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Foto de Programa Nacional por la Lectura. Reseña .Adriano emperador, de John de Abate

Programa Nacional por la Lectura. Reseña .Adriano emperador, de John de Abate

19/3/2022
Por: Maribel Duarte González, Biblioteca Nacional José Martí

Novela corta sobre los últimos años del emperador Adriano tras la muerte de su efebo Antinoo. El mayor dilema al que se tuvo que enfrentar Adriano, el hombre más poderoso de su tiempo, no fue gobernar Roma, sino aceptar la pérdida de Antinoo, su más grande amor, que se suicidó a los 17 años de edad y a quien el emperador convirtió en Dios.

Adriano Emperador, es una novela tradicional,  pero con muchos aciertos literarios. Es una novela histórica sobre este emperador, pero no sobre los grandes logros en el arte marcial, sino sobre su vida privada, sobre la intrahistoria. Es la historia de la vida de un hombre poderoso, pero que desentraña sus grandes y pequeñas inquietudes sobre la vida, sobre los dioses, sobre el pueblo, sobre las contradicciones, sobre el bien y el mal, sobre la vida y la muerte, sobre lo cotidiano, las enfermedades, el futuro. Adriano creía en el oráculo, los designios, el destino y en la novela se plantea, aunque circunstancialmente, la reencarnación, el amor terrenal y fuera de él. Los diálogos con su amigo Hierofante, por las tardes, están llenos de ternura y sabiduría, de búsqueda, de paz, de amor, de tolerancia, de comprensión y solidaridad. Escribió poesía y se preocupó por el saber, sobre todo admiró al pueblo griego.

Los viajes por los más remotos pueblos de su imperio permiten conocer al emperador y la manera de resolver los problemas. Es un viaje de entendimiento, de pacificación, pero lo resaltado se encuentra en los diálogos con los ancianos del desierto (el anciano), los leprosos y los sufrimientos de Adriano, que son mayores a sus alegrías. La muerte de Antínoo le permite crear un Dios que regala a los pueblos y a su imperio y le inquieta sobremanera la relación con su esposa Sabina y la negativa a tener hijos con él. Por eso procrea uno con Plautia, llamado Antonio Pío, que sería su sucesor, pero, según el vaticinio, muchos años después de él. En realidad, al joven no le interesaba ese cargo, ni estaba preparado para ejercerlo. La novela termina con la muerte de su esposa y el deseo de Adriano por morirse, anhelaba la muerte.

Este libro lo encontrará disponible más abajo para descarga en el portal de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí.


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