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Foto de Concurso Leer a Martí 2000. El día mágico de Idelmis.

Concurso Leer a Martí 2000. El día mágico de Idelmis.

7/10/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Esta niña fue ganadora del Concurso Leer a Martí en el año 2000, estaba en 5to grado y vivía en la provincia de Pinar del Río, que bonito lo que escribió en aquel entonces, disfrútenlo.


Un día mágico

Idelmis García Rodríguez


Era un domingo hermoso, los rayos del sol comenzaban a salir por el horizonte; yo estaba feliz pues en un instante estaría en casa de mi bisabuela, una ancianita encantadora que vivía en una casona grande, antigua, de esas que tienen muchos cuartos, baños y hasta un sótano. Por fin partí con mi papá, al llegar pude ver que ella me esperaba con una gran sonrisa en los labios, ya que le gustaba mucho que yo fuera para contarme historias, pero hoy yo tenía otros planes. Quería bajar al sótano, pues nunca se me había permitido ir a ese lugar, sentía curiosidad.

Cuando llegué, le di un beso, un abrazo y corrí hacia el sótano sin dar tiempo a que comenzara a hablar, porque en realidad ella había vivido mucho, era muy sabia y sus conversaciones siempre eran interesantes.

Al bajar los escalones que me separaban de la puerta, no lo voy a negar, sentí un poquito de miedo, ya que esos lugares son algo misteriosos. Cuando abrí la puerta todo estaba en penumbra, pero enseguida encontré el chucho, se hizo la luz. Ante mí había muchas cosas antiguas, llenas de polvo, de pronto mis ojos se posaron en una muñeca negra algo maltratada que se encontraba sobre un inmenso baúl, corrí hacia ella tan rápido como pude, la tomé en mis manos. ¿Cuál fue mi sorpresa? En aquellos ojos redondos sin pestañas; que me miraban interrogantes, había vida. Entonces a mi mente vino la imagen de una descripción que hacía poco había leído en un libro muy querido para mí, pero no, no podía ser, sacudí la cabeza y fue entonces cuando una voz apenas imperceptible me sacó de mis pensamientos:

-Al fin baja alguien hasta aquí

Quedé sorprendida ¿cómo era posible que una muñeca me hablara, pero ella continuó:

-No te asustes, sé que soy una muñeca vieja y fea, pero te puedo hablar

Al oír aquellas palabras todo se me hizo creíble, mi corazón sintió pena por ella, y exclamé:

- ¡Oh, no! No digas eso ¿quién dijo que eres fea?, en realidad estás algo maltratada, pero sólo eso

- ¡Vaya! Pensaba que eras muda, ya casi sentía pena por ti. Tú sí que eres linda con ese pelo rubio y esos ojos azules me recuerdas a alguien a quien quise mucho y que fue mi 1ra dueña, después de ella he dado tantos trastazos, he tenido tantas dueñas, pero muy pocas como ella y como tu bisabuela

Después de escuchar aquello estaba muy intrigada. ¿Es que acaso aquella muñeca negra era…? ¡No! Me resistía a creerlo, pero le pregunté:

- ¿De quién estás hablando?

-De Piedad, una niña preciosa que me quería mucho

Me quedé sin palabras, estaba nada más y nada menos que frente a Leonor, la muñeca de Piedad, la protagonista de uno de los cuentos de José Martí, lo que me estaba ocurriendo era maravilloso. - ¿Tú te llamas Leonor? –me decidí a preguntar

-Sí, y ¿tú como lo sabes? Yo no lo he dicho

-Pues es muy sencillo, tú que te lamentas de que nadie te quiere eres más conocida y querida que yo, a ti te conocen todos los niños cubanos y de otros países, eres un personaje de un cuento escrito por un hombre inolvidable, valiente e inteligente que se llamó José Martí, que es el Héroe Nacional de Cuba, el país en que vivimos. Sus obras son leídas por todos los niños, ¿ya entendiste?

-Bueno, algo, pero de ese señor que me hablas no sé mucho, ¿me quieres hablar de él?

-De él te estaría hablando todo el día sin cansarme, yo o cualquier pionero cubano, pero seré breve, pues sólo tengo unos minutos. Fue un hombre generoso que iluminó con sus ideas el camino de la libertad. En su hogar siempre reinó el amor, la unidad familiar, era un alumno sobresaliente, estudió varios idiomas, tenía voz suave al conversar, pero vibrante en la tribuna, era un hombre de gustos sencillos, alejado del lujo, la vanidad, fue un gran escritor y todos sus cuentos nos brindan una enseñanza

-Una enseñanza ¿qué es?

-Es como un mensaje que nos hace llegar el autor, que sale a relucir a través de la trama del cuento, o sea, algo que él desea que nosotros los niños aprendamos y que nunca olvidemos

- ¿Y cuál es la enseñanza de mi cuento?

-Él nos enseña que cuando algo nos ha sido útil no debemos despreciarlo por algo nuevo, por más lindo y sofisticado que este sea

- ¡Ah, ya entiendo! Piedad fue la que les dio esa enseñanza a ustedes cuando no me despreció por aquella muñeca que su papá le regaló

-Así mismo es

-¡Oye! No me has dicho tu nombre

-Verdad, me llamo Idelmis, tengo 10 años

-Piedad tenía 8, pero era tan buena y conversadora como tú, hacía tantos años que no hablaba que por poco se me olvida, ahora cuando te vayas te voy a extrañar

-¿Y quién dijo que te dejaré aquí? Te llevaré conmigo, te cuidaré, te querré y llegarás a quererme como a Piedad

-Ya te quiero

Abracé a Leonor y así estuve un rato hasta que oí que mi bisabuela me llamaba, corrí, cerré la puerta tras de mí y fui al encuentro de ella

No dije nada, pues sus ojos se posaron en la muñeca que llevaba en mis brazos, y con una sonrisa pícara me dijo:

-Llévatela, ya tienes edad para cuidarla, yo la puse allí, sabía que algún día la encontrarías. No preguntes nada, sólo tenla siempre contigo y guárdala para alguien que se la merezca

Diciendo esto me besó en la frente y me dijo adiós. Papá esperaba por mí. Había sido un día mágico.