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Foto de Correo desde la Isla de Dignidad. Homenaje a los hechos del 30 de noviembre

Correo desde la Isla de Dignidad. Homenaje a los hechos del 30 de noviembre

30/11/2020
Por: Eloisa M. Carreras Varona , Biblioteca Nacional José Martí

En homenaje a las heroicas acciones libradas por los jóvenes del Movimiento 26 de Julio, el 30 de Noviembre de 1956; reproduzco fragmentos de las palabras que el Dr. Armando Hart pronunció en el acto de recordación por el XIV aniversario del alzamiento, en esa misma fecha en 1970, en el Teatro Oriente de la ciudad de Santiago de Cuba. 

“Trabajemos y defendamos la patria con la pasión de los que lucharon por alcanzar la libertad, al precio de sus valiosas vidas”

No es posible conmemorar una fecha como esta, ni honrar a los mártires, sin que hagamos un análisis de la significación de aquellos hechos…, teniendo en cuenta la certeza de que seríamos libres o seríamos mártires.

 Y si me preguntan ¿Cuál es el significado del 30 de Noviembre?, modestamente puedo decir que a mi juicio hay dos aspectos esenciales. Por una parte, el 30 de Noviembre significa el espíritu de pelea y de lucha de la juventud y del pueblo de Santiago de Cuba, en especial, y de Oriente, en general. Y, por otra parte, el 30 de Noviembre significa la fecha más representativa o la más sobresaliente, de la lucha del clandestinaje en eso que la Historia ha recogido como “el Llano”. Es decir, que el 30 de Noviembre representó la disposición y la actitud de pelea del pueblo de Santiago de Cuba, en especial de su juventud y del pueblo de Oriente en general. 

El 30 de Noviembre, por primera vez en las calles de una ciudad cubana se vistió el uniforme del Movimiento 26 de Julio. Y fue el apoyo de Santiago de Cuba, de los luchadores clandestinos y los jóvenes revolucionarios de Oriente al desembarco de Fidel en el Granma. Pero no destaco solamente, lo que el hecho en sí fue, sino toda la proyección que estas acciones tuvieron para la historia del país. Y, desde luego, que resulta muy difícil analizar la proyección de un acontecimiento histórico sin analizar la proyección que dentro de esa historia tiene el héroe principal del 30 de Noviembre, el compañero Frank País García.

Frank era la representación genuina de la juventud santiaguera y oriental, que hubiera querido también haber ayudado mucho más en los históricos y extraordinarios acontecimientos del 26 de Julio y siempre había vivido con la preocupación de que habiendo estado en Santiago y en Oriente, de la forma en que se fueron desarrollando los hechos del 26 de Julio, fue limitado lo que pudieron hacer porque sencillamente, ayudaron a los combatientes a salvar sus vidas a esconderlos. Pero ya en aquella época del 26 de Julio había en Santiago y, aún antes, un grupo de jóvenes, estudiantes, obreros, gente de las capas medias pobres, con una extraordinaria preocupación revolucionaria y con un extraordinario deseo de hacer algo por la patria. 

Frank integró y organizó a un grupo bastante amplio de jóvenes que, una vez que salió Fidel de la cárcel se incorporó activamente al Movimiento 26 de Julio. Un grupo de jóvenes orientales deseosos de hacer algo, con un odio feroz a la tiranía, con un amor infinito a la Patria y que se había alentado en las tradiciones revolucionarias y patrióticas de los mambises y la historia revolucionaria y en especial de esta provincia de Oriente. Eso representaba Frank. Y fue así como no vaciló en ningún momento, desde aun antes del 26 de Julio, después del 26 de Julio, el 30 de Noviembre y no vaciló en ningún momento cuando los acontecimientos posteriores al 2 de Diciembre.

Quiero recordar aquí una anécdota que, en mi criterio, pinta de cuerpo entero quién era Frank. Y señalo quién era Frank, para que pueda analizarse y pueda verse la hondura revolucionaria de los compañeros que combatieron el 30 de Noviembre y su decisión de ser libres o mártires. Cuando después del desembarco del Granma, y cuando todavía no se tenían noticias de Fidel, o cuando las noticias que se tenían eran las del campo enemigo y existían muchas confusiones, era lógico, incluso, temer que hubiera perdido la vida el compañero Fidel, que hubiera muerto en el combate. Incluso, horas después de los sucesos del 30 de Noviembre y cuando ya teníamos algunas noticias del desembarco, pero que se había informado que el grupo había sido aplastado por la tiranía, en aquellos momentos de incertidumbre, en aquellos momentos de amargura, en aquellos momentos de impotencia, Frank se sentía optimista en cuanto al futuro de la Revolución. Se sentía confiado en cuanto al futuro de la Revolución, se sentía con confianza de que cualquiera que fuese el desenlace, la lucha iba a continuar. Y subrayo que cuando podría parecer que todo estaba liquidado, cuando era una insignificante minoría los que podrían tener fe en aquellos instantes, recuerdo que Frank, lo primero que hizo fue tratar de comunicarse por todos los medios con la Sierra y con las células clandestinas del Movimiento en la Sierra y, de igual modo, empezó a editar boletines y orientaciones para todo el Movimiento, indicando que la lucha continuaría y que la lucha continuaba con una actividad febril y con una pasión en que la victoria era segura.

Esto, desde luego, es mucho más fácil comprenderlo y entenderlo ahora; pero hay que situarse en aquellos dramáticos, tristes y heroicos días, al mismo tiempo, de los días 2, 3, 4 y 5 de diciembre de 1956. A Frank nunca le falló la confianza, nunca le falló la fe. Eso señala el temple y el carácter de un combatiente y ese es el ejemplo que recogemos de él y que deben recoger todos los revolucionarios de los combatientes, de los héroes, de los mártires. La confianza y la fe en la victoria aun en los momentos difíciles y amargos de aquella epopeya.

[…]

Entre las grandes virtudes revolucionarias del dirigente que fue Frank, además de su temple, además de su sensibilidad humana, estaba lo minucioso y cuidadoso que era en su trabajo. Observaba siempre todos los detalles y velaba por ellos.

Para valorar la hondura y la profundidad que adquirió, que llegó a adquirir la lucha revolucionaria en el Llano, en Oriente, en Santiago, en Manzanillo, en Bayamo, hay que tener en cuenta algunos hechos que quizás pasen inadvertidos, pero que son el símbolo de la profundidad que había alcanzado la lucha revolucionaria en las ciudades de Oriente. Y es que, cuando Frank fue enterrado vestido de uniforme verde olivo, con una bandera cubana y con todo el pueblo rindiéndole honores. Eso se dice fácil. Y si no somos cuidadosos en el análisis, si no somos dialécticos en el análisis quizás no comprendamos la significación que tenía aquello. Pero para comprender la significación que tiene que el cadáver de Frank se paseara por las calles de Santiago de Cuba, vestido de uniforme verde olivo, con una bandera cubana y con todo el pueblo, hay que tener en cuenta que se trataba de los meses de julio y agosto de 1957. 

Hay que recordar que, aunque desgraciadamente la tiranía de Batista llegó a acosar a los revolucionarios en Santiago de Cuba, al extremo de llegar a acorralar y asesinar a Frank, esto no fue fácil para la tiranía. Porque por las ciudades de Santiago y de Oriente en general eran nuestras, los combatientes revolucionarios clandestinos andábamos y nos conocían decenas y decenas de personas y nos brindaban apoyo y protección para salvar la vida. 

[…]

Por eso afirmo que el 30 de Noviembre simboliza, por una parte, el espíritu combatiente de la juventud de Santiago y del respaldo que siempre nos dio el pueblo y, por otra parte, el 30 de Noviembre es la fecha más representativa de la lucha clandestina del Movimiento 26 de Julio en el Llano.

El carácter de Frank, su temperamento revolucionario, su vocación revolucionaria, era el verdadero símbolo de la lucha clandestina. Frank representa, quizás como ningún otro, el símbolo de la lucha clandestina y del combatiente clandestino y que con solo 23 años pudo organizar un movimiento clandestino en Oriente de apoyo a la Sierra. Y debe decirse que en el temperamento y en la sensibilidad de los combatientes revolucionarios del clandestinaje, está la fibra que Frank representaba y está, también, una vocación y una profundidad revolucionarias en grado extremo. […]


Es cierto que nosotros no éramos entonces marxistas-leninistas. Pero había algo muy importante, todos los combatientes revolucionarios teníamos una tradición patriótica, una sensibilidad revolucionaria y una convicción profunda de que todo tenía que hacerse con el pueblo y que era el pueblo el que podía hacer la Revolución para luchar por la justicia.  

Recuerdo —y perdónenme que hable de algunas anécdotas, pero nos parece que tienen un significado muy profundo— cómo en los días posteriores a conocerse la noticia de que Fidel y un grupo de combatientes continuaban vivos y luchando en la Sierra, Frank nos señalaba y nos describía a nosotros cómo él veía que se iban a desarrollar los acontecimientos. En cuanto al desarrollo de la lucha en la Sierra, el apoyo del campesinado y el desarrollo de un fuerte movimiento de todo el pueblo alrededor de eso. Recuerdo estas explicaciones y estos señalamientos de Frank, cómo él veía que se desarrollaban, que no es necesario decir cómo lo veía porque fue como, efectivamente, ocurrió después.

Es decir, que independientemente de la profundidad de las ideas políticas, sociales y filosóficas que pudiéramos haber tenido algunos combatientes revolucionarios en el Llano; lo importante era la convicción profunda de combatir la injusticia social, la miseria y el dolor del pueblo. Teniendo presente que el pueblo es el que hace la Revolución. 

También fue decisiva nuestra decisión de combatir, de luchar hasta la muerte, en defensa de las ideas de justicia social, de libertad y de la independencia de nuestra patria. Y con esos ideales y con esos objetivos fuimos a cada combate, a la lucha. 

Puedo afirmar que tanto el 30 de Noviembre, como el 2 de Diciembre, abrieron una etapa nueva en la lucha insurreccional contra la tiranía de Batista. Una etapa que siempre debemos recordar porque está cargada de enseñanza para los cubanos. Etapa que es importante que se estudie, se analice y se conozca cada día más profundamente por las nuevas generaciones, sobre todo para las nuevas generaciones.

[…]

Conozcan cada día más la forma en que vivía el pueblo, las masas desposeídas del pueblo en aquellos años; porque, desde luego, esto que tenemos hoy, gracias al esfuerzo, al heroísmo y al martirologio de varias generaciones de cubanos, esto que tenemos hoy, no fue siempre así.

Y van pasando los años y las nuevas generaciones van llegando, quizás, olvidándose las viejas situaciones. Y hay que recordar siempre la lucha que se libró contra todo aquello, lo que aquello representaba y la forma en que vivía el pueblo en aquella época de miseria, de explotación, de vergüenza, de discriminaciones. Eso tenemos siempre que recordarlo en un día como este. Y tendrán siempre, los que se dediquen al estudio y análisis de la Historia, que recordarlo.

Porque desde luego, las nuevas generaciones que no vivieron en esa ignominia, que no vivieron en ese dolor y en esa amargura, si no se les recuerda y no se les educa en estos conceptos y en estas ideas, podrían quizás pensar que la libertad que hoy goza nuestro pueblo, que el derecho que hoy tienen nuestros jóvenes de estudiar, que las posibilidades extraordinarias que hoy tienen nuestras nuevas generaciones se lograron fácilmente. Y por eso tenemos que explicarles que esas conquistas sociales costaron la sangre generosa de nuestros héroes y mártires; costó sangre de obreros, de estudiantes, de campesinos, de jóvenes. Costó dolor y amargura. Y desde luego esta generación revolucionaria ha tenido también un privilegio. Un privilegio que, como ha señalado Fidel, no les correspondió a las anteriores generaciones revolucionarias. El privilegio de construir el futuro, el privilegio de construir la nueva sociedad. Ese es un privilegio que tenemos los revolucionarios y los combatientes de hoy. Un privilegio que no tuvieron las generaciones revolucionarias del 68, del 95, del 33 y que no tienen cientos de cientos de combatientes que cayeron en la lucha contra la tiranía de Batista.

Los problemas que hoy enfrenta nuestro pueblo, los problemas que hoy enfrentan los revolucionarios, los combatientes, son muy distintos a los problemas de antes. Son problemas más complejos, más difíciles si se quiere, por su complejidad. Pero tenemos la gloria, el honor y la posibilidad de enfrentar esos problemas. Ellos no han tenido esa gloria, esa posibilidad. Ellos tuvieron sí, la gloria de contribuir con su sangre a que hoy nosotros tengamos la posibilidad de construir el futuro. Y creo que como homenaje a ellos, como el verdadero homenaje a ellos no está en las palabras, no está en lo que digamos, el verdadero homenaje a nuestros mártires, a los del 30 de noviembre, a los del 2 de diciembre, a los del 26 de Julio, a los de todas las fechas gloriosas de nuestra Historia, que sería interminable expresarlas aquí, el verdadero homenaje a esos héroes, a esos mártires y a esas fechas está en enfrentarnos unidos a las grandes tareas que tenemos por delante.

 El recuerdo es justo, es necesario y es útil. Pero es justo, necesario y útil en la medida en que nos ayude aún más y nos fortalezca aún más para continuar adelante en las tareas que ellos iniciaron ¿Cuáles son los problemas que hoy enfrentamos? Es cierto que los grandes problemas de hoy son más complejos quizás que los de ayer. Y de la misma forma que antes los revolucionarios y el pueblo tenían que enfrentar la tiranía, la injusticia social, la penetración imperialista, la dominación imperialista, hoy tenemos que enfrentar, por una parte, las amenazas imperialistas y tenemos que enfrentar de otra parte, las tareas de nuestro propio desarrollo. Nos hemos ido educando en estos años desde el triunfo de la Rebelión en el combate a las amenazas imperialistas y hemos fortalecido todos, frente a todos los problemas, nuestra conciencia antiimperialista al extremo que hoy forma parte de la propia ideología de todo el pueblo cubano.

[…]

Trabajemos y defendamos la patria con la pasión de los que lucharon por alcanzar la libertad, al precio de sus valiosas vidas.