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El Dengue, el serendengue y otras cosas viejas
25/5/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí
El Dengue, el serendengue y otras cosas viejas
Por Mabiel Hidalgo Martínez
Todo parece indicar que algunos virus que en la actualidad nos afectan causaron estragos en la población de la Mayor de las Antillas desde siglos anteriores.
El periódico literario El Fígaro publicó el 13 de diciembre de 1896, bajo la firma de José de J. Márquez, el sugerente título “El Dengue, el serendengue y otras cosas viejas” [sic]. El citado artículo, con la gramática propia de la época, se refería a la epidemia que en 1828 sufrió la Isla de Cuba y que “el vulgo bautizó con el estrambótico nombre del Dengue, y si repetía al atacado, entonces le llamaban el serendengue”.
A tenor de los síntomas de la enfermedad pareció ser algo similar a la gripe. Tales fueron los estragos del padecimiento que llevó a la inspiración popular y de esta resultaron canciones, versos y danzas con su nombre.
Las décimas que siguen son reflejo del ingenio popular que nos caracteriza desde tiempos pasados:
¿En qué situación estamos
tan triste y calamitosa,
que enfermedad tan bromosa
con mil achaques notamos?
I [sic] la salud no encontramos,
siendo el martirio patente;
pues el Dengue permanece
entrando en una casa,
a la familia repasa
I [sic] ataca furiosamente.
No hay vivienda en esta vez
que no sea enfermería;
pues se encuentra noche y día
con el Dengue, dos o tres:
Cuyo mal con rapidez
acomete al racional;
y así todos por igual
decimos con pena insana
que la predilecta Habana
se reduce a un hospital.
(…)
Y como experimentable
Los prescribo ansiosamente
(…)
La fiebre al fin se rebaja
con largos baños de pies;
agregándole después
sinapismo de mostaza,
cuyo remedio sin taza
generalísimo es.
(…)
Sin la observancia advertida,
fácil es el repetir;
y así me atrevo a decir,
que aquel que ha pasado Dengue,
si le ataca el Serendengue
está próximo a morir.