Remembranzas fotográficas: México en las conferencias de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí

16/9/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

Nos encontramos a las puertas de la jornada de celebración del 120 aniversario de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí (BNCJM). El estudio de sus valiosos fondos documentales es el mejor homenaje que podemos rendirle a su historia y a las personas que han formado parte de ella en diferentes etapas. 

La colección fotográfica de la institución constituye un tesoro que rescata del olvido acontecimientos que sucedieron en la Biblioteca, algunos con impacto nacional y otros con trascendencia allende los mares. También ofrece la posibilidad de medir el pulso de actividades que tuvieron lugar en un contexto cultural de profundas transformaciones, con alcance a un público heterogéneo que incluía a bibliotecarios, estudiantes, obreros, campesinos e intelectuales. Desde la visualidad que ofrece la imagen -atractiva manera de adentrarnos en pasajes poco conocidos de nuestro centro- damos inicio a una serie de artículos que parten de la historia contada a través de las fotografías. 

El Salón de actos o Sala teatro, el aula para conferencias y algunos departamentos como el Circulante y la Sala de Arte, sirvieron de escenario para presentaciones que se hicieron habituales desde enero de 1959. El mes de septiembre de 1982 estuvo dedicado a la historia política y cultural de México y su vínculo con personalidades cubanas como nuestro Apóstol José Martí. 

Las relaciones de hermandad que unen a ambas naciones desde hace siglos, en el mes que rememora el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, primera voz de la independencia mexicana contra el colonialismo español, convocó la presencia de dos prestigiosos intelectuales cubanos: la profesora y crítico de arte Adelaida de Juan y el doctor José Antonio Portuondo. 

El 10 de septiembre de 1982, en la Sala teatro disertó la ensayista e historiadora del Arte, doctora Adelaida de Juan (La Habana, 1931-2018). Un público expectante, a teatro lleno, como muestra la fotografía de la colección BNJM, revela la presencia de profesores de la Facultad de Artes y Letras, entre los que se encuentra la profesora Rosario Novoa, y prueba cuán provechosa y atractiva resultaría la conferencia “Martí y el arte mexicano”. Por entonces, la conferencista desarrollaba sus estudios martianos sobre arte, publicados años más tarde con el título “José Martí: imagen, crítica y mercado del arte”, obra que le mereció el Premio de la Universidad de La Habana (1999) y el Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba.

Recordemos que José Martí fue un crítico de arte por excelencia. Sus conocimientos sobre artes plásticas están presentes en su vasta obra ensayística. Durante su estancia en tierra mexicana visitó la Exposición de Bellas Artes, en 1875, y manifestó sus impresiones como crítico y periodista. Según expone Adelaida de Juan, “Martí desde temprano insiste en la expresión de lo original”, presente en las creaciones de las culturas precolombinas que el Héroe de Dos Ríos tuvo el privilegio de apreciar en sus viajes.

Las banderas de Cuba y México se unieron en el podio del teatro para recibir, tres días después de Adelaida, al crítico, ensayista e historiador José Antonio Portuondo Valdor (Santiago de Cuba, 1911- La Habana, 1996). El 13 de septiembre de 1982, luego de entonar las notas del Himno de Bayamo -información que nos aporta la foto- el director de la Biblioteca Nacional, doctor Julio Le Riverend, presenta al conferencista y la temática “México y la lucha antimperialista”.

Portuondo desde una concepción martiana y marxista que le permitía adentrarse en las particularidades históricas de la vecina nación centroamericana, abordó la historia de luchas del pueblo azteca, sus singularidades y conflictos con el vecino del Norte: los Estados Unidos. El contexto político de principio de los ochenta, durante el gobierno de José López Portillo, favoreció las relaciones de México con países de Latinoamérica y posiblemente esas ideas formaron parte del discurso del eminente profesor cubano.  

Hurgar en la historia pasada y presente de ese país, desde la acuciosa y culta mirada de Portuondo, justifica la asistencia de un público interesado en ampliar sus conocimientos y rendir tributo a una nación que es parte de Nuestra América, como quería Martí “[…] sin suspicacias pueriles, ni confianzas cándidas, que convida sin miedo a la fortuna de su hogar a las razas todas”.