La Biblioteca Provincial Alex Urquiola de Holguín en tiempos de pandemia

Yainé Pérez Mulet

En tiempos de pandemia cobra especial relevancia una institución pública como la biblioteca. Y en un doble sentido. Por un lado, es un depósito de la historia y del conocimiento universal, ésos que son tan necesarios tener presentes en épocas de desastres como ésta. Y, por otro, la biblioteca, ofrece sus servicios con una función pública. Olvidar eso nos condena. Es ahora, cuando la sociedad tiene que funcionar como una sociedad y el llamado es a pensar como país por el bien de todos.

Al igual que las demás instituciones importantes que operan durante la pandemia de coronavirus, las bibliotecas se enfrentan a cambios repentinos y radicales en sus realidades diarias. El principal de estos desafíos es la pérdida casi total de acceso a libros en papel y otras existencias físicas de la biblioteca como las conferencias, los cursos, las exposiciones, los trabajos de encuadernación, los conciertos...

Luego de evaluar los riesgos para los usuarios y el personal y a partir de indicaciones del Ministerio de Cultura el 24 de marzo la Biblioteca cerró sus puertas para trabajar en línea, encontrado otras formas de compartir copias físicas de los libros de la manera más segura posible. Se garantiza que todo el personal trabaje, asignando nuevas responsabilidades: algunos desde su casa, otros concurren al centro garantizando que se respeten las normas higiénicas y el distanciamiento social. Como regla general se prorrogó los plazos para la devolución de libros físicos.

Dentro de las nuevas obligaciones a los bibliotecarios se encuentran las de incentivar la lectura a niños, jóvenes, adultos promoviendo el uso de bibliotecas digitales y otras herramientas, se realizan esfuerzos para agilizar el acceso a los libros electrónicos aunque resulta evidente que la posibilidad de usar los recursos en línea depende mucho de las condiciones de acceso. Afortunadamente se realizan otras acciones como: impartir capacitaciones a los trabajadores como forma de profundizar en los contenidos metodológicos, se realiza trabajo interno a partir de la confección de fichas factográficas, organización de catálogos, publicación de artículos, preparación de guiones para las actividades.

En el Departamento de Procesos Técnicos las compañeras procesan las nuevas adquisiciones, se actualiza el catálogo topográfico, la habilitación física de los documentos, así como, se dispone de la actualización de los listados de libros para canje y una serie de trabajos que permiten que se garantice un mejor acceso a los servicios.

Claramente, la mejor situación tiene lugar cuando es posible planificar por adelantado, garantizando que todo el personal tenga las herramientas y la capacitación necesarias para trabajar con eficacia y seguridad. Sin embargo el personal se ha mantenido activo adaptándose a las nuevas funciones, se destaca la decisión de un trabajador que se ofreció como voluntario para realizar iniciativas en los centros de aislamientos.

Fue creado un grupo en WhatsApp denominado Biblioteca Holguín para informar a sus miembros y apoyarlos en esto tiempos difíciles, por lo que se presta atención para mantener un contacto fluido, un buen estado de ánimo y una fuente de motivación. La mayor preocupación se centra en cómo este tipo de situación impacta a los usuarios y trabajadores que se encuentran dentro de los desfavorecidos por la brecha digital, por lo que se continúan buscando soluciones.

Se analizan además, ideas sobre cómo continuar con las actividades de conservación durante el cierre. Un tema clave para muchos en el sector bibliotecario ha sido el riesgo de infección por contacto con material contaminado con coronavirus. Obviamente, nuestro conocimiento sobre los aspectos relacionados con la forma de propagación del virus se encuentra aún en una etapa inicial. De forma general y como medida de erradicación del virus se aconseja utilizar desinfectantes, alcohol o lejía, pero conocemos lo dañino que pueden resultar, podrían causar oxidación e hidrólisis ácida de la celulosa, disolución de tintas, de las anotaciones en bolígrafos, etc. El utilizar agua, es inapropiado ya que genera debilitamiento del soporte, deformaciones y solubilización de los adhesivos de la encuadernación. Por otro lado, la esterilización con radiación UV causaría una fuerte oxidación en los soportes y sólo sería efectiva en las partes expuestas a la radiación, quedando sin desinfección las ocultas, por lo que podrían retener la carga viral durante horas. Por tanto la desinfección más efectiva sería mantener los libros en cuarentena por espacio de 14 días.

De forma general reconocemos el trabajo que se realiza, tanto por los profesionales del sector como por parte de la sociedad en su conjunto, es una situación excepcional y exige respuestas. Hemos estado cerrados y nuestra ética de servicio nos obliga a continuar haciendo lo mejor posible para garantizar la salud de los trabajadores y los usuarios. Tenemos la creatividad y estamos muy orgullosos de nuestro país, sus dirigentes y del modo en el que nuestros trabajadores están respondiendo ante esta situación.