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Foto de Memorias del Concurso Leer a Martí. Edición 2007. Elegía

Memorias del Concurso Leer a Martí. Edición 2007. Elegía

29/1/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Les propongo leer lo escrito por una niña de 9º grado con 14 años y de Santiago de Cuba, que fue ganadora del Concurso Leer a Martí en el año 2007. Considero que disfrutarán su lectura.

Elegía a los Zapaticos de Rosa

Por Solanch Sanz

Rozaban mis pies la arena,

El viento me despeinaba,

La espuma me acariciaba

Con su blancura serena.

Y cuando decidí alzar

Al sol mi mirada inquieta:

Con oro, balde y paleta

Vi a la querida Pilar

Su dulzura, dibujada

Quedó en su tenue inocencia,

Cuando con mucha paciencia

Me dijo: - ¿Estás asombrada?

Tomó mi mano y después

Me dijo mi niña buena:

-sentémonos en la arena,

Mientas miraba mis pies

Con pesadumbre Pilar,

Me dijo con gentil trato:

-ya no me quedan zapatos

Para poderte entregar

Transcurrido un corto rato

Al ver su preocupación

Dije: -en mi revolución

Ya no hay niños sin zapatos

Nuestro país ha seguido

Los legados de tu autor,

Así un futuro mejor

Juntos hemos construido

Un hombre de pasos francos

Nos colocó una bandera:

Ya no hay flores carboneras

Sin llevar zapatos blancos

Culminé en ese momento,

Sentí el olor de la espuma,

Y un sombrerito de pluma

Me observaba muy atento

Sostenía su manecita

Una muñeca sin brazos

Le colocaba mil lazos

Cuando oí su vocecita:

-pueden estar orgullosos

Todos los niños cubanos,

Alegres se dan las manos

Instruidos y dichosos

Cerca voló una gaviota,

Y una ola salpicó

En la ruda roca dio,

Hasta caerme una gota

-sin embargo- habló Pilar,

Niños de otros países

Viven pobres e infelices

Enfermos, sin estudiar

Y me atrevo a asegurar

Que donde la moda anida

La demanda siempre olvida

Miles de pies por calzar

Y se me mezcló en el alma

Un dolor tan impetuoso

Que ni el cielo tan hermoso

Me devolvería la calma

Le dije con voluntad:

-nunca pierdas la confianza,

Siempre queda una esperanza

Donde hay decoro y verdad

Cuando se imponga el cariño

Por encima del dinero,

Verás que en el mundo entero

Lo principal será un niño.

Cuando no mueran los sueños

Bajo escombros en Iraq,

Cada niño calzará

Sus zapaticos de ensueño

Una discreta sonrisa

Mi Pilar me regaló

Y ligera se paró

Como jugando a ser brisa

Puesta de pie frente a ella

Lentamente se acercó;

Cuando un beso me otorgó

Y me pareció más bella

Entre mis dedos dejó

Un clavel muy encendido;

Quedó su aroma prendido

Del sombrero que volteó

Caía el atardecer,

El horizonte miraba

Ya mi niña se alejaba

Quizás para no volver

Más dice una mariposa

Que vio en un busto martiano,

Como una inocente mano,

Dejó un clavel y una rosa.