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Fidel y los carboneros en las primeras navidades libres de Cuba
26/12/2023
Por: M. Sc. Vilma N. Ponce Suárez, Biblioteca Nacional José Martí
El 24 de diciembre de 1959, cuando caía la noche, las familias de los carboneros de la cooperativa de `Soplillar` en la Ciénaga de Zapata, se sorprendieron ante las luces y el ruido producido por un helicóptero que aterrizaba cerca del patio de sus casas. Su asombro fue mayor cuando conocieron que entre los visitantes estaba Fidel Castro, el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, junto al capitán Antonio Núñez Jiménez, Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA). También los acompañaban Lupe Velis, esposa de este último; el Ministro de la Agricultura, Comandante Pedro Miret; Celia Sánchez, la primera mujer que se incorporó al Ejército Rebelde como combatiente; y el fotógrafo Raúl Corrales.
El pueblo de Cuba supo de este emotivo encuentro por la crónica `La Nochebuena de los carboneros`, escrita por Núñez Jiménez, la cual fue publicada en enero de 1960, en el primer número de la revista INRA, órgano oficial del instituto (1). A instancias de Fidel se creó esta publicación de frecuencia mensual, donde las fotografías ocuparon un lugar predominante, al constituir evidencias irrefutables de los progresos de la Revolución y del apoyo del pueblo a sus líderes. Las ocho fotos que ilustraron el trabajo, muestran la alegría y la familiaridad con que transcurrió aquella improvisada cena colectiva. La amplia sonrisa del anfitrión, el carbonero Rogelio García, fue captada por el lente de Raúl Corrales, y presentada a toda página. Con su sombrero de yarey y un cabo de tabaco en la mano, es una genuina representación del sector más humilde del pueblo cubano. Otras fotos descubren a Fidel conversando con los niños, quienes al parecer, no se sintieron cohibidos ante aquellos hombres barbudos vestidos de verde olivo.
En la Nochebuena guajira, además de la comida tradicional, con lechón asado, yuca, ensalada y arroz, hubo también música y canto. Núñez Jiménez cuenta que Felipe Socorro, camionero de la cooperativa, llegó con su guitarra, y la décima de Pablo Bonachea brotó espontánea en ese momento. Sus versos reflejaban los cambios que, a tan solo unos meses del triunfo de la Revolución, ya eran una realidad para los cenagueros:
Ya tenemos carretera
Gracias a Dios y a Fidel;
Ya no muere la mujer
De parto por donde quiera.
Con tu valor sin igual
Gracias, Fidel Comandante.
Tú fuiste quien nos libraste
De aquel látigo infernal (2).
El autor de la crónica menciona otras transformaciones favorables a los habitantes de esa zona, producidas después del 1ero. de enero de 1959. Así por ejemplo, la finca `Santa Teresa`, un antiguo latifundio, pasó a ser propiedad del pueblo, gracias a la Ley de Reforma Agraria; más de 400 pobladores de la Ciénaga era cooperativistas; el INRA construyó un campo de aterrizaje; la escuelita fue remozada y pintada; en la Tienda del Pueblo disminuyeron los precios de los productos; al mismo tiempo que los jornales de los carboneros aumentaron hasta casi el doble. Había comenzado para ellos, sin dudas, una nueva época.
Ese 24 de diciembre, antes de llegar a `Soplillar`, el líder de la revolución cubana y sus compañeros constataron en su recorrido por diversas ciudades y pueblos, que los pobladores habían engalanado sus casas y bohíos con banderas, guirnaldas y adornos navideños. Muchos, al reconocer a Fidel, se acercaban para saludarlo, y entre los gritos de emoción prevalecía `Fidel, ¡sacude la mata!`, con lo cual expresaban su apoyo al proceso radical que se había iniciado. Es por eso, que en su discurso del 11 de enero de 1960, en el acto de entrega de la Quinta Estación de Policía al Ministerio de Educación, para convertirla en escuela, expresó con seguridad: (…) se observó sobre todo a raíz de las navidades en todos los pueblos del interior de la república, donde había una alegría desbordante sin excepción, como si hubiese sido una sola consigna, como si alguien hubiese dado una consigna que nadie dio, pero que el pueblo se dio, de expresar en todos los rincones de Cuba su alegría desbordante y extraordinaria (3).
Esa felicidad continuó en la Ciénaga de Zapata al hacerse realidad otros proyectos. Así, en abril de 1961, ya se habían construido el Centro Turístico Playa Girón, un acueducto, un aeropuerto para aviones deportivos, una casa club, varios comedores populares, centros médicos, hospitales, carreteras, caminos vecinales y terraplenes. Por esa fecha un ejército de jóvenes alfabetizadores enseñaba a leer y escribir a los campesinos, como parte de la Campaña de Alfabetización (4). Por eso, cuando se produjo en ese mes la criminal invasión de los mercenarios en esta zona, el desenlace no pudo ser otro que su derrota, por la acción decidida y valiente del pueblo cubano dirigido por Fidel.
La última foto de la crónica, sobre la Nochebuena en que Fidel compartió con los carboneros y sus familias, recoge el instante en que una campesina, enterada de su llegada, caminó desde su casa hasta allí, con su bebé en brazos, para que el jefe de la Revolución lo conociera. Fidel se vuelve y le estrecha la mano, ella sonríe agradecida. El gesto deviene en símbolo de todo lo que creó después la Revolución, en favor de la mujer y de las nuevas generaciones.
Notas bibliográficas
(1) Antonio Núñez Jiménez: `La Nochebuena de los carboneros`, en INRA enero 1960, pp. [48-53].
(2) Ibídem. p. [52].
(3) Fidel Castro Ruz: `Discurso pronunciado por el Comandante en el acto de entrega de la Quinta Estación de Policía al Ministerio de Educación para convertirla en centro escolar`, 11 de enero de 1960, disponible en http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1960/esp/f110160e.html
(4) `Otra victoria del pueblo. Derrotada la invasión`, en INRA, mayo 1961, pp. 26-27.
Publicado en:
Ponce Suárez, V.N. (diciembre 2016). Fidel y los carboneros en las primeras navidades libres de Cuba. Librínsula, 359. http://librinsula.bnjm.cu/secciones/359/expedientes/359_exped_1.html