Noticias

Buscar noticia

Mes
Año
Término de búsqueda

Foto de Concurso Leer a Martí 2000. Palabras de agradecimiento.

Concurso Leer a Martí 2000. Palabras de agradecimiento.

5/10/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Hoy le presentamos esta hermosa obra escrita por una muchachita de 7mo grado, tenía 11 años y que fue ganadora del Concurso Leer a Martí en el año 2000 y pertenece a la provincia de Camagüey. Se demuestra el cariño que sienten los pioneros por José Martí.

Un regalo que hizo vibrar corazones

Dayana Cabrera Pérez

Era la mañana del día 29 de junio, cuando conocí que me correspondía decir las palabras de agradecimiento en el acto de graduación de 6to grado por recibir La Edad de Oro. Una mezcla de orgullo y temor recorrió todo mi ser, orgullo porque mis compañeros y maestros habían depositado en mí, esa gran responsabilidad, temor porque pensé que, a pesar de la riqueza de nuestro idioma, no encontraría palabras para expresar lo que realmente sentían nuestros corazones.

Todas las noches soñaba diferentes cosas, y por qué no decirlo, hasta con los personajes de los cuentos. Un día era Pilar que me traía su balde, lleno de palabras, otro Bebé montado en un caballo morado, con una gran cesta colmada de frases, y hasta la mora de Trípoli, a la que el mar había devuelto su perla, pero en lugar de una perla rosada, era una perla mágica que inventaba palabras y todo lo podía

Así pasaron 1, 2, 3 noches y yo seguía muy inquieta. Todas las mañanas, sentada frente a mi mamá le decía: - ¡No, no encuentro las palabras que realmente quiero! Ella con mucha paciencia me respondía que las mejores palabras son aquellas que reflejan la alegría del alma y hacen el pasado presente

La noche anterior a la graduación me dormí más temprano que lo acostumbrado, y de pronto apareció frente a mí Nene traviesa, montada en una alfombra llena de estrellas de muchos colores, y con un libro más grande que la plaza Ignacio Agramonte de Camagüey. Aquel libro en lugar de cintas para separar las páginas, tenía mechones de barba. Pero mi corazón comenzó a latir muy fuerte, y pude divisar que del libro salía un hombre muy alto de barba blanca, voz firme y segura, y ojos que parecen puñales cortantes cuando acusan o están en presencia de hechos que quieren apagar la voz de la razón. Era nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, que con una espléndida sonrisa y lleno de regocijo me decía: -Dayana, esta edición especial de La Edad de Oro, te la hago llegar como estímulo y reconocimiento con la esperanza de que alcances a lo largo de tu vida, los conocimientos y la cultura que Martí ansiaba para todos los hijos de nuestra patria. Entonces a mi mente llegaron como el alba, millones de palabras para expresar lo que yo quería. Primero acudieron frases muy bellas como estas: hoy la mañana se viste de colores… La Edad de Oro quedará anclada para siempre en nuestras vidas…

Pero… un rayo de sol de aquella hermosa mañana, hizo que mis párpados se abrieran lentamente, miré muy fijo a través de los cristales húmedos aún por el rocío y me dije: cuando las acciones son tan grandes y dignas no hacen falta palabras bellas, me bastará solo decir: esta generación de pioneros agradece a Fidel haber depositado en nuestras manos el tesoro más preciado. Puede usted, Comandante, estar confiado de que sabremos descubrir en cada una de las lecturas de este libro las enseñanzas que nos dejó el Maestro y, sobre todo, que en cualquier lugar del mundo que nos encontremos abrazaremos muy fuerte las ideas martianas y diremos: ¡Ese hombre de La Edad de Oro fue, es y será mi mejor amigo!