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Correo desde la Isla de la Dignidad. Vietnam estamos contigo

26/1/2021
Por: Eloisa M. Carreras Varona y Armando Hart Dávalos, Biblioteca Nacional José Martí

Saludamos la celebración del XIII Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV) que tiene lugar en el Centro Nacional de Convenciones de Hanoi. En homenaje a estas jornadas de los hermanos vietnamitas, desde Crónicas comparto un valioso recuerdo del firme respaldo de nuestro pueblo y gobierno a sus luchas; cuando el 20 de julio de 1965, en nuestra capital se efectuó el acto de clausura de la Jornada de Solidaridad con Vietnam y entonces el Dr. Hart tuvo el honor de pronunciar el discurso central en aquel acto conmovedor. En el cual estuvo acompañado del Embajador Vietnam en nuestro país, el Jefe de la Misión del Frente de Liberación Nacional de Vietnam en Cuba, los miembros del Comité de Solidaridad con Vietnam y los integrantes del Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país. 

Siempre recordaremos nuestras sagradas memorias, gracias Armando por tu probada lealtad a Fidel y a nuestra Revolución.    

[El imperialismo resulta impotente para contener la marcha revolucionaria e inevitable de los pueblos oprimidos del mundo]

Culminamos esta noche los actos de solidaridad con el pueblo de Vietnam, pero en realidad nuestro pueblo está en permanente solidaridad con el pueblo vietnamita. Por eso, no quiso el Comité celebrar una semana dedicada a la solidaridad con los vietnamitas, sino solo señalar, como una jornada, a la permanente solidaridad con ese pueblo. En este apoyo militante de nuestro pueblo, hay una gran emoción revolucionaria; pero, además, hay la profunda convicción de que luchando y combatiendo a favor de Vietnam, manifestando esa simpatía militante a los vietnamitas, nuestro pueblo está también cumpliendo con el sagrado deber del internacionalismo proletario.

Para nuestro pueblo y Partido, la causa de Vietnam no es un hecho pasajero en su política, sino algo profundamente arraigado en las convicciones y conciencia revolucionaria del pueblo de Cuba. Pero en la lucha del pueblo de Vietnam del Sur y del pueblo de la República Democrática de Vietnam, nuestro pueblo también se educa y se desarrolla políticamente. Nuestros obreros, campesinos, estudiantes y trabajadores en general, se forjan revolucionariamente. ¡Todos nos educamos revolucionariamente, apoyando la causa del pueblo vietnamita! Porque esa causa está llena de enseñanzas revolucionarias para todos los pueblos del mundo. Los cubanos aprovechamos la enorme experiencia que esa lucha revolucionaria les va dejando a todos los pueblos del mundo.

Hoy nos parece que lo más importante es destacar la enorme experiencia de lo que significan los acontecimientos en Vietnam. Y la primera lección que se puede extraer de esa lucha, es que la Revolución es posible, tal como dice la Segunda Declaración de La Habana. El pueblo de Vietnam del Sur está demostrando, en la realidad concreta de los hechos, que la Revolución es posible. Y que cuando un pueblo se decide a combatir al imperialismo, ese pueblo marcha adelante y el imperialismo retrocede.

Otra gran lección que extraemos los cubanos, es que el imperialismo resulta impotente para contener la marcha inevitable de la historia, para contener la marcha revolucionaria de los pueblos oprimidos del mundo.

Y mientras más agreden al pueblo vietnamita, mientras más bombardean sus aldeas y ciudades, mientras más tropelías comenten, mientras más agresiones realizan, mayor impotencia demuestran, mayor incapacidad demuestran para detener el proceso inevitable de la liberación completa de Vietnam.

Últimamente el imperialismo se ha tenido que quitar muchas caretas. Se ha tenido que quitar la careta en Vietnam, se ha tenido que quitar la careta en Santo Domingo y se tendrá que seguir quitando caretas en muchos otros lugares del mundo.

Nosotros los cubanos conocemos perfectamente la naturaleza criminal del imperialismo. Conocemos de sus atropellos, de sus crímenes, de sus atrocidades; conocemos todo eso perfectamente. Sin embargo, día a día, estas verdades se hacen más evidentes para la conciencia y la opinión pública mundial. Lo que demuestra hasta dónde ha avanzado la crisis profunda del imperialismo yanqui. Ellos quisieran dominar la crisis de Vietnam o dominar la situación en Vietnam, con simples medidas políticas o con simples medidas policíacas, pero no pueden hacerlo porque son impotentes. Como no pueden hacerlo en Santo Domingo porque son impotentes. Pero ya esos tiempos han pasado. Ahora tienen que enfrentarse a los pueblos, y los pueblos han dicho: “basta”, los pueblos han dicho: “está bueno ya”.

Después de una lucha de nueve años y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, el pueblo vietnamita conquistó importantes victorias. Entre esas victorias estaba el logro de los Acuerdos de Ginebra de 1954. Esos acuerdos reconocían para todos los pueblos de la región, el derecho a la soberanía. En el caso de Vietnam se trazó una línea divisoria que solo tenía un efecto militar, pero debía garantizar esos Acuerdos y por eso, se estipuló también, que el país se unificaría a través de un proceso pacífico, a través de un proceso de elecciones generales. 

De esta manera el colonialismo francés fenecía en la tierra vietnamita, pero los yanquis quisieron heredar los restos del colonialismo francés en esa zona y al hacerlo, heredaron también el tremendo problema que hoy los tiene nerviosos y preocupados. Crearon las condiciones para que en la zona sur del país se estableciera un gobierno títere y lo que debía ser una simple administración militar, la transformaron en un gobierno sometido a sus orientaciones. Fue así como nació y se desarrolló el gobierno de la zona sur del país.

Y uno se pregunta: ¿qué hacen o que hacían los yanquis allá en Asia, a 20 000 millas de su territorio? Ellos afirman que no pueden permitir otra Revolución Socialista en América Latina, porque no pueden permitir una fuerza extracontinental en nuestro continente. Uno se pregunta: ¿qué hacen ellos en Asia?, ¿es que acaso no son ellos en Asia una fuerza extracontinental? 

Al violar los Acuerdos de Ginebra y al pretender imponerle a un pueblo de Asia su propia dominación y explotación, están entrando en contradicciones, no solo con ese pueblo, sino con todos los pueblos de Asia y con todos los pueblos del mundo.

Aquí, en el Caribe, nos acusan de traer una ideología extraña y por allá, en Asia, implantan o tratan de implantar su ideología, la ideología imperialista. Tanto aquí en Cuba, como en Santo Domingo, Venezuela o Panamá, como allá en el Sudeste asiático, o en cualquier otra parte del mundo, los imperialistas están entrando en contradicciones con la ideología revolucionaria de los pueblos oprimidos del mundo.

¡Esta es otra experiencia que tenemos que extraer de la situación de Vietnam! La situación de Vietnam es la misma situación de cualquier pueblo oprimido de Asia, África o América Latina que lucha contra el imperialismo. Tratan de pasar por encima de los derechos de los pueblos; tratan de pasar por encima del principio de soberanía nacional. Y al hacerlo, entran en contradicción con la historia, entran en contradicción con todos los pueblos del mundo y acabarán entrando en contradicción con su propio pueblo.

En estos días que estamos preparándonos para conmemorar el glorioso aniversario del 26 de Julio de 1953, nuestro espíritu revolucionario y combatiente se llena de júbilo y de satisfacción al comprobar cómo la lucha cubana nos va identificando más y más con la lucha de otros pueblos, aunque se encuentren geográficamente muy distantes.

Hoy recordábamos con la compañera Melba, cómo para nosotros significaba algo extraordinario acercarse a esta fecha con una conmemoración más del 26 de Julio, apreciar, al mismo tiempo cómo nuestro pueblo revolucionario y su vanguardia, el Partido Unido de la Revolución Socialista, rinden homenaje a un pueblo geográficamente muy distante de nosotros, pero que vive en el corazón de todos los revolucionarios cubanos, que vive en el corazón de nuestro pueblo.

Porque ya no importan las distancias, ya no importa la geografía; lo que importa ahora es las ideas revolucionarias de los pueblos. Y la idea revolucionaria de los pueblos, las ideas socialistas, las ideas marxista-leninistas avanzan por encima de la geografía y de las fronteras.

A esa lucha y a lo combatividad revolucionaria de los pueblos, le teme el imperialismo. El imperialismo le teme a las masas revolucionarias, a los pueblos revolucionarios. Porque sabe, además, que las masas revolucionarias y los pueblos revolucionarios del mundo, no están solos hoy, no están aislados, sino respaldados por el campo socialista.

Han pasado once años de los Acuerdos de Ginebra y 12 años del asalto al Cuartel Moncada, hace 10 u 11 años el pueblo cubano y el pueblo vietnamita apenas se conocían. En aquella época estábamos separados por la geografía, sin embargo, acontecimientos de esta última década nos han unido. Y así, año tras año, los pueblos de todo el mundo irán uniéndose; los pueblos que antes andaban separados, andarán en el futuro, más y más unidos. Cuando ocurrían los acontecimientos en Dien Bien Phu, o cuando ocurrían los acontecimientos del Moncada, los pueblos cubano y vietnamita apenas se conocían.

Hoy, sin embargo, cuando ocurren los gloriosos acontecimientos del avance de la Fuerza de Liberación Nacional en Vietnam del Sur y cuando conmemoramos un aniversario más del asalto al Cuartel Moncada, los pueblos cubano y vietnamita se hallan hermanados, se hallan enlazados, se hallan unidos de manera indestructible. Fue en esa unidad militante en la que nos basamos para alcanzar las victorias revolucionarias; es esa unidad militante y combatiente, es esa unidad revolucionaria de las masas y de los pueblos, la que va a servir de fuerza decisiva al mundo del mañana.

Ejemplo elocuente de esa unidad es este acto; ejemplo elocuente de esa unidad es nuestra identificación profunda con el pueblo de Vietnam; es nuestra identificación con todos los pueblos que luchan por su liberación. Esa unidad de las masas, esa unidad revolucionaria y combatiente para alcanzar los grandes objetivos de la lucha por la liberación nacional, los grandes objetivos de la lucha por el socialismo, esa unidad nos dará la victoria, unidad combatiente y revolucionaria.

Lanzando la consigna de esa unidad, el compañero Fidel Castro señaló que era necesario convertir a Vietnam en un cementerio de aviones yanquis; lanzando la consigna revolucionaria de esa unidad, el compañero Fidel Castro señaló que era indispensable el esfuerzo y la ayuda de todo el campo socialista y de todos los pueblos progresistas y revolucionarios al pueblo revolucionario de Vietnam.

El pueblo de Vietnam ha recibido la ayuda de los pueblos del mundo, ha recibido la ayuda del campo socialista; el pueblo de Vietnam hoy lucha por hacer avanzar la Revolución en el sudeste asiático. Constituye el pueblo de Vietnam, tal como dijo su Embajador en Cuba, la avanzada del socialismo en el sudeste asiático.

El pueblo de Vietnam, tanto el del norte como el del sur, luchan, antes que nada, por la unificación de su país, porque a ese país no habrá fuerza que lo pueda separar, porque ese país tiene una gran voluntad de lucha y el pueblo de Vietnam del Sur sabrá conquistar la victoria revolucionaria y marchar hacia la unificación de todo el Vietnam.

Mientras más agredan los imperialistas, más fuertes serán los vietnamitas. Hay que ver todos los días la información que nos traen los cables, en la que podemos comprobar, cómo en verdad la guerra de liberación progresa en Vietnam del Sur, cómo de verdad los yanquis están perdidos en Vietnam. Incluso la propia prensa imperialista tiene en ocasiones que reconocer que están perdidos en Vietnam, están derrotados. Será cuestión de tiempo, de más o de menos tiempo; pero la victoria será del pueblo de Vietnam. Y esto no es una simple consigna, esto es una verdad derivada del análisis objetivo de las victorias que están obteniendo todos los días los combatientes del Frente de Liberación Nacional.

Día a día avanzan, día a día progresan. Y ellos tendrán que reconocer su derrota. Seguirán llevando tropas, seguirán llevando fuerzas; pero eso es lo que determinará  que miles y miles de norteamericanos caerán también en esa lucha, miles y miles de yanquis caerán y seguirán cayendo en esa lucha. Por muchas tropas que lleven, por muchos hombres que lleven, miles y miles de norteamericanos morirán en esa lucha.

El imperialismo entra incluso en contradicción hasta con su propio pueblo, porque los norteamericanos que llevan a morir a Vietnam, no tienen por qué morir por una causa injusta; ellos no tienen por qué morir, mueren por defender los intereses del imperialismo. Miles y miles de norteamericanos, de soldados norteamericanos caen en esa lucha, y eso acabará influyendo en el propio pueblo de los Estados Unidos.

¿Continuarán la guerra? La continuarán. Pero lo que determinará la continuación de la guerra es la muerte de centenares y centenares, de miles y miles de norteamericanos.  Y acabarán —como decíamos— entrando en contradicción con todos los pueblos; entrando en contradicción con los pueblos oprimidos, entrando en contradicción con sus propios aliados y acabarán entrando en contradicción hasta con su propio pueblo. Todo esto demuestra la naturaleza criminal del imperialismo yanqui, la naturaleza criminal del sistema de explotación imperialista; todo esto demuestra que el triunfo será de los pueblos.

Y se recordará la historia de los gloriosos combatientes de Vietnam y no se acordará de aquellos que luchan contra el pueblo de Vietnam; la historia solo recordará a los que luchan con el pueblo de Vietnam.

Compañeros del Frente de Liberación Nacional de Vietnam; compañeros de las delegaciones a la conmemoración del 26 de Julio de Vietnam; compañeros de la Embajada de la República Democrática de Vietnam: Pueden ustedes estar convencidos de que el pueblo cubano, de que nuestro Partido, está dispuesto a seguir luchando y a combatir en cualquier terreno, en defensa de vuestra causa; pueden, compañeros vietnamitas, estar ustedes convencidos de que con esto cumplimos un honroso deber revolucionario; pueden ustedes, compañeros vietnamitas, estar convencidos de que vuestras victorias son victorias para nuestro pueblo, de que vuestros sufrimientos son sufrimientos para nuestro pueblo; pueden ustedes, compañeros vietnamitas, tener la seguridad de que nuestro pueblo quiere al pueblo de Vietnam y a la Revolución de Vietnam, como quiere a la Revolución Cubana y a la Revolución de todos los pueblos oprimidos del mundo.

¡Viva el heroico pueblo de vietnam!

¡PATRIA O MUERTE! ¡VENCEREMOS!

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