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Foto de Correo desde la isla de la dignidad. Nuestra inolvidable amiga Doña Carmen Quidiello de Bosch

Correo desde la isla de la dignidad. Nuestra inolvidable amiga Doña Carmen Quidiello de Bosch

21/12/2020
Por: Eloisa M. Carreras Varona , Biblioteca Nacional José Martí

Con profundo dolor he conocido la noticia de la partida física de la ilustre Doña Carmen Quidiello de Bosch, nuestra entrañable, muy querida e inolvidable amiga. 

Ella y Don Juan fueron parte de esos seres bienhechores y generosos, llenos de luz y talento, que integraron ese singular y maravilloso planeta en el que vivía Armando y en el que yo tuve el honor de orbitar. Con ellos me arropó a lo largo de toda la vida. Ahora recuerdo con absoluto placer que, desde principios de los años noventa, cuando la conocí junto a Don Juan, con esa dulzura que la caracterizaba me brindó todo su apoyo y protección tanto a mí como a mis hijas. 

Nunca olvidaré que con Armando estuvimos acompañándola hasta La Vega, en aquellas terribles y largas horas de dolor, cuando la partida física de su amado esposo en noviembre del 2001. Poco tiempo después, en abril del 2002, cuando la Feria del Libro en Santo Domingo, Doña Carmen personalmente se hizo cargo, de todas las diligencias posibles e inimaginables para la presentación de mi libro “Biobibliografía de Armando Hart Dávalos años noventa”, lo que la hizo muy feliz. Tiempo después, también pudimos compartir intensamente durante una estancia bastante prolongada que tuvo en La Habana por razones de salud, periodo en el que, vivíamos tan cerca que éramos vecinas. 

En junio del año 2009, cuando las intensas celebraciones por el centenario de Don Juan en Santo Domingo, la pudimos ver y abrazar por última vez en su casa, después de una visita que le hicimos a la Fundación…, pero ya casi no hablamos…, Armando estaba muy abatido cuando salimos y me dijo, mi amor recuérdalo bien es la última vez que la vamos a ver…  fue así…

Descansa en la paz y la luz que viviste querida amiga.

Nos encontraremos luego, pero para mí tú estás aquí, te siento viva en todos mis entrañables afectos, porque aprendí que cuando uno quiere y ama así, no existe partida posible.

DOÑA CARMEN, 

GRACIAS POR TU DIGNA Y PARADIGMATICA VIDA, CUBANA Y DOMINICANA EJEMPLAR.