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Foto de Concurso Leer a Martí 2000. Otro escrito de un adolescente.

Concurso Leer a Martí 2000. Otro escrito de un adolescente.

25/10/2020
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Lean que bonito relato hizo una niña con tan solo 12 años estando en 8vo grado y de la provincia de Camagüey, fue ganadora del Concurso Leer a Martí en el año 2000.

Niño de América

Yaneldy Sariol

                                Para poder pintar un corazón se deben conocer todas sus fibras.

Qué maravilloso sería si todos los hombres dedicaran parte de su tiempo a analizar, comprender y reproducir los motivos y pensamientos de un niño. Por la dedicación y amor de un gran hombre que vivió hace más de un siglo nací yo, que, a pesar de ser tan viejo, puedo ser hoy norma y doctrina de una literatura infantil ejemplar.

Mi autor nunca tuvo un momento desocupado en su vida, fue tan extensa su obra, que según él lo tuvo siempre Clavado en su mesa de jornalero. Ahí en su humilde vivienda de Nueva York en una breve pieza de trabajo, entre papeles y libros, discursos y conferencias, nació la esperanza de escribir un periódico para niños

Salí a la luz en una revista mensual en 4 números y si me lees, verás que contiene cuentos, artículos que resumen ciencias, industrias, artes, historia y literaturas además de viajes, biografías, descripciones de juegos y costumbres, fábulas y versos, todo esto escrito en un lenguaje claro, ameno y sencillo. Estos 4 números salieron en julio, agosto, septiembre y octubre de 1889; reunidos estos 4 números me convertí en un libro que luego publicaron

No te muestres ante mío indiferente y frío puesto que soy una obra en la que Martí puso tanta ilusión y fe, es por eso que te invito a leer mis páginas y al penetrar en ellas te darás cuenta de que reflejan hechos de la vida real que parecen que son de su propia vida, escenas a la que asistió y vivió él mismo, que impresionaron su corazón, que quedaron fijas en su memoria y que merecían ser cantadas

En la mente de un niño un escritor infantil puede encontrar maravillosos argumentos y es a la vez difícil de adivinar y reproducir los pensamientos de un niño, los sentimientos de los que son capaces. Yo pude apreciar a medida que llenaba mis páginas el don del que estaba dotado mi autor de conocer el alma infantil y escribir su realidad sin cambiarla. Fui mudo testigo del nacimiento de niños como Bebé, Nene traviesa, Pilar, Piedad…, de la creación de escenas de sus vidas, de su conducta entre los adultos. Nos creó niños reales con sus cualidades y defectos, si no veamos a Bebé, que era un niño magnífico de 5 años y cabellos rubios que quería mucho a su mamá. Bebé que no tenía vergüenza que lo vieran hablando con los niños pobres; pero que no era un santo ¡oh no! Sino que le torcía los ojos a la criada cuando no le quería dar más dulces, y rompió un día el jarrón de flores corriendo detrás del gato…, pero a la vez supo ver lo feo de la actitud del tío que ni se fijó en su primito Raúl, ni lo saludó, ni le dio un beso, y que por no hacer caso de Raúl halló feo el sable dorado que el tío le regaló

¿No es como si el autor se hubiese puesto a soñar para sacar de su sueño la ternura y el cariño de un niño?

¿No es como si los niños le hubieran dado parte de su pensamiento para que lo escribiera?

Cuando me tomes entre tus manos y leas mis 1ras páginas te darás cuenta de que la literatura que mi autor escribió para ustedes está basada en la realidad, no en una verdad dicha a medias, que, si mi autor no hubiese tenido que comunicar a ustedes más que una fría y pobre instrucción, no se habría decidido a crearme

El día que estés necesitado de una lectura en la que se recree tu mente, el día que necesites una lectura por la que te muevas como en una aventura de descubrimientos que ayuden a enriquecer tu vida, el día que quieras conocer las cosas del mundo con historias de países, sus paisajes, costumbres, etc., sencillamente entra en mi mundo que es el tuyo, abre mis páginas y léeme. Siempre a tu disposición,

                                   El libro       La Edad de Oro