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120 Aniversario BNCJM- De la historia contada por las revistas cubanas de los sesenta. La experiencia cubana de los Círculos Infantiles
10/4/2021
Por: Vilma N. Ponce Suárez, Biblioteca Nacional José Martí
Una difícil misión asumió Clementina Serra Robledo cuando la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) le dio la tarea de dirigir a nivel nacional los Círculos Infantiles que se crearían a partir de 1961. En Cuba no había experiencia sobre el funcionamiento de estas instituciones, pues antes de 1959 existían solo 38 creches, algunas con el fin de cuidar a los niños sin amparo familiar 1. Y lo que se pretendía ahora era instaurar un sistema más complejo, en el que se atendiera a los niños, y al mismo tiempo, se les educara y estimulara su desarrollo físico e intelectual. Faltaba para ello el personal capacitado, con conocimientos en Psicología y Pedagogía Infantil.
La iniciativa enfrentaba, además, el rumor contrarrevolucionario de que los padres perderían la patria potestad de sus hijos. Sobre este asunto habló Fidel Castro en la clausura de la Plenaria Nacional de los Círculos Sociales, efectuada el 16 de diciembre de 1960: “(…) en muchas personas prenden estas mentiras por ignorancia, por falta de perspectiva, por falta de criterio para analizar las cosas y para ver. En primer lugar, no hemos oído hablar de ningún país socialista que les haya quitado los niños a los padres. En segundo lugar, nosotros hemos hecho esta Revolución con métodos muy propios y con estilo muy propio. Y entre otros, el estilo de decirle al pueblo siempre la verdad con entera franqueza y con absoluta honradez”. Y aclaró: “(…) los círculos infantiles vienen a ser (…) el sitio donde cualquier mujer que trabaja y tiene un hijo, lo lleva cuando va para el trabajo y lo recoge cuando regresa del trabajo”. 2
Precisamente, en abril de 1961 la revista “INRA” publicó el reportaje “Los círculos infantiles”, de la periodista Ana Pardo. Muy esclarecedor resultó este trabajo, pues se explicaron los objetivos de dichos centros, sus características, las reducidas cuotas que se debían pagar; así como, las actividades educativas, alimentación y la atención a la salud que recibirían los niños. Clementina Serra fue una de las personas entrevistadas. Ella se refirió a estos temas; y a otros, como el motivo del nombre de Círculo Infantil: “Si observamos, notaremos que la vida de los niños se desenvuelve en constantes círculos. En la familia, entre los amigos, en la escuela, en los parques, las fiestas, etc., que les lleva a relacionarse entre sí. Es por esto que se les ha puesto Círculos Infantiles, donde todos harán una vida igual, disfrutando las mismas alegrías y recibiendo las mismas atenciones”3. Cada Círculo Infantil tendría una matrícula aproximada de 120 infantes, con edades comprendidas entre los 45 días de nacidos hasta los seis años. La única condición era que las madres fueran trabajadoras asalariadas.
Sin la creación de los Círculos Infantiles desde esos primeros años de Revolución hubiese sido casi imposible que la mujer cubana alcanzara los niveles que obtuvo en la incorporación al trabajo, el estudio, la defensa, el deporte y la cultura. Este proyecto les brindó, asimismo, la posibilidad de empleo a muchas féminas. En ese “Año de la Educación”, 300 de ellas, en edades de 25 a 45 años y con algunos estudios aprobados, recibieron becas para formarse como directoras de los Círculos Infantiles; mientras que, 1100 jóvenes campesinas, entre 17 y 25 años, estudiantes de las Escuelas para Adultos, comenzaron a prepararse como asistentes.
Durante esta etapa inicial, trabajadores de diferentes sectores contribuyeron de manera voluntaria a la construcción de los círculos con donaciones monetarias; o laboraron horas extras confeccionando las ropitas de los niños y elaborando sus alimentos. Por su parte, la FMC recaudó fondos en la organización de fiestas, funciones de obras de teatro y de títeres, y en otras actividades.
Varios años después, en octubre de 1967, la revista “Cuba” publicó el artículo “¿Dónde queda el país de los niños?”, del argentino Alfredo Muñoz-Unsain. La experiencia se consolidaba. De ello daban fe las fotografías de Osvaldo Salas que captaron a los niños y niñas durante sus juegos en el Círculo Infantil.
En medio de este proceso emancipador de la mujer, en la redacción de los dos reportajes se constataba aún la concepción sobre su responsabilidad unilateral en la crianza de los hijos. Deberían transcurrir muchos años para que se asentara en la psicología social del cubano la idea de que este era un deber de ambos padres.
Una frase de Muñoz-Unsain nos recordó la idea que expresara Fidel en el 61. Ahora el periodista enfatizaba: “Cuba inventó los Círculos Infantiles cubanos, adoptando las experiencias ajenas aplicables a las particularidades cubanas, y generando soluciones propias para problemas propios”. 4
1 Franco García, O.: “Los círculos infantiles en Cuba: una obra de la revolución”, Laplage em revista, 3, 1, Brasil, 2007. Recuperado de https://www.redalyc.org/jatsRepo/5527/552756521011/html/index.html
2 Castro Ruz, F.: “Discurso pronunciado en la clausura de la Plenaria Nacional de los Círculos Sociales”, La Habana, 16 de diciembre de 1960. Recuperado de http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f161264e.html
3 Pardo, A.: “Los Círculos Infantiles”, INRA, 2: [5], La Habana, abril de 1961.
4 Muñoz-Unsain, A.: “¿Dónde queda el país de los niños?”, Cuba, 66: 42, La Habana, octubre 1967.