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Concurso Leer a Martí. Edición 2003. Los libros se cuidan
5/4/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí
La lectura es bien importante desde niños, si nos acostumbramos a leer a diario, los libros siempre nos acompañaran, este relato está escrito por una niña de 5º grado que fue ganadora en el Concurso Leer a Martí del año 2003 y Concurso por la provincia de La Habana.
Nené traviesa en mis sueños
Por Eliagne Lima González
Todas las noches mi abuela me lee un cuento y hoy, como otras veces, la espero con impaciencia, pues prometió contarme anécdotas del autor que más quiero: José Martí.
¡Cómo trabaja mi dulce abuela en la oficina!, pienso ya arropada en mi cama de sábanas blancas. Una leve brisa mueve las cortinas de la ventana y me acurruco suavemente abrazada al libro La Edad de Oro que ella me regaló
Hoy ´´abue´´ llegó cargada de papeles y todavía está trabajando. Lentamente, resignada, me quedé dormida
De pronto sentí unos pasitos lentos que se acercaban, abrí los ojos y ¡adivinen a quién vi! Era nena traviesa que llevaba el viejo libro de su padre, se sentó en el piso y comenzó a romperlo y arrancarle hojas
- ¿Nene? –le pregunté- qué haces aquí?
- ¡Silencio! –me respondió bajito-. Ayúdame a quitar la hoja del gigante malo, de prisa
-pero los libros no se rompen, se cuidan. ¿Es que acaso no sabes lo que es un libro?
-y tú, ¿cómo te llamas? – preguntó
-mi nombre es Eliagne- le respondí y me senté a su lado
Le expliqué que un libro es un buen amigo, nos cultiva la inteligencia, nos hace más cultos y educados, aprendemos sobre los fenómenos de la naturaleza…
-además, nene- le dije acariciando su cabecita de hermosos bucles y mirando sus ojitos asombrados-, ¿tú sabes cuánto tiene que trabajar tu pobre papá para pagar ese libro tan antiguo?
Ella sonrió con picardía, ladeó su carita y me dijo:
-no hay un niño cubano que me haya dado la razón al verme romper el libro
- ¿Has visitado a alguien más? - pregunté asombrada
Se levantó, arregló los encajes de su batica y me respondió con voz cantarina:
-todas las noches en sueños visito a los niños que leen el libro La Edad de Oro. Este libro es mágico, mira, tiene sus hojas pegadas, no lo rompí, ja, ja, ja
-ja, ja, ja- reí yo también
Nos tomamos de la mano y mágicamente estábamos en la habitación donde se guardan los libros. Ayudé a Nene a colocarlo en su lugar y salimos al jardín donde conversaba Bebé con un anciano esclavo. Escuchamos la historia de cuando ellos eran príncipes en su país. Esto no lo entendí, pero se lo preguntaré a mi maestra
Nene no podía estar quieta y me hizo señas para que viera pasar a Pilar, con su amiguita pobre, que llevaba en los pies los zapaticos de rosa
¡Cómo me divertí jugando con Nene juegos viejos y nuevos! Saludamos al camarón encantado y a Loppi, pero no vimos a Masicas porque estaba brava
Mi nueva amiguita me acompañó por todo el hermoso mundo de La Edad de Oro
Cuando regresamos en el coche le pregunté a Nene cómo se sentía siendo un gran personaje de este libro que hizo Martí con amor para los niños, y me respondió:
-me siento muy feliz pues los niños somos la esperanza del mundo
- ¿Prometes no maltratas más a los libros? –pregunté
-¡Jamás! Pues yo quiero ser buena, y algún día vivir en la estrella azul
Nos abrazamos alegres porque una voz muy dulce me llamaba. Era abuelita. Me desperté y me colgué de su cuello:
-abuela, ¿tú crees que yo soy buena?
Ella me acarició la cabeza y sonriendo me dijo:
-tú también vivirás en la estrella azul
La miré pensativa y descubrí que tenía mi libro en sus manos y por una de sus páginas asomada la pícara cabecita de Nene traviesa
¡Qué sueño más hermoso!