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Foto de Generoso Funcasta: crónicas fotográficas cubanas desde el talento y la bondad

Generoso Funcasta: crónicas fotográficas cubanas desde el talento y la bondad

9/10/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

La historia de la fotografía cubana contiene en sus páginas –aún insuficientemente investigadas- un arsenal de nombres que, cámara en mano, aportaron imágenes que han trascendido a su tiempo, obras de arte cargadas de simbolismo y valor documental que devienen vestigios de una época y enriquecen la reconstrucción de períodos históricos de nuestro archipiélago, de su gente, de su cultura.

Nuestra condición de pioneros del invento de Daguerre en Iberoamérica, nos dio la posibilidad de implementar las diferentes técnicas y marcar estilos propios desde el período colonial, que se consolidaron durante la república y sirvieron de arma visual y cultural de la Revolución de enero de 1959. Resulta abundante el patrimonio fotográfico que se conserva en archivos institucionales y privados, y junto a ellos está, no siempre explorada, la impronta de sus autores, profesionales anónimos y poco reconocidos en el mundo de la imagen, la prensa y el arte en general.

Esta jornada del 9 de octubre es oportuna para evocar la memoria de uno de los grandes fotorreporteros cubanos, Generoso Funcasta Boizán, quien falleció en La Habana –ciudad inspiradora y centro de sus reportajes- un día como hoy pero de 1965. La muerte irrumpió en la vida del hombre, luego de padecer un cáncer lamentable, cuando contaba probada experiencia profesional, a la edad de 57 años, y aún podía entregar reflexivas escenas visuales de la vida sociocultural cubana de los años sesenta y de décadas posteriores. 

Por entonces laboraba como fotógrafo del periódico El Mundo y la revista Mujeres. Al triunfo de la Revolución trabajó para la revista Verde Olivo y continuó en Carteles -hasta el cierre de esta en 1960- medio de prensa al que dedicó la mayor parte de su vida profesional. 

La obra de Funcasta es tan vasta y variada como el día a día de un país, en un período de cuarenta años, tiempo que comprende su trayectoria laboral activa, iniciada en 1927 de la mano de su amigo y fotógrafo de prensa, Enrique Kiko Figarola, con quien formó una dupla profesional bajo la firma “Kiko y Funcasta” que los mantuvo unidos hasta el fallecimiento del primero, en 1942. 

Gran parte de ese cúmulo de imágenes en negativos y fotos se encuentra en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM). Recorrer las instantáneas –la mayoría, sin identificación- es un arduo y fascinante camino que indispensablemente tiene que hacerse de la mano de la prensa para la cual trabajó, fundamentalmente desde los diarios Heraldo de Cuba, Ahora y la revista Carteles. También Bohemia publicó fotografías suyas, principalmente las que reflejan los sucesos de la caída de Machado, en agosto de 1933.

Las instantáneas de deporte constituyeron las primeras incursiones profesionales en el mundo de la imagen que tuvo Funcasta. Kiko Figarola era experto en ellas y lo insertó a los 17 años como su ayudante –desde su cargo de jefe de fotografía en Heraldo de Cuba- y más tarde en Carteles. El acontecer deportivo de finales de los años veinte y el primer lustro de 1930, no escapó a los polvos de magnesio y los negativos de cristal de Funcasta, quien así complementaba su afición por los deportes, en particular por la esgrima y el boxeo.

Profusamente representadas en su obra se encuentran las competencias deportivas que desarrollaban los clubes privados de la capital como el Havana Yacht Club, y el Vedado Tennis Club, principalmente las regatas de remos en el Malecón habanero, las de velas, lanchas de motor, carreras de autos, boxeo, béisbol, polo, equitación, balompié, así como los juegos escolares de colegios privados entre los que destacan La Salle, los Escolapios y el Instituto Edison, en este último donde estudiaron sus hijos.

Por su condición de fotorreportero de Heraldo de Cuba, diario que representaba los intereses del gobierno de Gerardo Machado, captó la figura del presidente dictador en disímiles actividades, desde la toma de posesión de su segundo mandato, en 1929, hasta los desfiles frente al Monumento al Maine, inauguraciones de obras, recorridos por provincias del país, recibimiento a visitantes extranjeros y otros escenarios que comprendía la agenda del mandatario y sus aliados. 

De las décadas del treinta y cuarenta son las fotos de los bailes de carnaval, los comercios, vendedores ambulantes, repartidores de periódicos, exposiciones y ferias de productos industriales y de animales, las fábricas y sus obreros, los reportajes en hospitales y asilos, las manifestaciones obreras y estudiantiles, los detenidos en las estaciones de policía, en resumen, una amplia gama de acontecimientos cotidianos pero relevantes en su momento y al paso del tiempo, por los cuales alcanza el calificativo de “cronista por excelencia”,  según la fotógrafa e historiadora cubana  María Eugenia Haya.

Paralelamente a la labor que realizaba y a los intereses informativos a los que debía su ocupación, Generoso Funcasta fue un acérrimo antimachadista. Varias son las evidencias que prueban su militancia del lado opuesto a Machado, junto a revolucionarios como el periodista y patriota Juan Gualberto Gómez, con quien sostuvo una entrañable amistad, extensiva a su familia, y con Pablo de la Torriente Brau, de quien fuera amigo y colega en el periódico Ahora y quien da fe de la posición política de Funcasta al destacar que, junto a su amigo Kiko Figarola, imprimían postales y proclamas contra Machado en los propios talleres del Heraldo.   

El epistolario de Torriente Brau durante su último exilio neoyorquino de 1935, revela la complicidad y confianza del periodista en el fotógrafo, lo llama “querido amigo” y le hace saber lo abrumado que estaba ante la muerte de Antonio Guiteras. Es válido señalar que Funcasta fotografió los cadáveres de Antonio Guiteras y del luchador venezolano Carlos Aponte en el necrocomio de Matanzas, luego de ser asesinados en El Morrillo, el 8 de mayo de 1935. 

El rostro de Pablo quedó inmortalizado por la cámara de Funcasta. La foto que le hiciera a principios de los años treinta presenta el perfil del joven Pablo, con boina  y mirada reflexiva, muy a tono con su pensamiento de revolucionario. 

La obra funcastiana, documental en su esencia, trasciende al ámbito estrictamente periodístico para legarnos, consciente o no de ello, fotos con un alto valor artístico, lo cual reafirma Haya, al expresar que “Funcasta vinculó a las exigencias del fotorreportaje criterios formales muy acertados, para lograr fotos de gran belleza”.  

Como resultado de su talento y empeño de superación -pues se hace necesario destacar la formación autodidacta de los fotorreporteros cubanos antes de inaugurarse en 1943 la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling”- le fue otorgado el certificado de aptitud periodística, aval profesional que le permitió desarrollar su labor foto-reporteril en los medios de prensa y pertenecer al Colegio Nacional de Periodistas. Fue un miembro activo de la Asociación de Repórters de La Habana y de la Unión de Reporteros Gráficos, organizaciones en que ocupó cargos y obtuvo reconocimientos. 

Al talento que poseía y al prestigio y estimación ganados en el medio fotoperiodístico nacional, se suman la bondad y el carácter del esposo y padre de tres hijos. Sus hijas Elvira y Ana María dan testimonio de su sentido de organización y responsabilidad, además de manifestar las habilidades que poseía para arreglar sus propias cámaras e inventar soluciones que viabilizaran su trabajo en la fotografía. “Era muy querido y respetado por sus amigos” , afirman sus hijas.  

Del mismo modo que bebió de experimentados profesionales en sus años de aprendiz fotográfico, supo transmitir la experiencia acumulada. El fotorreportero Ernesto Fernández considera a Funcasta uno de sus primeros maestros. De su experiencia en Carteles son las siguientes impresiones sobre Funcasta:

Cuando comencé en Carteles conocí a Funcasta, ya él era un consagrado. Tenía una vida metódica: entraba temprano, a eso de las 8 o las 9 am y se ubicaba en la redacción a leer el periódico, eso fue alrededor de 1952 o 1953; y cuando lo mandaban a hacer algún trabajo, salía a la calle y muchas veces me llevaba. […] Tenía mucha experiencia, pues vivió la etapa de los chasis y los cristales, y me enseñó a preparar esas películas, que las hacíamos a veces en algunas actividades; incluso, llevábamos magnesio y le echábamos a perder la comida a la gente. Era una persona muy entusiasta y en eso me ayudó y enseñó mucho. Su obra fotográfica es fundamental para el estudio de la historia de Cuba y en particular de la ciudad de La Habana. 

La obra de Generoso Funcasta es uno de los testimonios gráficos más abarcadores en cuanto a temáticas de la historia de Cuba en la etapa republicana. Sus fotografías son crónicas de la sociedad que le tocó vivir y revelan la profunda sensibilidad de su creador, su compromiso con las causas nobles y la entereza del ser humano que dedicó la mayor parte de sus días a la fotografía de prensa.

Foto de Retrato de Pablo de la Torriente Brau. Foto Funcasta, ca. 1933-1934. Fondos BNCJM Retrato de Pablo de la Torriente Brau. Foto Funcasta, ca. 1933-1934. Fondos BNCJM
Foto de Vendedores de periódicos en La Habana. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Vendedores de periódicos en La Habana. Foto Funcasta, Fondos BNCJM
Foto de Carnaval habanero, ca. 1930. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Carnaval habanero, ca. 1930. Foto Funcasta, Fondos BNCJM
Foto de Sexteto Paraíso, 1931. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Sexteto Paraíso, 1931. Foto Funcasta, Fondos BNCJM
Foto de Vendedores de Helado Guarina. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Vendedores de Helado Guarina. Foto Funcasta, Fondos BNCJM
Foto de Tabaqueros. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Tabaqueros. Foto Funcasta, Fondos BNCJM
Foto de Funcasta recibe el Premio Periodístico “Juan Gualberto Gómez” en 1955. Le acompañan Fernando Fernández y Bebo Valdés. Foto archivo de Jorge Oller.         Funcasta recibe el Premio Periodístico “Juan Gualberto Gómez” en 1955. Le acompañan Fernando Fernández y Bebo Valdés. Foto archivo de Jorge Oller.
Foto de   Carrera de autos, ca. 1930. Foto Funcasta, Fondos BNCJM Carrera de autos, ca. 1930. Foto Funcasta, Fondos BNCJM