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Foto de Presencia de la obra de Ernest Hemingway en la bibliografía cubana.

Presencia de la obra de Ernest Hemingway en la bibliografía cubana.

21/7/2023
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí

La  bibliografía nacional de cualquier país no sólo incluye la descripción, análisis y sistematización del movimiento editorial propio, en todos los soportes en que éste sea publicado, ya sea por los autores nacionales o extranjeros, sino que también incluye el movimiento editorial de sus creadores en todos los países o idiomas en que éste se reproduzca, así como la presencia del país en la creación intelectual de autores extranjeros. Presencia que en mayor o menor medida ha enriquecido el inventario preciso de nuestro acervo cultural. En especial creadores de talla universal han utilizado nuestra historia nuestro paisaje o nuestras costumbres y tradiciones en la creación literaria. Entre otros se alza la obra de un gigante de las letras norteamericanas y universales Ernest Miller Hemingway.

El autor de “Adiós a las armas” en sus textos sobre Cuba muestra y demuestra su entrañable identificación con el país que lo acogió como un hijo durante más de 22 años.

En abril de 1928 había hecho escala en La Habana a bordo del vapor Orita procedente de Europa, para seguir rumbo a Key West. Viajaba junto a su segunda esposa Paulina Pfeiffer con quien se había casado hacía apenas unos diez meses y, como ya estaba encinta, ambos no tenían otro interés que llegar a Key West.

De La Habana de entonces, bajo la férrea dictadura de Gerardo Machado y Morales, no se hizo eco en sus textos, sólo había permanecido 48 horas en la capital cubana.

Es en 1933 cuando empieza a escribir crónicas sobre la pesca de la aguja, en las azules aguas de la Isla las cuales publicaría en las revistas newyorkinas Esquire (1933-1936), Holiday (1949), Ken (1951), y Look (1954) (1) en la primera de estas crónicas “Marlin off the Morro” = “La pesca de la aguja a la altura del Morro” describe La Habana que disfruta desde su habitación del hotel Ambos Mundos y ofrece sus primeras experiencias como pescador de agujas.

En la segunda “Out in the Stream” = “En la corriente del Golfo” ya es un pescador experimentado y un gustador de nuestra cerveza Hatuey. En la cuarta crónica “On the Blue Water” = “En las aguas azules” inicia la leyenda del viejo y el mar la cual continuaría en “The Great Blue River” = “El gran río azul” Antes en “There She Breaches” = “¡Allí está la ballena!” describe una arribazón de ballenas a las costas cubanas. Primeras experiencias del escritor que intertextualizaría años después en su novela “El viejo y el mar”

La corriente del Golfo le resultó impresionante desde su primera crónica ya que en carta fachada el 10 de febrero de 1933 y dirigida a Maxwell Perkins le propone un libro a propósito de este espectáculo natural. El proyecto que no llegó a materializarse le sirve para escribir relatos y crónicas sobre esta zona (2), algunos de ellos los integró como bibliografía complementaria a su novela “To Have and Have Not” = “Tener o no tener”  (3)  la cual se desarrolla en zonas costeras cercanas a La Habana. 

Es esta su primera novela con tema cubano y con escenas en Key West, Florida.

Anteriormente en su novela “Green Hills of Africa” = “Las verdes colinas de África” (4) exactamente en el capítulo VIII Hemingway describe el movimiento de la corriente del Golfo a lo largo de las costas cubanas.

En esta obra también aparece un diálogo sobre la caída de Gerardo Machado en Cuba, en 1933.

En 1938 publica “The Fifth column and the First Forty – Nine Stories” = “ La Quinta Columna y las primeras cuarenta y nueve historias” (5) El protagonista de su única obra teatral “La Quinta Columna” recuerda La Habana antes de la Guerra Civil Española como escenario de su  adiestramiento revolucionario; en otro momento califica de terrorista a la organización política ABC, movimiento clandestino hasta la caída del tirano Machado; evoca los bailes bajo las palmas en el cabaret Saus Souci, y los desayunos en la playa de Jaimanitas.

Cuba seguirá presente en la literatura de este norteamericano-cubano.

Robert Jordan en “For Whom the Bell Tolls” = “Por quien doblan las campanas” (6) alude el olor del terral al acercarse a Cuba después que Pilar ha descrito el olor de la muerte.

“The Old Man and the Sea” = “El viejo y el mar” (7) es una novela integramente cubana, leyenda iniciada en sus anteriores crónicas “On the Blue Water” = “En las aguas azules” y en “The Great Blue River” = “El gran río azul”, escritas por un norteamericano plenamente identificado con las costas cubanas, con la pesca de la aguja y con la vida de los pescadores de Cojimar, pequeño poblado a unos ocho kilómetros de La Habana. En especial el colorido y los olores del mar y de la tierra de este pequeño paraíso se perciben mientras se lee esta pieza literaria en la cual inmortaliza un escenario cubano inigualable. En 1954, esta novela lo haría acreedor del Premio Nobel de Literatura.

Agradecido declararía:

“Este es un Premio que le pertenece a Cuba. Mi obra fue creada y pensada en Cuba, con mi gente de Cojímar, de donde soy ciudadano.

A través de todas las traducciones está presente esta patria adoptiva donde tengo mis libros y mi casa” (8) 

La medalla de la Real Academia Sueca la donaría a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba y al entregarla diría: “Para que quede en poder de este pueblo que tanto campo que tanto amo” (9)

Unos años después vuelve a su inspiración el escenario cubano, esta vez en su novela póstuma “Islands in the Stream” = “Islas en la corriente del Golfo” (10)  la cual se desarrolla en Bimimi, La Habana y el archipiélago del norte de Camagüey. En ella el protagonista persigue submarinos alemanes.

En otra de sus obras póstumas “By – Line: Ernest Hemingway” (11) contentiva de un tercio de su producción periodística, aparecen once crónicas relacionadas con Cuba y la corriente del Golfo.

Y de su copiosa producción cuentística, ampliamente publicada en Cuba, y por ello parte de nuestra memoria cultural, sólo en cuento “Nobody Ever Dies” = “Nadie muere nunca” utiliza a Cuba como escenario.

Cuento traducido al español, bajo el título “La educación revolucionaria” el cual publicara, por primera vez, en la revista newyorkina Cosmopolitan (12) 

La pintura en Cuba, trascendió a su proa conmovido por la obra de dos pintores: el cubano Antonio Gattorno, y el norteamericano Reginald Rowe, residente en Cuba. El texto sobre Gattorno fue publicado como folleto por Ucar García y Co. en La Habana, en 1935 (13) ofrece interesantes observaciones sobre la plástica cubana de esta época; y en el de Rowe se refiere a la expresión artística de la luz en Cuba, es un plegable, sin fecha, posiblemente de fines de los años 50.

El gran escritor norteamericano enriquecería nuestra bibliografía cubana no sólo con la presencia, en algunos de sus textos (novelas, crónicas y cuentos) de nuestras costas bañadas por “el gran río azul”, sino también con sus obras publicadas por parte de las editoriales cubanas, en el período 1962-2002. Siete de sus más afamadas novelas forman parte de nuestro movimiento editorial. La Editora del  Consejo Nacional de Cultura publica “El viejo y el mar” en 1962 (14) y “Adiós a las armas”, en 1965 (15) ; el Instituto del Libro, en 1969, “Por quien doblan las campanas” (16) y en 1971, “Fiesta”; y la Editorial Arte y Literatura, en 1975, “Las nieves del Kilimanjaro”, en 1980, “Islas en el Golfo” (17)  y en 1988, “París es una fiesta”.

La versión en español de El viejo y el mar realizada por el escritor cubano Lino Novás fue publicada por primera vez en un suplemento especial de la revista Bohemia, el 15 de marzo de 1953. Posteriormente las cinco ediciones cubanas y mas de las 45 realizadas en Barcelona y Madrid utilizaron la traducción de Novás Calvo. (Las ediciones barcelonesas del Círculo de Lectores (1989) y de Galaxia Gutemberg (1999) fueron ilustradas por Salvador Dalí)

La presencia de E. Hemingway continuaría en nuestra memoria cultural al revertirse como hombre y como creador en la palabra y la literatura de destacados autores cubanos quienes lo inmortalizarían como escritor, como ser humano y como cubano por adopción.

En 1960 nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro en comparecencias televisivas se referiría al Concurso de Pesca Hemingway, en esta ocasión el gran escritor departió con Fidel, ganador del primer lugar individual en este Concurso (mayo 14); unos meses después, en un momento de deterioro de las relaciones con Estados Unidos expresaría su apoyo a norteamericanos como Hemingway, quienes escogieron nuestro país para descansar y vivir; en 1979 en su discurso pronunciado como Presidente del movimiento de Países No Alineados ante el XXXIV Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (New York, 12 oct.) parafraseó el título de una de sus novelas para exhortar a los gobernantes del mundo a trabajar por la paz y consagrémonos civilizadamente a los problemas más apremiantes de nuestra era...”; y en 1983 en el acto de despedida de duelo por los cubanos caídos en Granada (nov. 14) Fidel usaría palabras con la impronta hemingweyana: “Las campanas que hoy doblan por Granada pueden doblar mañana por el mundo entero”

Ensayista, periodista y novelista cubanos también harían impercedera la presencia de Ernest Hemingway en nuestra creación intelectual. Entre otros: el novelista y periodista Lisandro Otero en su “Hemingway” (18) difunde declaración del escritor: “Si hubiera tenido menos años habría subido a la Sierra Maestra” (Lisandro Otero como periodista y crítico literario publicó en el período 1952-2002, textos sobre esta gran figura de la literatura norteamericana en publicaciones periódicas cubanas y extranjeras) (19) ; el periodista Fernando G. Campoamor, su amigo personal, nos legó entre otros excelentes reportajes: “La vida cubana de Ernest Hemingway”, y “circuito Hemingway” (20)  ; Enrique Cirules en su “Conversación con el último norteamericano (21) se refiere a la presencia de Hemingway en el archipiélago del norte de Camagüey, tema que amplia en “Hemingway en la cayería de Romano” (22) donde aborda el iceberg de su fabulosa experiencia en ese archipiélago, escenario de “Islas en el Golfo”, naturaleza descrita por el cubano quien creció en estos parajes y conoció míticos personajes, testigos de la persecución de Hemingway a submarinos alemanes, desde Cayo  Francés a faro Maternillos, a la entrada del puerto  de Nuevitas, en los años 1942-1943; la escritora Mary Cruz publicaría excelentes ensayos sobre la obra hemingweyana hasta lograr “Cuba y Hemingway en el Gran Río Azul” (23)  ; en 1979 Aleojo Carpentier en su novela “La Consagración de la Primavera” (24) describe a Hemingway en El Floridita y lo compara con el escritor cubano Pablo de la Torriente Brau, en los años 50 nuestro primer novelista le dedicaría cinco crónicas en Letra y Solfa su sección fija en El Nacional de Caracas; una sobre la influencia decisiva que ejerciera en la literatura europea (25) otra sobre el merecido Premio Nobel (26) , y dos sobre la puesta en pantalla de The sun also arises ) Fiesta (27); el poeta y periodista Luis Suardíaz en su artículo

“El hombre jamás será vencido (28) analiza la escritura magistral empeñada en describir y analizar vidas simples y complejas que no saben o no pueden escoger su destino; el joven novelista Leonardo Padura resuelto a dejar a su personaje Mario Conde por su tiempo escribe su noveleta Adiós, Hemingway, (29) al aprecer el norteamericano universal no se lo permitió; y por último “Hemingway en Cuba” del escritor Norberto Fuentes (30) es obra que al decir de Gabriel García Márquez, en su prólogo, ofrece “... [un] reportaje encarnizado y clarificador que nos devuelve al Hemingway vivo que muchos creíamos vislumbrar apenas entre las líneas de sus cuentos magistrales. El Hemingway nuestro: hombre azorado por la incertidumbre y la brevedad de la vida... que logró descifrar como pocos en la historia humana los misterios prácticos del oficio más solitario del mundo”

Su muerte acaecida el 2 de julio de 1961 conmovió a Cuba, otra vez trascendería en nuestra bibliografía nacional.   Periódicos y revistas le reconocieron como creador y le agradecieron su cubanía. Entre otras publicaciones Lunes de Revolución (31) la mejor revista de su tiempo en Cuba y en América Latina dedicó un número completo a quien terminó con su vida al colocar una escopeta de dos cañones en su boca , al disparar ,de su cabeza sólo quedaría la boca, la barbilla y las mejillas que por primera vez fueron pálidas.

Lunes... demostró su admiración y respeto por este hombre inmenso con trabajos de Malcolm Cowley quien muestra su amistad venerada; Getrude Stein ofrece un  retrato lleno de ingenio y malicia; Lisandro Otero una critica literaria profunda; Loló Soldevilla una interesante anécdota; Edmundo Desnoes descubre que Hemingway casi escribe inglés traducido del español; mientras Guillermo Cabrera Infante saca a Cuba de sus novelas y cuentos; y George Plimton se refiere a su obra teatral “La Quinta Columna” casi su testamento literario. Un conjunto de fotografías y muestras de su literatura se dan por primera vez en español. Lunes... lega un ideario hemingweyano y dos cuentos hasta esta fecha no conocidos en Cuba: La mariposa y el tanque, y La educación revolucionaria.

Este número termina con una apología de Archibald Mac Leish, y lamenta que su homenaje sea póstumo.

Otro soporte documental también hizo trascender la presencia de Hemingway en nuestra cultura. El cine cubano lo recordó en 1990 con el largometraje Hello Hemingway dirigido por Fernando Pérez y protagonizado por Laura de la Uz.

He aquí la presencia de Cuba en la obra de Hemingway y la del escritor en parte del extenso inventario de nuestra bibliografía cubana. Presencia también física por su prolongada estancia en “el gran río azul”, y espiritual por haber considerado a Cuba como refugio , l siempre lamentó que el gobierno de los Estados Unidos adoptara una actitud hostil frente a la Revolución Cubana. Su presencia y su sentir le confieren carta de ciudadanía. El autor de “El viejo y el mar” mostró y demostró su intensa cubanía.

 Notas

(1) “Marlin off the Morro” = “La pesca de la aguja a la altura del Morro”. ESQUIRE (New York) otoño, 1933.

“Out in the Stream” = “En la corriente del Golfo” ESQUIRE (New York) ag., 1934.

“On Being Shot Again” = “Vuelvo a recibir un tiro” ESQUIRE (New York) jun., 1935.

“On the Blue Water” = “En las aguas azules” ESQUIRE (New York) abr., 1936.

“There She Breaches” = “¡Allí está la ballena”. ESQUIRE (New York) mayo, 1936.

“The Great Blue River” = “El gran río azul” HOLIDAY (New York) jul., 1949.

“The Shot” = “El disparo”. KEN (New York) abr., 1951.

“A visit with Hemingway” = “Una visita a Hemingway” o “Un informe de la situación” LOOK (New York) 4 sept. 1956.

(2) “After the Storm” =  “Después de la tormenta” COSMOPOLITAN (New York) mayo, 1932. Cuento basado en el naufragio del buque español Valbanera.

“One Trip Across” = “Una travesía” COSMOPOLITAN (New York) bar. 1934. Es la primera parte de “Tener y no tener”

“Old Newsman Writes. A Letter from Cuba” = “Un viejo gacetillero escribe. Crónica desde Cuba”. ESQUIRE (New York) dic., 1934.

“Remenbering Shooting – Flying. A Key West Letter” = “Recordando la caza de pluma. Crónica desde Key West”. ESQUIRE (New York) febr., 1935.

“The Sights of Whitehead Street. A Key West Letter” = “Las cosas dignas de verse en Whitehead Street. Crónica  de Key West”. ESQUIRE (New York) abr., 1935.

“Who Murdered the Vests? = “¿Quién asesinó a los veteranos?”. NEW MASSES (New York) 17 sept., 1935. Sobre la muerte de un millar de excombatientes norteamericanos abandonados al paso de un huracán. Se refiere brevemente a Cuba.

“The Tradesman’s Return” = “El regreso del contrabandista”. ESQUIRE (New York) febr., 1936. Segunda parte de “Tener y no tener”

(3) New York: Charles Scribner’s sons, 1937.

(4) New York: Charles Scribner’s Sons, 1935.

(5) New York: Charles Scribner’s Sons, 1938

(6) New York: Charles Scribner’s Sons, 1938

(7) New York: Charles Scribner’s Sons, 1952

(8) Cuba Internacional (La Habana) 8(85): 74; sept., 1976

(9) Op. cit

(10) New York: Charles Scribner’s, 1970

(11) New York: Charles Scribner’s, 1967

(12) COSMOPOLITAN (New York) mar., 1939

(13) Reproducido en ESQUIRE (New York) mayo, 1936

(14) Otras ediciones: La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1971; La Habana: Arte y Literatura, 1976 (Colección Cocuyo); La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1979; La Habana: Editorial de Ediciones Especiales, 2002 (Biblioteca Familiar)

(15) Otra edición: La Habana: Editorial Arte y Literatura, 1977.

(16) Otra edición: La Habana: Editorial Arte y Literatura, 1980.

(17) Otra edición: La Habana: Editorial Arte y Literatura, 1981.

(18) La Habana: Casa de las Américas, 1963

(19) García Carranza, Araceli y Josefina García Carranza. Biobibliografía de Lisandro Otero. La Habana: Letras Cubanas, 2002.

(20) Bohemia (La Habana) 21 jul., 1967. El Floridita de Hemingway [La Habana: s.n., 197?] Circuito Hemingway [La Habana]; INTUR, [1980?]

(21) La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1973.

(22) La Habana: Editorial José Martí, 1999.

(23) La Habana: Ediciones Unión, 1981.

(24)   La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1979.

(25) Ernest Hemingway. EL NACIONAL (Caracas) 26 en., 1954.

(26) El Premio Nobel. EL NACIONAL (Caracas) 30 oct., 1954.

(27) Una tarde en Churubusco. EL NACIONAL (Caracas) 22 mayo, 1957. Al cabo de 31 años. EL NACIONAL (Caracas) 21 ag., 1957.

(28) Granma (La Habana) 22 jul., 1999

(29) La Habana: Ediciones Unión, 2001

(30) La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1986.

(31) Lunes de Revolución (La Habana) (118); 14 ag., 1961.