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Correo desde la Isla de la Dignidad. Alicia Alonso, la Reina de la Danza

21/12/2020
Por: Eloisa M. Carreras Varona y Armando Hart Dávalos, Biblioteca Nacional José Martí

En este nuevo aniversario de la Reina de la danza, comparto este texto que junto Armando tuve el honor de escribir. 

Alicia Alonso, la Reina de la Danza

Estar cerca de Alicia es estar cerca de la danza; ser la danza misma. 

Su gloria supera todo homenaje y representa 

la admiración, el respeto, el cariño de Cuba y de todos los cubanos. 

Nicolás Guillén

Por la diversidad de sus recursos técnicos,

 por la fuerza de su sensibilidad, por su entendimiento en todo cuanto atañe a la danza, 

Alicia Alonso es una de las más grandes bailarinas de todos los tiempos. 

Alejo Carpentier

La calidad de Alicia está integrada por talento y disciplina, por rigor y coraje; 

pero la razón íntima de su hazaña nos queda siempre entre las manos, como el polvo de una mariposa esquiva que defiende a toda costa la altura de su vuelo.

Juan Marinello

Alicia Alonso, Prima Ballerina Absoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, es una de las personalidades más relevantes no solo de la historia de la danza, sino de la historia del arte y la cultura mundial; es una figura cimera del Ballet clásico. Tantos y tantos años de creación en el arte a la escala de esta gran mujer, es un logro histórico de la cultura cubana y universal, de tal vuelo y grandeza que toma contorno de fantasía, y se convierte en una verdadera leyenda. 

El 28 de octubre de 1948, un grupo de entusiastas y talentosos creadores encabezados por Alicia y los hermanos Fernando y Alberto Alonso, llevaron a la escena del antiguo teatro Auditórium la primera obra presentada por la compañía  que llevaba el nombre de la que ya era entonces la bailarina cubana más reconocida internacionalmente. Poco tiempo después, en 1950, lograron fundar la Academia Nacional de Ballet Alicia Alonso. A partir de aquel día, el camino que recorrieron no fue sencillo, porque no existía en el país una tradición nacional en esta manifestación. Pero aun sin el suficiente apoyo oficial, los fundadores del movimiento profesional de ballet en Cuba, supieron, desde aquellos años iniciales, luchar por hacer de este arte un vehículo de enriquecimiento espiritual del pueblo, por crear una escuela que identificara nuestra forma de bailar y por situar a nuestra patria en el mundo internacional del ballet. Es por ello que les damos las gracias a Alicia, y a todos los fundadores de la Escuela Cubana de Ballet, por todo lo que han logrado desde aquel lejano 28 de octubre de 1948. 

Siempre que se recuerde la obra desarrollada a lo largo de todas las décadas que podemos contar desde entonces, será necesario mencionar la abnegación, el esfuerzo y la maestría de quien ha hecho de su arte un verdadero patrimonio de nuestra patria; de quien, como bailarina, coreógrafa, profesora y promotora cultural, ha entregado siempre lo mejor de su talento; quien ha sabido llevar el mensaje de nuestra cultura revolucionaria a los más lejanos países; esa gloria de la danza de todos los tiempos: Alicia Alonso, que es la Reina de la Danza. 

Es bien conocido que ya es una tradición, que La Habana se convierta cada dos años en la capital mundial de la danza. Es por ello que bailarines, coreógrafos, críticos y observadores de todas partes del mundo se dan cita en la capital cubana para participar en el conocido y prestigioso Festival Internacional de Ballet, que se celebra en nuestra patria desde el año 1960, y el cual ha contado, desde sus inicios, con el respaldo de las figuras y compañías de ballet más reconocidas del mundo. Miles de invitados de países de los cinco continentes nos han acompañado en estos años, han bailado en nuestros escenarios las más variadas compañías extranjeras, y se han estrenado un colosal número de coreografías. El Ballet Nacional de Cuba ha tenido el privilegio de contar con la dirección y el magisterio de esta artista excepcional. Como, también, ha contado con el esfuerzo y la colaboración de creadores, cubanos y extranjeros, que, a lo largo de su historia, han forjado bailarines, coreógrafos y otros artistas, lo cual ha permitido que podamos contar con una compañía de una alta calidad profesional a toda prueba, reconocida mundialmente. Es importante resaltar el hecho de que el ballet cubano ha podido, a la vez, conquistar al más exigente público internacional y penetrar en la más profunda tradición cultural de nuestro pueblo. Para comprender este hecho, habrá siempre que partir del ejemplo de Alicia, del magisterio de Fernando, del tesón de los fundadores, pero también del apoyo que, desde los primeros años del triunfo revolucionario, le ha brindado el gobierno y el Estado cubano al desarrollo de esta manifestación artística.

Porque nuestro ballet es un buen ejemplo de cómo puede un pueblo, enriquecerse con sus propias raíces y su acervo artístico. “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas”, dijo nuestro Martí. Un arte nacido en otro continente, interpretado desde nuestra realidad, ha llegado a ser expresión de nuestra cultura y, lo más importante, ha llegado a formar parte de la tradición del pueblo cubano. 

Como afirmó Juan Marinello: “El Ballet Nacional de Cuba es mucho más que una suma de excelencias y una escuela singular; es la voz de una fuerza popular sin reposo”; justas y precisas palabras para rendir el homenaje que merecen Alicia y su colectivo porque han sabido hablar el mismo lenguaje de su pueblo y poner bien en alto su nombre a nivel mundial.

¡Que Viva por siempre nuestra inolvidable Alicia!