Programa Nacional por La Lectura. Reseña “Celia nuestra y de las flores”

21/7/2021
Por: Ana Laura Escalona Díaz , Biblioteca Nacional José Martí

La historia de Cuba está cargada de grandes mujeres y hombres. Conocer desde edades tempranas sobre la vida de estas personas puede resultar inspirador para las niñas y niños, a la vez que fomenta el sentido de pertenencia a su patria. Sin embargo, resulta esencial que estas personas se enseñen de forma cercana, a partir de cuentos de su vida cotidiana, donde cualquiera pueda verse reflejado o reflejada, pues de lo contrario; provocaría el efecto inverso, la perfección de sus hazañas crearía distancia y frialdad entre las nuevas generaciones y las heroínas y héroes de la nación. 

El libro “Celia nuestra y de las flores” escrito por Julio M. Llanes, resulta una excelente oportunidad para presentarle a las niñas y niños, de manera sencilla y hermosa, a Celia Sánchez Maduley. Este título publicado por la Editorial Abril, en su 30 Aniversario, ofreció a las y los lectores una edición especial como homenaje al 80 Aniversario del natalicio de Celia, o Norma, como fuera conocida en la lucha contra la dictadura batistiana. Las anécdotas sobre la vida de Celia que en él se recogen trasmiten su frescura, sencillez y valentía. Sus páginas son acompañadas por fotos de ella desde su nacimiento hasta su vida adulta, rodeada con ilustraciones coloridas de la flora y fauna cubana. 

El viaje de un niño y su abuelo, desde Manzanillo a La Habana para despedir a Celia es el hilo conductor del libro. En el trayecto las historias que surgen sobre ella emocionan con su frescura y bondad, y hacen que el pequeño la respete y sienta que la conoce de toda la vida. Es así como descubre las ideas, acciones y construcciones en las que estuvo implicada: llevar el busto de Martí a lo alto del Pico Turquino junto a su padre, apoyar y luchar junto al Ejército Rebelde, el Parque Lenin, la casa de los cosmonautas, el palacio de pioneros. El amor y admiración que el protagonista recibe de las anécdotas, lo inspiran a sembrar a la vuelta en su jardín vicarias, azucenas, orquídeas y mariposas para recordarla siempre porque está convencido que “ella es nuestra y de las flores”.