engrandecida en el ejemplo de la Generación del Centenario, en aquel inolvidable Girón, en la diaria batalla del pueblo cubano que lleva prendida en sus corazones las doctrinas del Apóstol.

Martí trazó una nueva organización de tipo partidista en la que primaba lo revolucionario, la organización y dirección de una revolución que realizara cambios para beneficio de todos, creó las bases y los estatutos progresistas entre tabaqueros, artesanos y obreros cubanos. Así acabó de hacer su entrada en la historia el 1.er partido revolucionario antimperialista.

Plena conciencia tenía Martí de los peligros que nos acechaban por la cercanía del poderoso vecino imperial y es por ello que llama a la guerra de liberación necesaria sobre la base de la unión de todos los hombres de buena voluntad, para así poder construir una república libre e independiente.

Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, - puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. 

No sería posible la realidad del estudio de la obra martiana si no hiciéramos un reconocimiento especial al hombre que nos enseñó a amar a Martí, amar sus ideas y su obra literaria, nuestro Fidel es su mayor continuador y hoy en este- su momento- alza su voz para enfrentar al imperialismo y su cruel bloqueo yanqui a nuestro pueblo.

Hoy y en el futuro, leer a Martí tiene una gran importancia, puesto que nos ha enseñado a amar a la Patria, a vivir pegados a nuestras raíces, que es lo mismo que decir vivir unidos a su ideario, a nuestros padres, a nuestros maestros, a todos aquellos que tienen en su diaria labor una actitud que lo identifica con su ideario. Porque leer a Martí es eso, aprender a vivir con honestidad, con pureza, con pasión por los humildes, con amor a los presentes, al pasado y a los que vendrán.

Martí fue un hombre de su tiempo, de nuestros tiempos, de todos los tiempos. Su preocupación por la humanidad y sus puntos de vista sociales, políticos y económicos lo colocan a la altura de cualquier momento de nuestra historia. La vigencia antimperialista de Martí la encontramos hoy, cuando vemos niños como nosotros que tienen que empuñar las armas para defender sus tierras. Pero los niños cubanos sentimos en nuestros corazones la sombra del águila imperial provocada por el bloqueo yanqui.

Por todo esto y para que el pensamiento martiano continúe siendo el resorte que impulsó a la Generación del Centenario, el que impulsa a la generación actual y el ejemplo imperecedero para todos los pioneros cubanos, mantenemos en nuestros corazones de fieles seguidores de su obra, sus libros, sus poemas, su ideario, su mayor batallar para que Cuba sea el faro de luz que ilumina las causas justas de la humanidad. Y para que siempre viva Martí en nosotros mantenemos en nuestras almohadas sus libros y con ellos soñamos que desde la Estrella Azul nos mira y se sonríe agradecido por el bien que hacemos a diario a nuestros hermanos, a nuestros amigos a quienes no enseñan a amar su obra y la vida que nos enseñó a respetar y querer, sentados hoy y por siempre a la sombra de un ala con sus libros y con el amor por la Humanidad.

Para leer a Martí, doy gracias a la vida por ser cubana, por ser humana que es decir ser siempre martiana.