Fermín Peraza, sus aportes a la Bibliotecología cubana. En el 113 aniversario de su natalicio

7/7/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

La Bibliotecología cubana y en especial la bibliografía, mucho le deben a Fermín Peraza Sarausa. Aunque se doctoró en Derecho Civil y Público, y fue un reconocido historiador y periodista, su verdadera vocación estuvo relacionada con las bibliotecas y en particular con la bibliografía.

Nació en La Habana, en la calle Compostela, el 7 de julio de 1907 pero fue inscripto en Guara, actual municipio de Melena del Sur. De estirpe mambisa, su padre, Francisco Peraza Delgado alcanzó el grado de general de brigada del Ejército Libertador y finalizada la guerra de 1895 se dedica a las labores agrícolas y ganaderas en fincas de Batabanó y Guara. Fue el primogénito de siete hijos, una de sus hermanas, Regla Peraza, trabajó como bibliotecaria en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM) luego del triunfo de la Revolución.

Fermín Peraza se inició muy joven en el periodismo, en 1925 debutó en la revista Instituto Cuba. Más tarde El Mundo lo tuvo en su nómina, especialmente con la sección “Vidas cubanas” en la que rescataba la trayectoria de valiosos luchadores, patriotas e intelectuales cubanos. Perteneció al Colegio Nacional de Periodistas con el número 1087 a la par que fortalecía su formación bibliotecológica.

Peraza pudo viajar y conocer las nuevas experiencias de la práctica bibliotecaria en el mundo y trasladarlas al escenario cubano. Se desempeñó como director de la Biblioteca Municipal de La Habana desde octubre de 1933 y en dicha institución amplió los servicios bibliotecarios a la comunidad. Fueron sus intenciones fundar una sucursal bibliotecaria en cada barrio, lográndolo solamente en Santos Suárez y el Cerro, en 1937. El objetivo era facilitarles horarios adecuados a los obreros, a partir de las 7 pm y hasta las 11 de la noche.

En el artículo que publicara en el Álbum del Cincuentenario de la ARH, con el título Panorama bibliotecológico en el Cincuentenario de la República ofrece una valoración del acceso a los libros y las bibliotecas en el país desde la colonia hasta la primera mitad del siglo veinte. Sus reflexiones en torno a la necesidad de bibliotecas públicas en Cuba lo llevó a aseverar que: “no se lee, porque no hay un servicio de bibliotecas bien dotadas y equipadas, y porque el libro en general es extraordinariamente caro. 

El Anuario Bibliográfico Cubano, considerada su obra cumbre, lo comenzó a escribir en 1937 y en 1953 lo denominó Bibliografía Cubana, continuada por la BNCJM a partir de 1959. También publicó la bibliografía martiana desde 1853 hasta 1953 en el centenario del Apóstol y la iconografía de Enrique José Varona, entre otros títulos que engrosan su prestigio de eminente profesional. 

 Fermín Peraza, el continuador atinado y persistente de los empeños biográficos ya gloriosos de Calcagno y de Carlos Trelles , constituye uno de los pilares de los que se nutrió la Bibliotecología cubana y en particular la bibliografía.