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Foto de Concurso Leer a Martí 2000. Carta al maestro de todos.

Concurso Leer a Martí 2000. Carta al maestro de todos.

8/10/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Hermosa carta la que escribió un muchachito de 7mo grado, contaba solo con 12 años y que fue ganador en el 2000 del Concurso Leer a Martí, él es de Matanzas y estaba en la Escuela Martin Klein

(Querido maestro…)

Héctor Alejandro Güide

                                         ´´Saber leer, es saber andar´´ 51

                                                                               JOSÉ MARTÍ

Varadero, 14 de septiembre 00

           Querido maestro:

Ayer en la clase de español, la profesora conversaba con nosotros sobre un hermoso cuaderno escrito por usted para su hijo: el Ismaelillo, y recordaba la lectura que hice hace algún tiempo de ese libro. Sentí de pronto que me invadía una envidia sana. ¡Cuánto me hubiera gustado ser aquel pequeño a horcajadas sobre su hombro de gigante! Pero pronto me consolé con un pensamiento que me alivió el alma: todos los niños de América somos sus hijos, y sentimos muy nuestro aquel cuadernillo tierno que nos legó con amor infinito.

No sólo el Ismaelillo, sino que cada escrito suyo, cada revista se ha convertido en lectura obligada que no ha guiado en nuestro andar cotidiano, es como una Biblia inseparable con que cuentan los pioneros cubanos, y de ellos hemos aprendido tantas cosas importantes

¡Con cuánto orgullo recibimos en nuestra graduación de 6º grado, su revista La Edad de Oro, firmada por su más fiel discípulo ¡Fidel! ¿Qué mejor estímulo a nuestra abnegación al estudio que un ejemplar de esa maravillosa obra? No puedo dejar de leer y releer sus páginas y en cada cuento, en cada personaje, encuentro algo familiar

Me veo reflejado en el Bebé de rizos revueltos cuando en el receso comparto a mi gusto mi merienda con mis compañeros; y Serguei me recuerda a tu Pilar, cuando, con desenfado, se quitó un juego de patines nuevos y me lo regaló para que yo jugara también con ellos; o recuerdo a Piedad al ver a Yaima, una de mis compañeras, que no se separa de su muñeca negra. ¡Hasta la lleva al aula! Como si quisiera que aprendiera lo que nos enseñan los profesores con tanto cariño

¿De quién si no de usted, aprendimos lo que nos enseña a querer a nuestros compañeros y a ser solidarios con ellos?

¿De dónde si no de sus páginas brotaron nuestros sentimientos de amor a la patria, a la naturaleza, a la vida?

Por eso ya no envidio a su hijo, porque sé que todo lo que le escribió no fue sólo pensando en él, también lo hizo para mí y para todos los niños del mundo

Gracias a usted somos felices, sonreímos porque tenemos lo que siempre soñó para nosotros: libertad, dignidad. Nunca viviremos impuros, de eso puede estar seguro, pues contamos con sus enseñanzas como un tesoro que guardamos con recelo

Ahora sé por qué quería ser nuestro amigo. El hombre de La Edad de Oro es más que eso, es más bien nuestro padre, así lo sentimos y así será siempre; mientras haya un cubano digno, lo admirará y lo respetará a usted

Le agradezco, Maestro, tanta sabiduría y dedicación para con nosotros, los niños

                               No le olvidaremos nunca,

                               Un abrazo, Ale