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Homenaje a Fidel desde el Concurso Leer a Martí.
13/8/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí
En la XX Edición del Concurso Leer a Martí, se convocó a los niños y jóvenes a que escribieran por el Premio Especial: Por la senda de Martí yo soy Fidel, resultó ganador Jesús Randy Vargas Miranda Levisa, que pertenece a la provincia de Holguín, estaba en 10 grado y tenía en ese instante 16 años de edad. Él hizo esta bonita carta que hoy 13 de agosto, cumpleaños de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro ponemos a disposición de todos, desde aquí la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, por constituir un bonito tributo de nuestra juventud a dos hombres ilustres.
Queridos maestros Martí y Fidel
19 de mayo de 2017.
Año 59 de la Revolución.
Queridos maestros Martí y Fidel:
Soy un estudiante del Pre. René Ramos Latour de la zona de Levisa en el municipio Mayarí, provincia Holguín. Mi nombre es Jesús Randy Vargas Miranda. En representación de todos los jóvenes de mi escuela, me dirijo a ustedes para demostrarles una vez más toda la admiración, el cariño y el respeto que nosotros, sus pinos nuevos, les profesamos. Hoy tenemos una nueva batalla que ganar con nuestros lápices y con la imaginación que nos caracteriza, esta nueva batalla se llama “Por la senda de Martí: Yo soy Fidel”. Es un gran reto, pero estamos seguros de que hasta los más pequeños lograrán hacerlo. Ya estamos preparados para escribir cosas muy buenas y hermosas sobre ustedes, porque somos más maduros y porque contamos con un sistema de enseñanza que nos prepara íntegramente para que sepamos valorar a los dos patriotas más grandes y más perfectos de nuestra patria, cada uno en su tiempo. Sabemos que usted, Maestro, fue el más genial y el más universal de los políticos cubanos del siglo XIX, y el guía eterno de nuestro pueblo. Fue y será siempre el Apóstol de Cuba y el Héroe Nacional, que desde su más tierna infancia tembló de indignación ante los abusos que cometía el gobierno colonial español con los hijos de esta tierra, principalmente los negros esclavos que eran tratados como animales, de ahí, de las imágenes que quedaron grabadas en su memoria cuando vio el esclavo muerto, colgado al ceibo del monte, surgieron estos hermosos versos:
Un niño lo vio y tembló
de pasión por los que gimen
y al pie del muerto juró
lavar con su sangre el crimen.
Estas escenas terribles fueron sembrando en su noble corazón el espíritu de rebeldía que siempre lo acompañó. Pero la barbarie continuó cuando siendo casi un niño sufrió el dolor infinito del presidio por sus ideas de justicia y amor a la libertad. Fue el presidio para usted como una escuela para forjar su carácter y ennoblecer su alma hacia los pobres con los que quiso su suerte echar, como lo dijo en sus versos escritos años más tarde. Sabemos que se entregó de cuerpo y alma por la noble causa de la libertad y por ello vivió alejado de los seres más queridos, porque escogió la estrella que ilumina y mata, antes que hacer de manso buey y soportar el yugo explotador, como lo dejó bien claro en su poema “Yugo y estrella”. Usted, Maestro, que pasó sereno y con la frente siempre en alto entre los viles y traidores, que trazó la senda más justa y correcta hacia la libertad con humildad, con sencillez, con sabiduría extraordinaria, supo lograr la unidad entre todos los cubanos de buena voluntad para romper las cadenas de la esclavitud. Y regalarle a su patria una República “Con todos y para el bien de todos”. Ese era su mayor anhelo, por eso expresó estas palabras cargadas de fervor revolucionario: «…pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza, o por la impaciencia en prepararla, alcémonos para darles tumba a los héroes cuyos espíritus vagan por el mundo avergonzados y solitarios». Con Martí al frente se volvió a dar el grito de libertad, pero llegó aquel nefasto 19 de mayo de 1895, donde tres balas españolas lo derrumbaron de su caballo y dejó de latir su corazón, pero no lograron derrumbar sus ideas. Al cumplirse cien años de su natalicio, surgió una nueva generación de cubanos, que seguidores de su senda trazada y bajo la certera conducción de su más fiel servidor Fidel Castro Ruz (el Martí del Siglo XX), lograron alcanzar sus sueños más deseados. Esos jóvenes, esos pinos nuevos se alzaron para no dejar morir las ideas del Maestro, ellos fueron La Generación del Centenario del Apóstol. Así nuestro Fidel, siguiendo la misma senda trazada por Martí, se convirtió en un símbolo internacional de la lucha y la resistencia, quien con su ejemplo inspiró las luchas de los pueblos en todo el mundo, y tal como lo hizo el Apóstol por la independencia, la libertad y la justicia a nivel planetario. El Fidel de los pobres, de los humildes, de los oprimidos y de los que jamás se rinden. El Fidel que, como nuestro Martí, pertenecía a todos los rincones del mundo, que pertenece a nuestra historia y serán recordados por toda la eternidad donde hoy descansan unidos, pero siempre estarán presentes en las pequeñas y grandes obras de la Revolución Cubana fidelista y martiana. No es por casualidad que sus vidas estén entrelazadas, es por convicción, es una realidad histórica porque sus ideas se multiplicarán en la lucha de todos los pueblos del mundo por la justicia, la libertad y la paz. Ustedes, desde la inmortalidad, nos acompañarán porque en cada cubano hay un Fidel que ríe, que respira, que cabalga hacia un futuro más feliz, porque un mundo mejor es posible. Hoy es nuestra bandera de lucha la consigna: “¡Yo soy Fidel!”. Todos somos Fidel, hasta los niños, y los que aún están por nacer, porque sus padres siguen la senda martiana y fidelista. Con el glorioso 1.º de enero de 1959, Fidel Castro concluyó la gran obra martiana, brindarle a este heroico pueblo la república, “Con todos y para el bien de todos”, y que hoy defendemos hasta con nuestras propias vidas si el enemigo histórico de todos los pueblos, el imperialismo yanqui, pretendiera atacarnos. Por eso seguiremos siendo antiimperialistas, antirracistas, latinoamericanistas y todo lo que nos legaron estos dos grandes héroes. Muchas gracias hermanos. Su más fiel seguidor,
Jesús Randy Vargas Miranda
Bibliografía:
BORGES, JORGE. LUIS. Gran diccionario ilustrado Grijalbo. Mondadori, de Jorge Luis Borges, p. 1799.
CASTRO RUZ, FIDEL. Discurso pronunciado en la II Cumbre Iberoamericana. Periódico Granma. España, 5 de marzo, 1992, pp. 3-5.
Constitución de la República de Cuba. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1998.
Historia de Cuba: 9.º grado. Ed. Pueblo y Educación, La Habana, 1996, p.230.
TOLEDO SANDE, LUIS. José Martí y el abrazo de Fidel Castro. Bohemia, La Habana, Año 109, N. 3, 3 de febrero, 2017, pp. 10-13.