Noticias

Buscar noticia

Mes
Año
Término de búsqueda

Foto de Concurso Leer a Martí 1998. Encuentro martiano

Concurso Leer a Martí 1998. Encuentro martiano

30/11/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Hoy creo les gustará leer esta obra que tiene un sentido histórico, es de un niño de 6.º grado, con solo 11 años y que fue ganador en el 1998 del Concurso Leer a Martí, él es de Ciudad de La Habana y estaba en la escuela Juan Triana

Un encuentro con Martí

Pavel Sánchez González

No conocí a Martí. ¡Cuánto me hubiera gustado estrechar su mano y hablarle de todo lo que hizo por la libertad de Cuba! Y sobre sus numerosos viajes a que lo obligó el exilio. Asombra saber que solamente vivió 42 años y en tan corto tiempo cuántas cosas interesantes escribió.

No conocí a Martí. Pero sé que publicó en la revista La Edad de Oro cuentos para niños y consejos de cómo debían comportarse y estudiar para ser hombres útiles en el futuro. Fue profesor de la Escuela Normal de Guatemala y representante diplomático de Uruguay. Escribió artículos para los periódicos y cartas a familiares y amigos, y bellos versos donde expresaba siempre sus sentimientos más íntimos de amor, de amistad y sinceridad.

No conocí a Martí. Pero a través de sus textos he aprendido a quererlo como a un padre o a un maestro que nos educan y enseñan las cosas más importantes de la vida, como amar a la patria y conceptos de amistad y solidaridad.

No conocí a Martí, pero ese hombre de La Edad de Oro es mi amigo y le haré una entrevista sobre temas que me interesan y que puedan ayudar a los jóvenes de hoy a ser mejores cubanos como lo fue él.

Maestro, usted amó entrañablemente a su madre, ¿cómo se despidió de ella cuando partió hacia la guerra necesaria como usted le llamó el definitivo intento de librarnos del yugo español?

-Hoy, 25 de marzo, en vísperas de un largo viaje estoy pensando en Ud. Yo sin cesar pienso en Ud. Ud. se duele, en la cólera de su amor, del sacrificio de mi vida; y ¿por qué nací de Ud. con una vida que ama el sacrificio? Palabras, no puedo. El deber de un hombre está allí donde es más útil. Pero conmigo va siempre, en mi creciente y necesaria agonía, el recuerdo de mi madre.

Abrace a mis hermanas, y a sus compañeros. ¡Ojalá pueda algún día verlos a todos a mi alrededor, contentos de mí! Y entonces sí que cuidaré yo de Ud. con mimo y con orgullo. Ahora, bendígame, y crea que jamás saldrá de mi corazón obra sin piedad y sin limpieza.

La bendición.

Los obligados exilios en los que transcurrió su fecunda vida hicieron que viviera siempre separado de su amantísimo hijo al que usted llamó en un bello verso mi ´´príncipe enano´´. ¿Cómo le hizo saber su decisión de partir hacia Cuba el 1 de abril de 1895?

-Hijo:

Esta noche salgo para Cuba: salgo sin ti, cuando debieras estar a mi lado. Al salir, pienso en ti. Si desaparezco en el camino, recibirás con esta carta la leontina que usó en vida tu padre.

Adiós. Sé justo. 

Don Rafael María de Mendive fue su mentor, quien le ayudó a costear sus estudios en el Colegio San Pablo de la calle del Prado. ¿Pudiera Ud. decirme como lo recuerda?

-De su vida de hombre yo no he de hablar, porque sabe poco de Cuba quien no sabe cómo peleó él por ella desde su juventud, con sus sonetos clandestinos y sus sátiras impresas; como dio en España el ejemplo más necesario hoy que nunca, de adquirir fama en Madrid sin sacrificar la fe patriótica, cómo empleó su riqueza, más de una vez, en hermosear a su alrededor la vida, de modo que cuanto le rodeaba fuese obra de arte, y hallaran a toda hora cubierto en su mesa los cubanos fieles y los españoles generosos; cómo juntó, con el cariño que emanaba de su persona, a cuantos, desagradecidos o sinceros para con él, amaban como él la patria, y cómo el escribían de ella. 62

Juan Gualberto Gómez fue matancero, hijo de esclavos, que se esforzó mucho por adquirir una educación casi imposible en los hombres de su raza, ¿qué cualidades vio usted en él que le valieran su simpatía y respeto?

-Singular es el valer del nuevo socio de la Económica. Él sabe amar y perdonar, en una sociedad donde es muy necesario el perdón. Él quiere a Cuba con aquel amor de vida y muerte, y aquella chispa heroica, con la que ha de amar en estos días de prueba quien la ame de veras. Él tiene el tesón del periodista, la energía del organizador, y la visión distante del Hombre de Estado. Pero nuestro júbilo no es tanto por la justicia que se tributa a un cubano distinguido, como por la preocupación que se deriva con motivo de su noble persona con el acomodo de las relaciones sociales de las razas de Cuba a la justicia natural, que estallaría si no se le abriese campo oportuno; y porque este reconocimiento cordial del mérito del cubano negro, es anuncio feliz de que los hombres equivocados de Cuba, al sentir muy pesada ya la opresión sobre sus cabezas, entienden y amar mejor a los cubanos más oprimidos, y con cuya ayuda han de levantar la patria. 63

Tenía usted tan solo 16 años cuando cumplió una condena de 6 años con un grillete al tobillo en las canteras de San Lázaro; de lo profundo de su corazón, tiempo después, brotaron páginas bellísimas que publicó en España en 1871; ¿pudiera usted recordar para los cubanos de hoy los primeros párrafos de tan conmovedora realidad?

-Dolor infinito debía ser el único nombre de estas páginas. Dolor infinito, porque el dolor del presidio es el más rudo, el más devastador de los dolores, el que mata la inteligencia y seca el alma, y deja en ella huellas que no se borrarán jamás.

Nace con un pedazo de hierro; arrastra consigo este mundo misterioso que agita cada corazón; crece nutrido de todas las penas sombrías, y rueda, al fin, aumentado con todas las lágrimas abrasadoras.

Dante no estuvo en presidio.

Si hubiera sentido desplomarse sobre su cerebro las bóvedas oscuras de aquel tormento de la vida, hubiera desistido de pintar su Infierno. Los hubiera copiado, y lo hubiera pintado mejor. 

Maestro, ¿qué le aconsejaría usted a los jóvenes de hoy que les dan mucha importancia a las formas de vestir?

- (La elegancia) está en el buen gusto, y no en el costo. La elegancia del vestido, -la grande y verdadera, -está en la altives y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma. Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera. Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco. Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz.

Procurará mostrarse alegre, y agradable a los ojos, porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí. 65

¿Cómo le gustaría terminar esta entrevista?

-Me gustaría decir: ´´los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo´´. 

Muchas gracias, Maestro.