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120 Aniversario BNCJM- Ilustres en la Biblioteca Nacional José Martí: Carlos Villanueva, “duende tutelar de todos los bibliotecarios habaneros”
7/6/2021
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí
El año 1946 marcó la pérdida de dos puntales en la Biblioteca Nacional: Francisco de Paula Coronado, director durante más de veinte años, y José Antonio Ramos, asesor técnico por casi una década. Tal situación llevó a que el experimentado bibliotecario Carlos Villanueva desempeñase, de manera interina, la dirección del centro hasta el nombramiento de Lilia Castro de Morales, en septiembre de 1948.
En la temprana fecha de julio de 1903 -apenas a un año y nueve meses de creada la Biblioteca Nacional- Carlos Villanueva Lamas comenzó como empleado de la institución. Con su probado interés por aprender cada aspecto relacionado con la organización y los servicios de un centro bibliográfico de tal magnitud, ganó la confianza del primer director, don Domingo Figarola Caneda, convirtiéndose en su discípulo predilecto.
“Villanueva es una institución dentro de esa institución que es la Biblioteca Nacional (…) muy pocas veces se da el caso de un hombre que se funde a una institución y hace de ella y de su servicio el fundamento de su existencia”, expresó Ángel Augier en un artículo que publicó la revista Bohemia en 1952. Su sapiencia, dominio de las colecciones y de la dinámica bibliotecaria las obtuvo a fuerza de trabajo: guarda del salón de lectura, estacionario, bibliotecario, secretario, director y subdirector, fueron sus responsabilidades en seis décadas de labor ininterrumpida en la Biblioteca Nacional.
Cuentan que abría la Biblioteca muy temprano en la mañana y era el último en marcharse. Su “locura de amor” por resguardar los fondos la noche de octubre de 1944 en que azotó La Habana el terrible ciclón, la describió Renée Méndez Capote, escritora y colega. El celoso guardián, con capa y linterna, permaneció en el Castillo de la Fuerza a riesgo de su vida, resguardando del agua y el viento el patrimonio bibliográfico y documental adquirido hasta entonces.
Escritores, periodistas, historiadores quedaban en deuda con su asesoría, entre este José María Chacón y Calvo, quien lo consideró “el mejor amigo de la Biblioteca Nacional”. Llegó a ser un excelente referencista de la cultura cubana, bautizado por Cintio Vitier “duende tutelar de todos los bibliotecarios habaneros” (1).
Villanueva ha sido el único bibliotecario que tuvo el privilegio de laborar en las tres sedes de la Biblioteca Nacional de Cuba: el Castillo de la Real Fuerza, la antigua Maestranza de Artillería, y el edificio que ocupa en la actualidad, inaugurado en 1958, este último convertido en “la biblioteca que él había querido siempre para su país”, gracias a la Revolución.
Había nacido en Managua, pueblo de La Habana, el 27 de agosto de 1886. Su ochenta cumpleaños lo celebró en la BNJM, homenaje convertido en la última visita a su segunda y amada casa. Falleció el 22 de abril de 1982. La historia de vida de Carlos Villanueva pertenece a la historia de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Su amor y fidelidad a la institución enaltece a los bibliotecarios, los compromete e inspira.
Notas
(1) Cintio Vitier. “El escritor y la Biblioteca”. En: 60th Conferencia General de IFLA, agosto de 1994. Recuperado de https://origin-archive.ifla.org/IV/ifla60/60-vitc.htm