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120 Aniversario BNCJM- Ilustres en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí: Alejo Carpentier, un cubano universal
26/12/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí
Alejo Carpentier era un hombre “grande y sencillo”, así definió Renée Méndez Capote a uno de los intelectuales cubanos más relevantes y universales del pasado siglo veinte. Nació el 26 de diciembre de 1904, en Lausana, Suiza, de padre francés y madre rusa. Periodista, novelista, ensayista, musicólogo y diplomático fueron algunas de las facetas de un intelectual de talla mayor, el primer cubano en recibir la más importante distinción de la Literatura en lengua castellana: el Premio Cervantes, en 1978.
Los fondos de la Biblioteca Nacional entonces en tiempos del Castillo de la Fuerza resultaron cruciales para su libro La música en Cuba, publicado en México, en 1946, gracias a la anónima labor del bibliotecario Carlos Villanueva, quien escudriñaba los artículos en revistas cubanas, documentos y partituras musicales con el propósito de enriquecer la obra del maestro.
Al triunfo de la Revolución se intensifica el vínculo de Carpentier con la Biblioteca Nacional José Martí (BNJM). Muy poco después de su llegada a Cuba, luego de 14 años residiendo junto a su esposa, Lilia de Esteban, en Caracas, Venezuela, Alejo visita la renovada institución. La entonces subdirectora Maruja Iglesias, lo recuerda “vociferando como solía hacer, moviendo de arriba-abajo los brazos: Chica, no encuentro el libro de Mañach sobre Martí. Debe estar presente en la colección para el Festival del Libro Latinoamericano dedicado a Cuba […]”.
En su cargo de administrador general de la Editorial de Libros Populares en Cuba, organiza tres Festivales del Libro Cubano, de ahí su preocupación por reunir lo más representativo de la bibliografía nacional. Con el mismo entusiasmo que buscaba libros en la Biblioteca, donó decenas de títulos durante el primer Festival del Libro Cubano en la Revolución. Las instantáneas de los jubilosos y útiles días, junto a José Antonio Portuondo, Conchita Garzón, Salvador Bueno y los directivos de la Biblioteca Nacional, hablan por sí solas.
Su posterior nombramiento como subdirector de la Dirección de Cultura del Gobierno Revolucionario, lo lleva a organizar la primera edición del Concurso Literario Hispanoamericano, devenido Premio Literario Casa de las Américas en 1965. A tenor con sus funciones, a principios de 1960 corresponde a Carpentier invitar a la BNJM a prestigiosos intelectuales que fungieron como jurado del citado Concurso o fueron premiados. Entre los extranjeros estuvieron el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, el mexicano Carlos Fuentes y el francés Roger Caillois, quienes ofrecieron conferencias y se les dedicó un coctel de bienvenida.
Durante la década de 1960 y hasta mediados de los setenta, el público lector y los bibliotecarios pudieron disfrutar, en más de una ocasión, de las conferencias de Alejo Carpentier. El Salón de actos de la Biblioteca Nacional lo acogió el 9 de diciembre de 1963 en la memorable charla “Verdad y ficción en El siglo de las luces”, con impresiones de su última novela publicada en México, en 1962, y que recién se había publicado en Cuba, a cargo de Ediciones R. Regresaría cinco días después para integrar la mesa redonda “Problemas de la novela actual” que organizaron el Pen Club de Cuba y la Biblioteca Nacional. En esa ocasión compartió con Salvador Bueno como moderador, Edmundo Desnoes, Lisandro Otero González y Ambrosio Fornet.
Al cumplirse 45 años de vida intelectual del autor de ¡Ecué-Yamba-O!, la BNJM prepara una exposición y publica el catálogo y la recopilación bibliográfica realizada por Marina Atía, con prólogo de Graziella Pogolotti, en la que se evocan sus inicios literarios, aquellos años de principios de 1920 cuando comenzó a publicar en el periódico La Discusión, integró el Grupo Minorista y estrechó amistad con Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y Juan Marinello, a quienes consideró sus maestros valederos.
Una de sus últimas presentaciones en la institución tuvo lugar el 27 de diciembre de 1975, para dictar la conferencia “Un camino de medio siglo”, encuentro que quedó inmortalizado en fotografías, a teatro lleno, en el cual se muestra agasajado por colegas intelectuales como Juan Marinello, José Antonio Portuondo, y otros amigos que se nutrieron con la sabia intelectual de sus textos.
Las pistas seguras de la vasta trayectoria profesional y de vida del autor del Siglo de las luces, se encuentran en la Biobliografía que a partir de 1971, comenzó a realizar la doctora Araceli García Carranza, quien se convirtió en su albacea documental.
Por entonces Carpentier se encontraba en Francia como ministro consejero de la Embajada Cubana, y su presencia en la BNJM se volvió habitual cada verano a partir de 1972. Llevaba sus manuscritos y cuanta publicación realizaba, y poco a poco fue donando su papelería. Su bibliógrafa lo describe como “un conversador inagotable. Cuando Alejo hablaba yo era incapaz de interrumpirlo pues consideraba era un crimen de lesa humanidad. Él es una de las grandes figuras de nuestra cultura”.
Su cercana relación con la Biblioteca Nacional y sus especialistas, amén de la primacía que representa la institución para la cultura, hicieron que Carpentier rechazara tentadoras propuestas y donara su papelería a la BNJM. Su voluntad quedó expresada en las siguientes palabras:
Soy cubano y como tal, a pesar de que mucho me hubiese halagado haber donado mis manuscritos y documentos a la Biblioteca de Boston, los he dado ya a la Biblioteca Nacional José Martí, de Cuba. Y no solamente he dado mis apuntes, notas, manuscritos, sino documentos iconográficos, fotografías, retratos, y referencias críticas y periodísticas. Soy cubano, y como tal quise que toda mi documentación relativa a mi vida y obra que pueda solicitar un estudioso pueda encontrase en la Biblioteca Nacional de Cuba.
Aunque el grueso de su colección personal fue depositada por la Biblioteca Nacional en la Fundación Alejo Carpentier desde 2007, los fondos bibliográficos de la BNCJM contienen las novelas, ensayos y demás textos publicados de Carpentier en más de veinte idiomas.
En el cincuentenario de la publicación de su novela El Reino de este mundo, un importante espacio cultural de la Biblioteca -su mayor galería- toma el nombre de dicha obra. La galería expone lo mejor y más notable de las artes visuales cubanas, caribeñas, latinoamericanas y universales, convirtiéndose en un lugar ideal para materializar lo real maravilloso que Carpentier describió en su novela, un homenaje que da respuesta permanente a su interrogante en El Reino de este mundo: “Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?”
Miguel Otero Silva, director de El Nacional, de Caracas, diario en el que Carpentier trabajó catorce años, expresa la universalidad del cubano al definirlo como “… el inventor de un nuevo camino para la narrativa, uno de los capitanes más legítimos de la novela contemporánea, un escritor universal que mereció diez veces el Premio Nobel…”.
Foto portada: Alejo Carpentier en el Salón de actos de la Biblioteca Nacional en la charla “Verdad y ficción en El siglo de las luces”, 9 de diciembre de 1963. Colección BNJM.