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Foto de Taller en pie de guerra: respuesta de los intelectuales cubanos en épocas de crisis (I)

Taller en pie de guerra: respuesta de los intelectuales cubanos en épocas de crisis (I)

29/10/2024
Por: Vilma N. Ponce Suárez, Biblioteca Nacional José Martí

En el mes de octubre de 1962 la nación cubana vivió uno de los momentos más difíciles de su historia. Ante la certeza de que el Gobierno de los Estados Unidos preparaba otra invasión militar contra la Isla, la Unión Soviética le había propuesto a la dirección de la Revolución Cubana la instalación de forma secreta de cohetes nucleares en su territorio. El ofrecimiento tenía la intensión, también, de asegurar una defensa más efectiva de la URSS, en caso de que fuera necesario, dada la cercanía geográfica de Cuba a esa nación. La administración estadounidense, una vez que descubrió los cohetes, estableció un bloqueo naval a la Isla, contando con la anuencia de la Organización de Estados Americanos (OEA). Como respuesta a dichas acciones, el comandante Fidel Castro Ruz ordenó la alerta de combate a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y decretó el Estado de Alarma de Combate (Lechuga Hevia, 5 noviembre 2022).

El pueblo se movilizó para defender su independencia, tal como lo había hecho cuando se produjo la invasión yanqui por Playa Girón, en abril de 1961. En ese agitado contexto, los intelectuales afiliados a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) tuvieron la iniciativa de organizar un taller en el que elaboraron con urgencia anuncios propagandísticos, carteles, artículos, poemas y canciones de contenido revolucionario. Asimismo, se montaron coreografías de danzas y obras de teatro relacionadas con el tenso momento que vivía el país (Guillén y Fernández Retamar, 25 octubre 1962). Escritores y artistas se incorporaron al Frente de Arte de Combate conformado por brigadas artísticas que visitaban a los soldados movilizados en las trincheras, para ofrecerles recitales, charlas, conciertos y conferencias. El editorial de la revista UNIÓN de septiembre-diciembre de ese año afirmaba que la fundación del Taller ofrecía “…una idea del fervor, la decisión y la presteza con que los creadores cubanos respondieron al llamado de la nación”.

Dentro de las iniciativas de la Uneac estuvo también la confección de una “hoja volante” que titularon Taller en pie de guerra, de la cual la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí conserva los números 1 y 2, con fechas 7 y 15 de noviembre, respectivamente. Como responsable de su edición estuvo el escritor, poeta y periodista Félix Pita Rodríguez. En el machón quedaba consignado su estatus: “TALLER, órgano de defensa y ataque de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba”. Su primer editorial manifestaba el compromiso contraído por los intelectuales con la Revolución Cubana:
"Los escritores y artistas cubanos, en sólido bloqueo combatiente al servicio de nuestro pueblo y de su invencible Revolución Socialista, lo comprenden así. Y por comprenderlo, y desde las filas del pueblo del que son parte, levantan al par que el fusil miliciano sus armas naturales de combate, las armas de la creación artística y literaria, uno y otras por entero y sin condiciones al servicio de la Patria". (“El Taller de la Uneac”, 7 noviembre 1962, p.1)

La presentación de la segunda edición fue redactada por el periodista Euclides Vázquez Candela, quien ratificó la responsabilidad de los escritores y artistas de defender la libertad alcanzada. Además de este autor, colaboraron en Taller… otros destacados intelectuales de la época, como Dora Alonso, Juan Blanco, Roberto Branly, Rafaela Chacón Nardi, Edmundo Desnoes, Manuel Díaz Martínez, Roberto Fernández Retamar, Pablo Armando Fernández, Jorge Guerra, Onelio Jorge Cardoso, Juan Larco, Ezequiel Martínez Estrada (argentino), Juan Larco, Luis Marré, Manuel Navarro Luna, Félix Pita Rodríguez, Virgilio Piñera, Carlos Puebla y Rafael Suárez Solís (español-cubano). Sus artículos, poemas, dibujos, fotografías, caricaturas y cuentos eran resultado del sentimiento patriótico que los colmaba.

La tensión vivida en esos días de octubre del 62 no detuvo el cumplimiento por los cubanos de sus responsabilidades laborales, ni empañó su confianza en la victoria. Así lo describió la escritora Dora Alonso en “La trinchera del pueblo” (7 noviembre 1962):
Bajo un cielo nublado como otra amenaza yanqui, entre rachas violentas, rodeada de marines deseosos de un nuevo juguete de sangre, amanece Cuba cada día. […] hecho insólito: ¡la bestia yanqui está atacando y Cuba no dobla la rodilla! Cuba firme y altiva, Cuba como una gota de sangre decidida trazando su camino libre. […] Pasmo mayor resultará referirle que aquí todo está en orden. Que por dentro y por fuera el pueblo ocupa su trinchera y responde a la consigna de Patria o Muerte sin permitir que el miedo enturbie las horas que reclama el trabajo revolucionario. Como ejemplo, uno entre tantos casos, uno que al azar tropieza con el entendimiento y la emoción: Del brazo miliciano de su compañero, una mujer joven y grávida lentamente avanza por una calle comercial del centro de La Habana. Habla y sonríe con animación; finalmente se acerca a un mostrador y solicita frazaditas azules y pañales… (p. 5)
 
Como en otros momentos de la historia de Cuba, en los que afloraron enardecidos sentimientos revolucionarios, durante la Crisis de Octubre nacieron canciones e himnos evocadores de estos acontecimientos. Taller en pie de guerra publicó dos de esas partituras: “Himno a la defensa popular”, de Manuel Navarro Luna y Juan Blanco (7 noviembre 1962); y “Conjugando verbos”, del cantautor Carlos Puebla (15 noviembre 1962).

Un año después, recordando aquellos sucesos, la dirección de la Uneac declaraba:
No fueron pocos, para orgullo de la Unión, los organismos de masas que hallaron en nuestras creaciones un vehículo eficaz para sus consignas de acción y que hicieron suyo el resultado de nuestro esfuerzo artístico y literario. Un periódico – una hoja volante- llamado asimismo “Taller”, circuló en miles de ejemplares, llevando a todos los rincones de la Isla la voz militante de los escritores y artistas cubanos. (“Declaraciones de la Uneac”, 1963, p. 114)

Por su parte, La Gaceta de Cuba de febrero de 1963 anunció que dicho boletín quedaría como “publicación de emergencia de la Uneac”. Y en efecto, en 1980 apareció nuevamente Taller en pie de guerra en su segunda época, con el lead: “Este periódico sale a la luz cada vez que la Patria está en peligro”. Acerca de esa nueva etapa nos referiremos en un próximo trabajo.  

Referencias

Alonso, D. (7 noviembre 1962). La trinchera del pueblo. Taller en pie de guerra, 1, 1, [5].

Declaraciones de la UNEAC. (septiembre-diciembre 1963). UNIÓN, 8-9, 113-114.

Guillén, N., y Fernández Retamar, R. (25 octubre 1962). [Carta al Consejo Nacional de Cultura]. Archivo Central del Ministerio de Cultura. Uneac. La Habana.

Lechuga Hevia, C. (5 noviembre 2022). La Crisis de Octubre. Cubadebate. http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/11/05/la-crisis-de-octubre/

El Taller de la Uneac. (7 noviembre 1962). Taller en pie de guerra, 1, 1, [1].