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Foto de 120 Aniversario BNCJM-Tesoros .El médico francés que amaba los peces.

120 Aniversario BNCJM-Tesoros .El médico francés que amaba los peces.

30/11/2020
Por: Olga Vega García, Biblioteca Nacional José Martí

De libros antiguos de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí está llena de sorpresas en  las que realidad y fantasía se funden con frecuencia. Representativos de un momento en que el auge acelerado de las ciencias y la maestría de los ilustradores se entremezclan, la singularidad de estos raros y preciosos materiales gráficos no sólo despertó el interés de los lectores de aquella época sino que ha trascendido a las primeras décadas  del Siglo XXI.

El ejemplar seleccionado en esta oportunidad es un tratado de ictiología, o sea de la rama de la Zoología dedicada al estudio de los peces. Aunque existieron descripciones de ellos hechas por Aristóteles, no es hasta el Siglo XVI que con Rondelet se enriquece su conocimiento gracias a la obra a que haremos referencia.

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RONDELET, GUILLAUME, 1507-1556. Histoire entière des poissons, composée premièrement en latin par Maistre Guillaume Rondelet, maintenant traduite en françois, [par Laurent Joubert]. -- Lion : Par Mace Bonhome a la Masse d’Or, 1558. – 2 t. en 1 v. 

La edición está profusamente Ilustrada; se repite en cada una de sus dos partes el retrato del autor y la marca tipográfica; aparecen muchas viñetas, letras capitales de gran tamaño y numerosos grabados en madera de diversas dimensiones. 

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Guillaume Rondelet, fue un médico y naturalista francés que alcanzó la celebridad fundamentalmente por sus trabajos sobre peces. Nació un 27 de septiembre de 1507 en Montpellier y murió un 30 de julio de 1566. Inició  estudios eclesiásticos pero al no tener vocación se trasladó a París en 1525 para comenzar en la carrera de Medicina. Regresó a su ciudad natal cuatro años más tarde y ejerció su profesión en Provenza pero retornó luego a París como preceptor del hijo de una distinguida familia.

Ya de nuevo en Montpellier obtuvo el título de doctor en 1537. Diez años después se convirtió en profesor de la Facultad de Medicina de dicha ciudad, y allí contribuyó a la preparación de muchos científicos de su época. Participó activamente en la construcción de un anfiteatro en esa facultad en 1554, el cual le permitió hacer sus demostraciones con la disección de cadáveres. 

Llegó a ser el médico particular del cardenal François de Touron, al que acompañó en diferentes viajes, especialmente por Italia y los Países Bajos, lo que contribuyó sin lugar a dudas a ampliar su conocimiento, al recoger  información de primera mano, de vital importancia para la redacción de sus obras. 

Entre las que se han publicado se citan: De piscibus marinis, libri XVIII, in quibus veræ piscium effigies expressæ sunt (1554, Lyon); Universæ aquatilium historiæ pars altera, cum verisipsorum imaginibus (1555); Histoire entière des poissons (1558, Lyon); y Methodus de materia medicinali et compositione medicamentorum Palavii (1556).

De todas ellas, sin lugar a dudas, la que le dio celebridad internacional fue la Historia de los peces, en sus versiones, latina primero, Libri de Piscibus Marinis, y francesa después.  Brunet señala que la traducción posterior es inclusive un poco más buscada que la príncipe, en latín, y que ambas son notables por la bella ejecución de sus grabados en madera.       

En la dedicatoria del traductor –el también médico francés Laurent Joubert, sucesor de Rondelet a la muerte de éste (1529-1582) y en el prólogo de esta edición,  es posible apreciar el diseño de la página, el uso de las orlas y las capitales, la combinación de tipos de letras, que son buena muestra de la maestría de Mace (Mathieu) Bonhomme, radicado en Lyon, cuya marca tipográfica aparece grabada según el estilo de la época. 

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Para facilitar la búsqueda de los nombres específicos concluye su libro con índices auxiliares alfabéticos en varios idiomas: francés, italiano, español, latín y griego, entre otros.

En lo que respecta al cuerpo de la obra el diseño de la página es digno de admiración, combinándose orlas, letras de varios tamaños y las xilografías, identificadas con un pie de grabado colocado en la parte superior, donde se explica de manera sucinta la especie de la que se trata. El francés antiguo, con su ortografía en proceso de evolución es legible, y los textos son amenos no obstante tratarse de un libro científico.

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Aunque el título se traduce literalmente como Historia completa de los peces… se incluyeron en la obra otras especies y el  concepto de pez se extendía según el criterio de entonces a todo tipo de especie acuática y en este caso se describen las características de cerca de 240 piezas, incluyéndose indicaciones sobre los hábitos alimentarios o la forma de cocinar las que eran comestibles. Los tipos de peces, por supuesto, abundan, clasificándose en peces de lagos, de ríos, de mar, u otros que viven parcialmente en el agua y en la tierra.

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También se representan cetáceos como el delfín, reptiles como el cocodrilo, o moluscos como la serie de caracoles.

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No faltan tampoco los crustáceos y quelonios. Sería interminable continuar mostrando ilustraciones dado el alto número de ellas que se incluyen. Un detalle importante es que no se consigna el nombre del ilustrador en la bibliografía consultada, lo que resultaba común en estos siglos. Planchas de libros anteriores se repetían o se realizaban otras nuevas para una obra, sin atribuir la debida autoridad al artista que las ejecutaba.

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Un detalle curioso aparece en el grabado del hipocampo o caballito de mar, puesto que mientras en un libro moderno suele colocarse verticalmente, en esta obra aparece de manera horizontal, quizás para no romper con el diseño de la página, o por desconocimiento a la hora de disponer la plancha de la manera en que éste se desplaza.

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En medio de los cientos de especies ilustradas llaman poderosamente la atención del lector los monstruos marinos, que suelen aparecer en obras ilustradas del período y a los que se ha hecho ya referencia en casos de libros antiguos del  Siglo XVII. Resultan grotescos el león marino, el monstruo vestido de monje y el ataviado con el traje de obispo, que se anexa al título del artículo, constituyen muestras espectaculares de hasta donde llegaba la fantasía de aquellos artistas del grabado. 

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Sobre el manatí, Rondelet dice es una gran bestia marina de las Indias, que tiene la cabeza similar a la del buey, la espalda plana y la piel muy dura, y que alimenta a sus pequeños con leche; su carne es como la de la ternera, aunque más grasienta; es dócil como un can, y concluye con la frase “esto es lo que escriben los que lo han visto”. Quizás para no comprometerse no brinda demasiados detalles y no se inserta ilustración de un animal prácticamente desconocido. 

El bello exlibris del personaje que poseyó el ejemplar (Philibertus de Rymon (1730), del cual no tenemos otras referencias, se mantiene en la primera de las dos portadas, en lugar de estar adherido a la guarda como es usual.

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El volumen conserva su encuadernación antigua en piel con algunos desperfectos; tiene cantos jaspeados; el papel, de mucho cuerpo, está algo degradado y manchado, sin que ello afecte la lectura del ejemplar.

Sin dudas, esta obra marca un hito en la historia del libro durante el Renacimiento por abarcar una materia poco tratada con anterioridad, resultando un impreso que ejemplifica claramente las características de las mejores producciones del Siglo XVI, que se alejan cada vez más del modelo trazado por los incunables (1450-1500). Su indudable calidad transforma un texto científico en una obra de arte; es por ello que ha sido elegido en esta oportunidad como una joya bibliográfica que debe ser dada a conocer para los que necesiten de ella con fines investigativos, o los que sencillamente deseen recrearse la vista con un libro hermoso.


Foto de El médico francés que amaba los peces El médico francés que amaba los peces
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