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Lisia Prieto en la memoria

8/11/2020
Por: Olga Vega García, Biblioteca Nacional José Martí

La calidad de la labor realizada avaló el prestigio alcanzado por ella dentro y fuera de la Institución, puesto que apoyaba tareas importantes llevadas a cabo en la Biblioteca, y otras eventuales como inscripción de usuarios, visitas dirigidas, asesorías técnicas, así como la atención al público en diferentes salas en caso de necesidad. 

Brindaba  atención a usuarios de alto nivel, nacionales o extranjeros, que requerían de un tratamiento diferenciado y asesoraba  a los estudiantes en las temáticas que investigaban de manera que los satisfacía al máximo recordándolos y velando por su desarrollo. Mantuvo constantemente actualizado el fichero de referencia a su cargo, confeccionando fichas  factográficas y bibliográficas de particular utilidad para lectores interesados en las materias a su cargo. Realizaba listados bibliográficos a solicitud de los usuarios o por considerarlos de interés de acuerdo con el perfil de la sala.

Colaboró siempre en la labor emergente de inventariar colecciones de valor patrimonial. En especial con el Dpto. de Desarrollo de Colecciones brindando asesoría en lo referente a documentos a adquirir, descartar, permisos para salida de materiales del país y otras consultas vinculadas con la temática de la Sala. 

En particular llevó a cabo el control bibliográfico de la biblioteca particular de Don Fernando Ortiz, localizando en los diferentes depósitos de la BNcJM los libros que pertenecieron a él con vistas a identificarlos y evitar así que fueran  utilizados indiscriminadamente por los usuarios sus volúmenes valiosos. 

Suministraba de manera exhaustiva, muy profesional, información para programas de televisión, filmaciones, y otros medios de comunicación, suministrando datos o imágenes, y para el montaje de exposiciones permanentes en su área y en otras de la biblioteca.

Veló siempre celosamente por el cuidado de su colección y de los recursos que le eran asignados y su disciplina laboral fue en todo momento excelente, y dado su alto sentido de la responsabilidad se sobreponía a problemas de enfermedad con tal de cumplir con sus tareas.

En el año 2005 recibió la Distinción por la Cultura Cubana. Además el diploma de Reconocimiento "María Teresa Freyre de Andrade, otorgado por la Unión Nacional de historiadores de Cuba a bibliotecarios destacados.

Todo está dicho de forma sintética. Nos queda pues recordarla como ejemplo de trabajadora, con fuerte sentido de pertenencia, para las futuras generaciones de bibliotecarios.

Como colega y amiga de décadas, muy preocupada por los demás. Y queriendo ayudar más allá de sus fuerzas y sus recursos.  

Descanse en paz. Cumplió su misión con creces. Solo nos queda recordarla, sus colegas, amigos y usuarios.