Noticias

Buscar noticia

Mes
Año
Término de búsqueda

Foto de Correo desde la Isla de la Dignidad. En memoria de Rubén Batista Rubio

Correo desde la Isla de la Dignidad. En memoria de Rubén Batista Rubio

9/1/2021
Por: Eloisa M. Carreras Varona y Armando Hart Dávalos, Biblioteca Nacional José Martí

Comparto este homenaje de Armando en memoria de Rubén Batista Rubio. En estos días de enero no puedo olvidar que, a pesar del tiempo transcurrido, Armando lo recordaba con mucho dolor e insistencia; su presencia era completamente nítida para Hart. 

Sí, Armando sufrió y mucho, a lo largo de toda la vida, la pérdida de cada uno de sus compañeros cuando luchaban en defensa de la Patria. En particular, el caso de Rubén lo ponía muy triste, porque lo recordaba muy joven; solo era aún, un estudiante de Arquitectura de la Universidad, cuando fue baleado mortalmente por la Policía del régimen, el 15 de enero de 1953. Lo que lo convirtió en el primer estudiante mártir en el enfrentamiento que protagonizaban contra la tiranía. Justamente cuando participaba en una manifestación estudiantil de protesta contra elementos batistianos que habían profanado el busto de Julio Antonio Mella, el inolvidable forjador de la FEU y del Movimiento Comunista Cubano.

Correo desde la Isla de la Dignidad

En memoria de Rubén Batista Rubio

por Armando Hart Dávalos

Cuando repaso la manera vertiginosa en que fueron sucediéndose los acontecimientos después del golpe de Estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952, vienen nítidamente a mi memoria los recuerdos de personas muy queridas y de los hechos que protagonizaron cada uno de ellos contra el cuartelazo traidor, a partir de aquellos dolorosos momentos que vivió nuestra Patria. 

El joven Rubén nunca sale de mi mente, porque tras larga agonía murió el 13 de febrero, un mes después de haber sido baleado. Al siguiente día, su entierro se convirtió en un combativo y multitudinario acto de recuerdo a su memoria y de repudio al régimen dictatorial, en el cual Álvaro Barba, entonces Presidente de la FEU, despidió el duelo de nuestro compañero de luchas e ideales.

Lo cierto es que Cuba sin las luchas que tuvieron lugar en la década del 50 del recién concluido siglo XX para hacer triunfar la Revolución, no es Cuba; porque como ya se ha dicho, esta fue una Revolución que nació el 10 de octubre de 1868, fecha en la que se creó la nación. Por eso he afirmado que en otras partes han habido naciones que hicieron revoluciones, pero aquí fue la Revolución la que hizo la nación. Y ella nació con dos principios en sus esencias: la independencia total del país y la liberación social radical; y para mí, sin estos valores no hay Cuba.

Nuestra identidad nacional tiene carácter y vocación universal en tanto fue síntesis de los mejores valores espirituales forjados por la humanidad en más de 500 años de historia, es decir, desde Fray Bartolomé de las Casas hasta Fidel Castro.

En la primera mitad del siglo XIX, los grandes poderes del mundo occidental: España, Estados Unidos, Inglaterra y Francia tenían a Cuba y las Antillas como una de  las claves de su política hegemónica, al extremo que el pensamiento conservador cubano,  representado germinalmente por José Antonio Saco en estos doscientos años, aspiraba a libertades políticas y económicas bajo la tutela de la metrópoli española porque temía que el país cayera en manos norteamericanas y que una rebelión en Cuba provocara un conflicto armado entre las grandes potencias de la época; es decir, el alumbramiento de la nación tuvo lugar en medio de estos inmensos conflictos y contradicciones desde antes de 1868.

Esta misma realidad enfocada desde una óptica revolucionaria y con alta conciencia iberoamericana y universal es la que confirma objetivamente la cultura de José Martí. El Apóstol aportó aquí abundante y enriquecedora literatura. Su pensamiento, en relación con estos temas, surge en los tiempos posteriores a la Guerra de Secesión de Estados Unidos y madura en ese país entre 1880 y 1895, es decir, en Nueva York, cuando llegaba a la ciudad el más amplio y universal entrecruzamiento de ideas que haya tenido lugar en el hemisferio occidental y en los momentos del ascenso norteamericano a potencia mundial y el descenso de España como tal.

La idea martiana de la independencia de Cuba y las Antillas como una contribución al equilibrio entre las dos Américas y el mundo, es una de las claves de la historia de la cultura política cubana, que no podemos olvidar, así como no podemos olvidar el desenlace de la guerra de independencia de Cuba y el surgimiento del imperialismo norteamericano a potencia mundial en aquellas circunstancias históricas, porque fue sin duda a partir de aquellos momentos que se desencadenó este suceso germinal de la historia en el siglo XX que la marcó a escala internacional.

Por eso también he expresado que resultará de gran interés poder explicar y mostrar algunas esencias del hilo histórico que no debe olvidarse y puede servir como punto de referencia para profundizar en la trama revolucionaria cubana e, incluso, en los problemas fundamentales de la política internacional durante la segunda mitad del siglo XX. Mi interés es, pues, lo saben bien quienes me conocen, de índole política, porque constituye un deber insoslayable revelar estas piezas del gran rompecabezas de la historia de los últimos 50 años; en primer lugar en homenaje a tantas y tantas gentes que estuvieron presentes en el corazón de la vida revolucionaria cubana de aquella década, cargada de genuina espiritualidad, tal y como lo hizo nuestro inolvidable Rubén Batista Rubio, a quien recordaremos por siempre con afecto agradecido.