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Foto de Concurso Leer a Martí. Edición 2008. Un cubano

Concurso Leer a Martí. Edición 2008. Un cubano

2/4/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Leer a Martí es grandioso y escribir sobre lo que se lee aún más y mucho más grande es ver como una niña tan pequeña con solo 9 años y en 4to grado es capaz de hacer este hermoso relato, concurso por la provincia de Ciego de Ávila, gano el Concurso en el año 2003.

Auténtico cubano

Por Dailyn Nazco Gómez

Allí en el medio del monte, durante la excursión, divisé tantas palmas que se me hizo imposible contarlas, no sé por qué en aquel silencio pensé en Martí y comprendí que al escribir los ´´Versos sencillos´´ él estaba al igual que yo enamorado del paisaje cubano con su verdor, la abundante fragancia y los múltiples sonidos entre todo aquel palmar.

En momentos como estos me siento sincera y con deseos de hacer algo bueno cada día, por lo que tomé algunas semillas de frutos y los sembré en forma de corazón, así cuando crezcan las plantas y pase un avión verá un corazón verde lleno de esperanza por la vida y por la paz, quizás no sepan quién lo sembró, pero yo sabré que lo hizo una pionera enamorada de su patria, la naturaleza y la paz

-Si nuestro Martí estuviera… -dije en alta voz

- ¿Qué ocurriría? –preguntó una voz a mis espaldas

Al volverme, lo reconocí de inmediato, con su traje negro, parecía débil, pero pronto comprendí lo ágil que era

¡Imagínense! Que un pequeño pichón del tocororo intentó salir y lo que hizo fue caer del árbol como en cámara lenta; él, rápido como un resorte, parecido a Meñique, saltó y lo tomó en el aire, con una sonrisa lo depositó en mis manos y como por arte de magia me vi rodeada de hermosas palomas blancas, quedé petrificada del asombro, él me preguntó:

- ¿Conoces los nombres de las flores y las plantas?

Afirmé con la cabeza y según él señalaba yo nombraba: ceiba, curujey, orquídeas, campanas, romerillo, así continuamos por un rato hasta que el pichón revoloteó, yo trepé el árbol y lo coloqué en el nido; las palomas blancas volaban como en una danza y mis compañeros que las vieron corrieron hacia mí

Martí me dijo que la patria es nuestra madre y que tenemos que defenderla al precio que sea necesario

Yo afirmé con la cabeza, él me dijo adiós con las manos y comenzó a andar entre las palmas. Lo seguí corriendo, pero no se detenía y ya mi grupo había llegado debajo del árbol de flamboyán donde estaba el pichón y las palomas continuaban volando; ya sin aliento lo alcancé y le dije con la respiración cortada:

-Espera, espera, dime antes de irte ¿qué fuiste?, maestro, político, poeta, periodista, abogado, editor de libros y revistas, autor teatral, novelista, diplomático…

-Yo, pequeña, fui, soy y seré un auténtico cubano.