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Foto de Mi Biblioteca en verano. Reseña de Nené Traviesa,  de la revista La edad de Oro de José Martí.

Mi Biblioteca en verano. Reseña de Nené Traviesa, de la revista La edad de Oro de José Martí.

18/8/2020
Por: Maribel Duarte González, Biblioteca Nacional José Martí

Hoy volvemos a La edad de Oro, revista que escribió José Martí para los niños y jóvenes lectores de América. Les presentamos Nené traviesa, otro de los relatos que Martí ofreció en la segunda edición de la revista,  que se editó en agosto de 1889 en la ciudad norteamericana de Nueva York, en los Estados Unidos de América.

Nene traviesa  nos narra la historia de una linda relación entre un padre y su hija pequeña y de los resultados que puede ocasionar la desobediencia. El mensaje moral se manifiesta a partir de la influencia familiar en la educación y cuidado de los hijos, donde la obediencia y el sentido de la rectitud constituyen normas de conducta. El carácter realista del cuento es evidente cuando reitera la necesidad que tiene el padre de trabajar para ofrecer a su hija lo que necesita. Nos traslada una gran enseñanza, es decir que los niños no deben contrariar a sus padres y deben  hacerle caso a sus indicaciones para seguir siendo niños de bien.

Martí insiste en que el niño tiene que aprender desde temprana edad a valorar el esfuerzo de los adultos, y que la desobediencia implica, en muchos casos, un sacrificio mayor por parte de los padres. En este cuento la desobediencia trae para Nené un castigo que tendrá que pagar renunciando a su más anhelado deseo.

Símbolos del relato

Nené, simboliza la infancia.

Estrella, premio mayor.

Papá, simboliza a los adultos.

Azul, simboliza lo sagrado.

Fragmento de Nené traviesa

¡Quién sabe si hay una niña que se parezca a Nené! Un viejito que sabe mucho dice que todas las niñas son como Nené. A Nené le gusta más jugar a “mamá”, o “a tiendas”, o “a hacer dulces” con sus muñecas, que dar la lección de “treses y de cuatros” con la maestra que le viene a enseñar. Porque Nené no tiene mamá: su mamá se ha muerto: y por eso tiene Nené maestra. A hacer dulces es a lo que le gusta más a Nené jugar: ¿y por qué será?: ¡Quién sabe! Será porque para jugar a hacer dulces le dan azúcar de veras: por cierto que los dulces nunca le salen bien de la primera vez: ¡son unos dulces más difíciles!: siempre tiene que pedir azúcar dos veces. Y se conoce que Nené no le quiere dar trabajo a sus amigas; porque cuando juega a paseo, o a comprar, o a visitar, siempre llama a sus amiguitas; pero cuando va a hacer dulces, nunca. Y una vez le sucedió a Nené una cosa muy rara: le pidió a su papá, dos centavos para comprar un lápiz nuevo, y se le olvidó en el camino, se le olvidó como si no hubiera pensado nunca en comprar el lápiz: lo que compró fue un merengue de fresa. Eso se supo, por supuesto; y desde entonces sus amiguitas no le dicen Nené‚ sino “Merengue de Fresa”.

El padre de Nené‚ la quería mucho. Dicen que no trabajaba bien cuando no había visto por la mañana a “la hijita”. Él no le decía “Nené‚” sino “la hijita”. Cuando su papá venía del trabajo, siempre salía ella a recibirlo con los brazos abiertos, como un pajarito que abre las alas para volar; y su papá la alzaba del suelo, como quien coge de un rosal una rosa. Ella lo miraba con mucho cariño, como si le preguntase cosas: y él la miraba con los ojos tristes, como si quisiera echarse a llorar. Pero enseguida se ponía contento, se montaba a Nené‚ en el hombro, y entraban juntos en la casa, cantando el himno nacional. Siempre traía el papá de Nené algún libro nuevo, y se lo dejaba ver cuando tenía figuras; y a ella le gustaban mucho unos libros que él traía, donde estaban pintadas las estrellas, que tiene cada una su nombre y su color: y allí decía el nombre de la estrella colorada, y el de la amarilla, y el de la azul, y que la luz tiene siete colores, y que las estrellas pasean por el cielo, lo mismo que las niñas por un jardín. Pero no: lo mismo no: porque las niñas andan en los jardines de aquí para allá, como una hoja de flor que va empujando el viento, mientras que las estrellas van siempre en el cielo por un mismo camino, y no por donde quieren: ¿quién sabe?: puede ser que haya por allá arriba quien cuide a las estrellas, como los papás cuidan acá en la tierra a las niñas. Sólo que las estrellas no son niñas, por supuesto, ni flores de luz, como parece de aquí abajo, sino grandes como este mundo: y dicen que en las estrellas hay árboles, y agua, y gente como acá: y su papá dice que en un libro hablan de que uno se va a vivir a una estrella cuando se muere. “Y dime, papá”, le preguntó Nené: “¿por qué ponen las casas de los muertos tan tristes? Si yo me muero, yo no quiero ver a nadie llorar, sino que me toquen la música, porque me voy a ir a vivir en la estrella azul.” “¿Pero, sola, tú sola, sin tu pobre papá?” Y Nené‚ le dijo a su papá:–“¡Malo, que crees eso!” Esa noche no se quiso ir a dormir temprano, sino que se durmió en los brazos de su papá. ¡Los papás se quedan muy tristes, cuando se muere en la casa la madre! ¡Las niñitas deben querer mucho, mucho a los papás cuando se les muere la madre!

Puede descargar la obra completa en el siguiente link:

http://www.josemarti.cu/publicacion/nene-traviesa/


Foto de Nene Traviesa Nene Traviesa
Foto de Nene Traviesa Nene Traviesa
Foto de La Edad de Oro La Edad de Oro