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Foto de Concurso Leer a Martí. Edición 2001. Mi escuela

Concurso Leer a Martí. Edición 2001. Mi escuela

16/4/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Esta obra la escribió un niño de 11 años, ganador en 2001 de 6 grado y de Santiago de Cuba

(Mi escuela está…)

Por Ariel Vázquez Ramos

Mi escuela está situada en la Sierra Maestra, y se llama José Julián Martí Pérez. La maestra nos dijo que fue un revolucionario de pensamientos firmes.

Ahora sabrán lo que me pasó un día. Comencé a soñar con los personajes de La Edad de Oro, con los ojos abiertos y la fantasía envolviéndome todo. Yo veía unos salones como los de la Exposición de París, donde se esperaba que comenzara la fiesta un día 28 de enero. Los amigos de Martí de Tampa y Cayo Hueso mandaron una contribución como en los tiempos de la guerra, y el tesorero fue el Padre Las Casas; siguieron distribuyendo responsabilidades así: Bolívar, Hidalgo y San Martín debían asistir con sus trajes; el niño travieso debía llevar 2 milagros: dejar de ser bribón y no cazar mariposas, ya que eso enojaba a Pilar, pues ellas cuidaban sus zapaticos de rosa; Meñique debía llevar el hacha que corta sola, la cáscara de nuez para hacer brotar el agua de la fuente, pero no podía llevar el morral porque la mora de Trípoli pensaría que allí estaría su perla; la montaña debía hacer las paces con la ardilla; Homero debía contar cómo se construyó el caballo de Troya y si los dioses del Olimpo eran justos de veras, porque hoy la humanidad necesita un poco de justicia; Aquiles debía organizar los juegos, una mezcla de viejos y nuevos; Bebé debía llevar a Raúl, pero antes debía tomar la medicina para la tos y acompañar a los ciegos que leen con los dedos en libros de letras altas; Masicas y Loppi llevarían al camarón encantado para ofrecer 3 deseos a Raúl

En el mundo hay muchos desventurados, por ello la muñeca negra sería enviada a los anamitas; Nene, Piedad, la francesa Florinda y el aya con espejuelos, Magdalena y Alberto el militar, adornarían el salón; cuidando la puerta, muy elegantes, estarían 2 elefantes africanos acompañados del canto de 2 ruiseñores. La fiesta fue dedicada a los niños de la barranca, a la pastora y al pastor. En el fondo había un cartel que decía: ´´Lo que queremos es que los niños sean felices (…) ´´. La fiesta duró 8 horas, y no quería volver en mí.