De la historia contada por las revistas cubanas de los sesenta. La huella de Lina de Feria en El Caimán Barbudo

9/8/2020
Por: Vilma N. Ponce Suárez, Biblioteca Nacional José Martí

La formación literaria de Lina de Feria y los reconocimientos que obtuvo por sus obras desde muy joven constituyeron un excelente aval para que se le propusiera ser la Jefa de Redacción de El Caimán Barbudo, a finales de 1968. En un momento de agudas contradicciones ideológicas en el país, manifestadas abiertamente en el campo cultural, Lina se propuso que la revista fuera el medio mediante el cual los jóvenes conocieran las vanguardias literarias y artísticas de su tiempo. Y lo hizo enfrentando incomprensiones, críticas y hasta censuras. Bajo su dirección se lograron números temáticos de alto vuelo, como el consagrado a la poesía Latinoamericana (diciembre 1968), o el que trató sobre boom internacional de la novela de esa área geográfica (junio 1970). Otros números de significativo impacto fueron los dedicados a José Martí (enero 1969); la ciencia ficción (febrero 1969); y al expresionismo en la literatura y las artes (julio 1970). Asimismo, en esta etapa se realizaron ediciones encaminadas a la divulgación de la historia y el presente artístico-literario de las provincias de Camagüey (abril 1969), Santiago de Cuba (julio 1969) y Matanzas (enero 1970).

Los resultados alcanzados por Lina de Feria en El Caimán Barbudo tuvieron como fundamento la dirección participativa. Con el equipo de excelentes diseñadores, dibujantes y fotógrafos estableció un sistema de estudio minucioso de los temas seleccionados, y la búsqueda de asesoramiento de especialistas, entre los que estuvieron sus profesores de la Universidad de La Habana.

Aquella joven poetisa santiaguera, ganadora en la primera edición del Premio David, contribuyó desde El Caimán Barbudo a que su generación conociera lo mejor del arte y la literatura cubana en diversas épocas, así como también, de Latinoamérica y el mundo.