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Foto de Barbados, el crimen que aún estremece

Barbados, el crimen que aún estremece

6/10/2020
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

El 6 de octubre de 1976, al medio día, explotó en el aire el avión CU 455 de Cubana de Aviación a los pocos minutos de haber despegado del Aeropuerto de Seawell, en Barbados. Dos terroristas pagados por la mafia cubano- americana en Miami habían colocado en el interior de la nave un par de bombas de tiempo. Murieron todos sus ocupantes.

En la aeronave iban 57 cubanos. De ellos, 24 eran integrantes del equipo juvenil de esgrima que había ganado la totalidad de las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano y del Caribe efectuado en Venezuela. Viajaban dos tripulaciones de Cubana y el resto eran dirigentes de la aeronáutica civil, la Flota Camaronera del Caribe y el INDER. También viajaban 11 guyaneses, la mayoría estudiantes becados en Cuba y cinco funcionarios de la República Popular Democrática de Corea que realizaban un viaje cultural y de amistad por América Latina. En total fueron asesinados esa tarde 73 viajeros de tres naciones. 

El pueblo de Cuba, indignado ante el brutal acto de terrorismo, rindió tributo a las víctimas y se sumó al dolor de familiares y amigos. Setenta y siete años tenía María Villar Buceta cuando sucedió el acto terrorista del avión de Barbados. Su profunda humanidad no estuvo ajena al dolor de un pueblo ante tamaña injusticia. Anciana y enferma, la poetisa y bibliotecaria que dejó una impronta en la Biblioteca Nacional, la Escuela de Periodismo “Manuel Márquez Sterling” y más tarde en el Centro de Documentación del Ministerio de Relaciones Internacionales, escribió el poema “Fiesta de la muerte”, publicado en 1980 por la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, la mejor manera de denunciar un crimen que a más de cuatro décadas, aún estremece:   

“Fiesta de la Muerte”

Un gran dolor desgarra 

el corazón del pueblo.

Mi corazón, que es suyo,

también está de duelo.

¡Sólo la muerte está de fiesta,

Sólo ella! En el cementerio

de espanto e ira se estremecen,

sin excepción, todos los muertos.

Disfrazados de cóndores,

sucios buitres y cuervos

clavan, hunden sus picos

en seres indefensos.

Con graznidos atroces

celebran el festejo,

la indignación subleva

el corazón del pueblo.

No llora. Grita: ¡Patria!

No muerte: ¡Venceremos!

Pie de Foto: Raúl Rodríguez del Rey y su esposa, padres de aeromoza víctima del crimen de Barbados, octubre de 1976. Foto Jorge Oller.