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Foto de Concurso Leer a Martí. Memorias Edición 2003. En la jungla

Concurso Leer a Martí. Memorias Edición 2003. En la jungla

6/3/2021
Por: Jessica Álvarez Bellas, Biblioteca Nacional José Martí

Hoy me gustaría mucho que lean este cuento escrito por una niña 6º grado, municipio especial Isla de La Juventud y que fuera ganadora en 2003 del Concurso Leer a Martí 

Martí está en la jungla

Por Mayara Soto Matos

Como todos los niños de Cuba, en las vacaciones fui a diferentes lugares con mi mamá, mi papá, mi hermana y algunas amistades de ellos y mías también.

Uno de los lugares que más me impresionó fue La Jungla, en Santa Fe. ¡Qué lugar tan hermoso! ¡Qué personas tan lindas viven allí y con qué amor cuidan y protegen lo que todos podemos disfrutar!

Hay una casita muy modesta y un hombre que se llama Tomás explicaba tan claro que yo decía: ´´ ¡Martí está aquí! ´´, en las flores, en las plantas que tan celosamente cuida, en su bosque martiano, en el juguetear de los parajitos, en el río y en todas las maravillas de la naturaleza que conserva

Hay un patio grande que Tomás, con su familia, ha preparado para que otros niños negros y blancos jueguen, tienen acondicionado un eco-restaurante que las visitas utilizan para reunirse, distraerse y conversar de cosas buenas. Tomás, que trabaja incansablemente para que niños como yo pasemos vacaciones sanas, no deja que la angustia nos sorprenda, siempre cuenta lo que hará en su Jungla para que los niños se sientan mejor cada día, entonces recordé la frase que con tanto amor, humanidad y ternura, expresó José Martí: ´´ (…) sólo es grande el hombre que nunca pierde su corazón de niño: (…) ´´, esa ternura y bondad la vi brotar del corazón de mi amigo

Estábamos en el bosque, era como si estuviera leyendo el diario de campaña de Martí cuando se refería al uso de las plantas medicinales, ornamentales y otras que el hombre debe estudiar y conocer su uso, de repente llegó un niño, era el hijo de Tomás, que con inteligencia también nos enseñabas las cosas lindas que había aprendido de su padre, comprendí que la inteligencia vale mil veces más que la fuerza, así lo demuestra nuestro pueblo venciendo cada batalla que nos proponemos para poder ganarle a ese gigante del Norte, fuerte y prepotente; y muy segura como pionera afirmo que si esa fuerza y prepotencia la cambiaran por inteligencia, solidaridad y bondad, ¡de seguro seríamos buenos amigos!

Así lo demostró el niño que allí vive brindándonos sus conocimientos y compartiendo con nosotros cuanto tenía. ¡Qué linda es la amistad entre todos!

Olvidaba algo, el arte que tiene mi amigo Tomás, porque sí me hice amiga de él, el arte que tiene para hablar y comparar los árboles con la vida, el amor y la fantasía. Cuando yo lo digo, ´´Martí está en la jungla´´.