Noticias

Buscar noticia

Mes
Año
Término de búsqueda

Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.

Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.

12/10/2020
Por: Olga Vega García, Biblioteca Nacional José Martí

En esa ocasión se reedita un artículo de especial significación con motivo del 12 de octubre, fecha que da inicio a un largo proceso de descubrimiento, conquista y colonización del continente americano, independientemente de que hay muchas teorías sobre el tema.

Diecisiete años después de que el marinero Rodrigo de Triana,  tripulante de una de las carabelas de Cristóbal Colón avistara tierras americanas se publicaron unas xilografías que quizás sean las más antiguas que sobre el tema se encuentran en bibliotecas cubanas. Independientemente de que su grabador posiblemente nunca llegara a atravesar el Océano, se basan como siempre en una de las fuentes informativas en las que los primeros navegantes describieron sus impresiones sobre la realidad que se presentaba ante sus ojos, legando para la posteridad obras en las que el tema de los pobladores de esos territorios hacia 1492 ocupaban un papel importante.

Evidentemente, esas ilustraciones van a estar permeadas de toda una ideología que responde a la forma de pensar del recién llegado, a su cultura, y muchas veces se basan en apreciaciones falsas, en noticias transmitidas de forma oral que iban pasando de un cronista a otro y daban pie así a todas las variaciones posibles, desde una simple copia hasta el despliegue de fantasía que tan grato era a los lectores europeos de los siglos XVI-XVIII, tal y como se ha puesto de manifiesto en otros artículos de esta sección de Librínsula.

Uno de los famosos navegantes fue Américo Vespucio (1451-1512), autor de este impreso. Sobre su vida se ha publicado una amplia información en formato bibliográfico y electrónico, de ahí que solamente se brinde un resumen de ella, y prefiramos volcar la atención en la pequeña joya bibliográfica seleccionada en esta oportunidad, en la cual se une a la rareza del material ilustrativo la peculiaridad de tratarse de un ejemplar incompleto, que resultó muy difícil de catalogar, ya que carecía de la portada, página fundamental a la hora de describir un libro.

Américo Vespucio (también conocido como Amerigo Vespucci) fue un escritor y navegante que trabajó al servicio de la Corona de Castilla y del Reino de Portugal. Nació en Florencia y falleció en Sevilla. Su familia mantenía estrechas relaciones con los Médici, lo que le permitió vincularse con humanistas destacados y adquirir una cultura que lo ayudaría con el tiempo;  luego marchó a París y finalmente se  dedicó a los negocios,  primero en su ciudad natal  y luego en Sevilla, hasta que logró disponer de los fondos que le permitieron preparar una expedición a tierras americanas. 

Se dice que al regresar Cristóbal Colón (c.1451-1506) de su segundo viaje en 1496 se entrevistó con Vespucio, y como resultado de ese encuentro decidió navegar en busca de lo desconocido; de hecho disponía de las necesarias relaciones, era un buen negociante y conocía lo suficiente de matemáticas, cosmografía y astronomía como para arriesgarse en la empresa.

Los estudiosos cuestionan cuántos fueron los viajes que llegó a realizar bajo las órdenes de Fernando II de Aragón, el Católico (1452-1516).  Sobre todo el primero y el cuarto son objeto de discrepancias, no tanto el segundo en 1499 con Alonso de Ojeda (1466-c. 1516) y Juan de la Cosa (1460?-1510) en el que recorrió la costa norte de Sudamérica llegando hasta Venezuela, y el tercero al litoral brasileño, cuando por encargo del rey Manuel I de Portugal (1469-1521), fue bordeando la costa hasta arribar a la Patagonia, en el marco de  la expedición que dirigía Gonzalo Coelho (c. 1451-1512).  

De hecho en el título de una de sus obras se mencionan cuatro viajes y no dos. Estos aparecen reseñados en su correspondencia, especialmente "Mundus Nuvus" enviada a Lorenzo di Pier Francesco de Medici (1463–1503) en 1502, y “Lettera di Amerigo Vespucii delle isole nuovamente ritrovate in quatro suoi viaggi”, remitida en 1504 a Piero Soderini (1450-1522).

Se le consideró el primer europeo en tener la certeza de que el “mundo” al que arribó Colón constituía un nuevo continente; por esta razón el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller (1470-1521), el cual  formaba parte del grupo de estudiosos que trabajaban en una edición latina de la Cosmografía de Claudio Ptolomeo (s. II n. e.), propuso el nombre de "América" para el hasta entonces llamado “Nuevo Mundo” o “Indias Occidentales”, entre otras muchas denominaciones,  y así lo plasmó en su mapa de 1507. 

En 1508 fue designado primer piloto mayor de la Casa de Contratación, se dedicó a la instrucción de jóvenes navegantes volcándoles sus experiencias y conocimientos, y continuó invirtiendo recursos en el envío de nuevas flotas hacia las tierras que recibieron su nombre.

Para poder describir este impreso antiguo se han tenido en cuenta citas de bibliógrafos extranjeros como Joseph Sabin y Harrisse. Joseph Sabin se refiere a un volumen del Diss bűchlin saget... que en su tercera página comienza como el ejemplar que describimos: “Vorred vo[n] der nűwen welt...” por lo tanto todo parece indicar que coincide con este. Por su parte Harrisse cita una traducción alemana de los cuatro viajes de Vespucio, tomada probablemente de la cosmografía impresa por Grűniger en 32 hojas, la cual posee grandes xilografías. Antonio Palau y Dulcet se refiere a dos tiradas del mismo año de dicho título.

En el colofón que se ofrece a continuación puede leerse el lugar de publicación, la imprenta a cargo de la ejecución de la obra y la fecha. Se trata pues de lo que Martínez de Sousa define como impreso arcaico, o sea, el producido posteriormente al período de los incunables (1450-1500). 

El llamado libro arcaico se realiza entre los años 1501-1525, aproximadamente, y se reconocen en él las características de los códices manuscritos y de las primeras obras impresas. Por supuesto que puede igualmente clasificarse como libro raro, valioso y antiguo. 

Impreso en alemán, en letra gótica, incluye letras capitales y tres xilografías toscamente confeccionadas y posteriormente iluminadas, basadas en los textos de Vespucio. Lamentablemente el color se le aplicó sin mucho cuidado, pero aún así se observan los trazos originales del grabado en madera.

En la primera de ellas, que encabeza el título, se representan los europeos encontrándose con un grupo de indígenas, adultos y niños, todos desnudos (hecho enfatizado por el italiano), rodeados de una exuberante vegetación.

En la segunda  ya se presenta a una mujer aborigen más agresiva, atacando por la espalda al “descubridor” que mantiene animada conversación con un grupo de mujeres. Al fondo un grupo contempla la escena y uno de los personajes penetra en una cueva.

La tercera presenta ya las desagradables escenas a que tienen acostumbrado al lector estos materiales ilustrativos: canibalismo, impudor al hacer sus necesidades en público, exhibición de arcos y flechas como armas utilizadas para el ataque, en fin, elementos que tratan de hacer resaltar el salvajismo de los habitantes de aquellos parajes. Resulta curiosa la representación de las viviendas de estos al fondo.

Como se ha dicho en otras oportunidades, son representaciones ideales hechas con el fin de impactar, de brindar imágenes de otra cultura totalmente ajena a la del escritor y el grabador, y en especial de justificar todo el proceso de conquista y colonización que vino a continuación.

En relación con su procedencia, en la h. 3 presenta una inscripción: Tarkas Lajos Kömjolará ból. 1873, sec. 10 én. –En el reverso de la última hoja impresa tiene cuños de A M. N. Museem Könyvtara y de Duplum venditum e Bibliotheca Musaei Nat., Hung. 

Se encuentra cubierto por una hoja de pergamino; tiene el margen superior muy cortado y el papel algo oscurecido y manchado.

Este “tesoro resulta a simple vista insignificante,  pero no obstante sus pocas páginas adquiere una connotación especial por el raro material ilustrativo que sabemos con certeza que resultará de interés para los investigadores que acuden a la Colección Cubana de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, interesada siempre en satisfacer las solicitudes de todos aquellos que van en busca de rarezas bibliográficas recogidas en ediciones originales, producidas en siglos pasados, que les permiten adornar sus escritos con materiales gráficos de época en lugar de emplear para ello dibujos contemporáneos que carecen del toque especial otorgado por los provenientes de impresos del período de la imprenta manual.


 



Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.
Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.
Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.
Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.
Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.
Foto de Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico. Curiosas xilografías de indígenas americanos en un rarísimo libro arcaico.