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Foto de Correo desde la Isla de la Dignidad. Contribución del Ministro de Educación del primer Gabinete del Gobierno Revolucionario a la Educación Cubana

Correo desde la Isla de la Dignidad. Contribución del Ministro de Educación del primer Gabinete del Gobierno Revolucionario a la Educación Cubana

12/11/2020
Biblioteca Nacional José Martí

A mí una de las cosas que más me gusta es trabajar con la Política y con las ideas, y eso es lo que me hace más dichoso. Me siento muy honrado con poder ejercer el oficio de Político, al modo revolucionario, porque soy un Político que se orienta por la tradición de Martí. 

Hay que articular lo nuevo con lo anterior, porque lo que anda de por medio es la memoria histórica y la continuidad de los procesos sociales, políticos y culturales en su aspecto más amplio.

    Todo lo que he expresado hasta aquí, ha sido para responder a situaciones políticas muy concretas, pero fundamentadas en la mejor tradición cultural cubana y latinoamericana; lo que más me emociona es la vigencia que tiene lo que se dijo entonces con lo de hoy.    

Armando Hart Dávalos, 

Palabras al Catálogo del Proyecto  , 2008.  



Desde sus orígenes, nuestra historia ha estado caracterizada por un singular vínculo entre Filosofía, Política, Ética, Cultura y Ciencia. Las ideas cubanas continuarán haciendo una importante contribución a las exigencias más inmediatas de la nación, en relación con los temas de actualidad, tanto nacional como internacionalmente, si continuamos apoyándonos en la fuerza y originalidad de ese inagotable pensamiento y su vocación profundamente latinoamericana y universal. A mediados del siglo XX, esas ideas tuvieron a sus más dignos continuadores en la Generación del Centenario, de la cual Armando Hart fue una de sus míticas leyendas. 

Desde que asumió el Ministerio de Educación, el 6 de enero de 1959, se sintió con el deber de ser fiel, representar y desarrollar el pensamiento político, filosófico y social cubano que tiene sus raíces en el glorioso siglo XIX. Hay que subrayar que el hombre que asumió el Ministerio de Educación, era un político, con un ideario y una vocación pedagógica explicita. Recordemos su ingente y tenaz labor para crear y sentar las bases del proyecto de educación revolucionario que, hasta hoy se encuentra en permanente y continuo perfeccionamiento y transformación en beneficio de la elevación del nivel educativo y cultural del pueblo cubano, desde la Campaña de Alfabetización hasta la universalización de la enseñanza. 

Los principios éticos en los que sustentó sus labores, vienen de la escuela cubana que se inicia con Caballero, Varela y Luz; y su vocación hacia la acción revolucionaria concreta lo llevó a concebir la Educación como una vía esencial para el mejoramiento humano y para alcanzar la felicidad como el objetivo último de la educación.

Para él, la Educación debe tomar en cuenta la formación integral del hombre y del ciudadano con fines éticos, pero teniendo presente la transmisión y el contenido de los conocimientos y la cultura de forma tal que le permitan dirigir su progresión moral e intelectual, apoyada en la rica Historia pedagógica, científica y espiritual de Cuba y Latinoamérica.   

Hart subrayó el papel de la Escuela cubana y su tradición pedagógica a lo largo de toda su obra y, al mismo tiempo, exaltó la labor relevante de los educadores que recogieron y perpetuaron el sentimiento patriótico de la enseñanza en Cuba; al punto que consideró a los maestros cubanos como los fundadores de nuestra nación. 

Al igual que Martí, diferenció y relacionó la instrucción de la educación. Consideró la Educación como el verdadero instrumento de transformación del hombre y la sociedad y apreció la instrucción como una vía de la Educación; porque Educar es, sobre todo, formar el pensamiento y los sentimientos. Por eso afirmó que el educador debía favorecer el desarrollo de cada individuo a partir de sus necesidades específica, y en el contexto hogar-escuela-(comunidad) sociedad. En ese sentido recordaba con insistencia que a decir de Luz y Caballero “Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”. Por eso también trabajó intensamente en la elaboración de los textos de Cívica, con el objetivo de perfeccionar la más completa formación de los estudiantes. 

Creyó en la Educación con un basamento científico-técnico y humanístico y como el pilar central del enriquecimiento y la superación del ser humano; proceso en el cual los hombres adquieren el conocimiento que les asegurará su mejoramiento permanente. Recuérdese esta lapidaria frase suya: "yo creo que la educación y cultura están en todo, porque donde no están, aparece el camino a la barbarie". 

Rechazó la repetición mecánica y la enseñanza memorística y como sus maestros, postuló el Método electivo en filosofía. Procuró que la pedagogía fuera capaz de ofrecer una Educación y una Cultura abiertas y no encerradas en un sistema. Su pensamiento era rigurosamente racional y antidogmático y por eso insistía en la sentencia de Luz y Caballero: Todos los sistemas y ningún sistema, he ahí el sistema. Afirmó que ese era su credo, lo que para él significaba, no adscribirse a una escuela determinada, sino seguir el principio: todas las escuelas y ninguna escuela, he ahí la escuela.

La Historia era imprescindible para él, mucho más, si se deseaba conquistar un presente y un futuro mejor. Con rigor se ocupó de sistematizar y poner énfasis en el conocimiento en relación con la enseñanza de esta materia, porque es decisiva en la formación de la conciencia y la educación. Asimismo, la entendió como la fuente de la vida y de la memoria, por ello afirmó que, no podemos olvidar las lecciones de Historia, porque el pueblo que deja de valorar la Historia, es un pueblo que pierde su memoria y los pueblos como los hombres, cuando pierden la memoria, enloquecen.

Sus ideas pedagógicas, se revelaron al calor de las necesidades del propio quehacer educacional que se inició con el triunfo de enero de 1959, inspirado en la acción en favor de la justicia y de la dignidad plena del hombre a partir de una política culta. Pero no olvidemos que es un Abogado de profesión, político por elección, dedicado por entero a la lucha política y revolucionaria, un hombre que durante todo el tiempo en el que estuvo preso y aun antes, se dedicó a la divulgación y desarrollo del pensamiento revolucionario cubano. En ese sentido recordemos también, que aquella madrugada del triunfo ─cuando salió de la cárcel─ solo tenía un propósito: ¿cómo poder servir, cuanto antes a Fidel y a la Revolución en los momentos que se fraguaba un golpe contra la misma? Y, es que, como el mismo explicó, entró a dirigir ese Ministerio “casi por accidente”. 

Subrayó el valor de lo ético―moral como parte esencial de la vida espiritual de la sociedad y del mundo interno de los individuos. La moral para él, adquiere connotación pedagógica, como fundamento de una ideología y de una cultura que en lo político encuentra el arte de hacer realidad los ideales sociales de justicia social y emancipación del hombre. Por eso afirmó que la Educación no puede prescindir de estos factores y la Pedagogía como ciencia, tiene que encontrar los caminos adecuados para responder a las exigencias de contribuir a crear una sociedad cada vez más justa y equitativa, donde lo racional acompañado de lo ético, la moral y los valores colmen la espiritualidad, la creación y las realizaciones humanas en la construcción revolucionaria de una vida, con la dignidad que soñaba el Apóstol José Martí. 

En sus textos encontramos las claves de su concepción filosófica, con relación a la educabilidad, en cuya esencia se encuentra la ética, la moral y los valores, como parte consustancial al ser humano. Para él, la acción social y política, orientada hacia la transformación ético―moral por medio de la Educación, la Ciencia y la Cultura son la vía mediante la cual se puede enseñar y mejorar al hombre, con el objetivo de prepararlo para la vida y ponerlo en consonancia con las necesidades de su pueblo, es el aspecto central de su concepción educativo filosófica. En ese sentido formuló un conjunto de ideas claves, con relación al acervo teórico y metodológico de la Pedagogía como una de las Ciencias Sociales que se ocupa de la educación integral de la personalidad. Dedicó su vida a la prédica transformadora, educando desde la tribuna oratoria, para contribuir a la elevación de la conciencia patriótica y la movilización de voluntades a favor de la continuidad de la Revolución. 

Llamó la atención sobre algunos aspectos imprescindibles para entender las estrechas relaciones que existen entre la labor educativa, la Ideología y la Política. Por ello reclamó la participación decisiva de los educadores en el perfeccionamiento del Socialismo Cubano y en la profundización del conocimiento de los hilos conductores que entretejen la trama de los acontecimientos y de las ideas de las personalidades más relevantes de la Historia Patria, entrecruzadas con el acervo cultural de la humanidad. En la lógica de sus análisis a lo largo de su obra se revela una Metodología para el estudio de los acontecimientos históricos, así como en la valoración de las personalidades, para comprender su época, la continuidad, la vigencia, actualidad y necesidad de su estudio, no sólo para entender el momento presente, sino para ver con más claridad el camino hacia el futuro. 

A lo largo de toda la vida, la educación y la cultura fueron los ejes temáticos que tuvieron para él, la máxima prioridad política y estuvieron situados en el centro de su esfuerzo creativo e intelectual en todos los ámbitos. 

Se puede pensar que el promover la introducción y generalización del estudio e implementación de la Ética y el ideario martiano, lo cual cobró forma en diferentes acciones, vías y espacios dentro de la actividad educacional y cultural del país, fue una de sus contribuciones esenciales y, de igual modo, fue importante la formación de profesionales que siguieron sus ideas en el campo del pensamiento. Pero considero que su principal contribución a la Pedagogía Cubana, estuvo en el ejemplo que emana de su vida y obra, con la cual favoreció el proceso de articulación de las ideas sociales más avanzadas con el pensamiento cubano revolucionario y las tradiciones patrióticas y culturales de la nación, que se deriva tanto de su ejecutoria revolucionaria y ejemplar, como de su producción intelectual. 

Gracias Armando por haber permaneció fiel al legado pedagógico, ético y patriótico que recibiste y Gracias también, por tu vida y por tu obra dedicada por entero a defender la Martiana Revolución de Fidel.

Foto de Armando Hart y Fidel Castro Armando Hart y Fidel Castro
Foto de Armando Hart Dávalos Armando Hart Dávalos