Homenaje. Olga Vega, valioso ser de luz

12/7/2022
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

No es posible hablar de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM), de Salas Especializadas o Colección Cubana, de Fondos Raros y Valiosos, sin mencionar el nombre de Olga Vega García. Sus pasos y modo de hablar característicos honraron la institución desde 1971 hasta esta mañana de julio, en que partió, tranquila, acompañada de su hijo y bien cuidada, a otra dimensión.

En la lista extensa de mis agradecimientos en el ámbito profesional, Olguita ocupa uno de los primerísimos lugares. Gracias a su “olfato” como bien decía, pasé del departamento Circulante a la Fototeca de Colección Cubana. Fue ella quien, luego de darme la oportunidad de examinar el módulo de Historia del libro y las bibliotecas, del Diplomado en Bibliotecología, a finales de 2009, mencionó mi nombre en un Consejo de Dirección.

Más tarde, me correspondió el altísimo honor de ser su colega-discípula en los Fondos Raros y Valiosos, espacio sagrado al que dedicó décadas de investigación, cual celosa guardiana de los tesoros documentales que develaba en cada entrega de la Revista de la BNJM y en la sección de su tipo que inauguró en Librínsula.  

Decir incunable, libro antiguo, documento raro, exlibris y un largo glosario de términos en materia de Bibliotecología, es mencionar a Olga Vega García como autoridad en la Biblioteca Nacional, en Cuba y en arenas internacionales.  

Desde joven su inquietud por la investigación la llevó a superarse de forma constante, con ese don de almacenar datos y buscar, cual redes informáticas, la indagación precisa para los estudiantes de decenas de Tesis de Diploma que tutoró o para quien solicitara sus servicios. La docencia, como profesora auxiliar de la Universidad de La Habana, resultó otra labor en su vida profesional, desde las clases en la Escuela de Técnico en Bibliotecas, diplomados, postgrados, cursos de habilitación y conferencias. La formación de jóvenes relevos, las referencias oportunas detrás de tanta cultura, fueron acciones naturales en esta bibliotecaria. 

Desde hoy, quien suscribe, su “clon”, como solía llamarme, queda huérfana de una madre intelectual, del ser humano preocupado siempre por ayudar, por ofrecer lo que tenía. Extrañaré sus llamadas, incluso a la hora de la telenovela o cuando preparaba al niño para dormir, al “conejito”, como les llamaba a los niños de sus afectos.

Descansa en paz, Olguita querida, así como pasaste del sueño a la eternidad. En donde estés brillarás con auténtica luz. En mi PC guardo varias copias de tus tesoros, y en mi alma quedará la huella eterna de tus enseñanzas y tus frases célebres, cual búho de Minerva.   

 Foto  Portada . Olga Vega y Mabiel Hidalgo en los Fondos Raros y Valiosos de la BNCJM.