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Foto de Un último adiós a la magia de su luz

Un último adiós a la magia de su luz

29/10/2021
Por: Hilda Pérez Sousa, Biblioteca Nacional José Martí

A pesar de no encontrarse activo y ya no seguir regalando sus instantáneas a nuestro pueblo, Guillermo Fernando López Junque más conocido como Chinolope se despide físicamente de su pueblo, el cual lo vio crecerse desde muy joven. Nació en La Habana en la década del treinta en el seno de una familia pobre. 

Durante los años 50, vivió en New York, logró insertarse en el mundo de la fotografía y convertirse en colaborador de revistas ilustradas: Life, Times y Paris Match. Sentía una pasión muy grande por la pintura, pero decidió cambiar sus pinceles por una cámara fotográfica “para sacar a flote las posibilidades de ser de la imagen. Conseguido esto, rescatar lo cubano, el rostro de este país, sus tradiciones”. Así expresó a Benito Rojo en una entrevista realizada para la revista Cuba (1)

Trabajó en la página de espectáculos del periódico Revolución y posteriormente en Granma, también en la revista Cuba, aunque no perteneció al equipo oficial de fotógrafos. Sus primeras instantáneas aparecieron en la edición de agosto de 1963; siendo el número de marzo del 67, donde tuvo una mayor colaboración, al retratar a los ganadores del Premio Casa de las América que fueron entrevistados (2). En noviembre de 1968 se identificó por primera vez en la revista como Chinolope. 

Fue uno de los autores de “La ninfa constante”, sección que incluía fotografías y algunos datos de muchachas jóvenes, varias de ellas relacionadas con el mundo de las artes. La mayoría de sus fotos estuvieron relacionadas con el mundo de la cultura: ballet, artes plásticas, música y el folklore. En la portada de la edición de octubre de 1966 mostraba su disposición hacia el culto afrocubano, algo inusual en esa época. Para esta ocasión escogió a la bailarina mestiza Luz María Collazo, del Conjunto de Danza Moderna, vestida de iyabó, toda de blanco. A ella estuvo dedicada la sección de “La ninfa constante” de ese número. 

Fue el Comandante Ernesto  Guevara quien le sugirió que fuera a los ingenios azucareros y conviviera con los trabajadores, para retratar con autenticidad esa realidad. Así nació el libro “Temporada en el ingenio” que preparó con 120 fotos tomadas durante los meses que convivió con los trabajadores involucrados en los preparativos la zafra del 70, en las provincias de Matanzas y Oriente y que no fue publicado hasta 1987. La revista publicó el prólogo redactado por su entrañable amigo José Lezama Lima, a quien conocía desde 1961. Lezama les ofreció a los lectores una imagen muy especial al referirse a su libro en preparación “Temporada en el ingenio” y así señaló: “Suma de paradojas, es un juglar chino – japonés, que exhuma sin abrumarnos el patronímico Lope. Su cámara, como un fulgurante ojo de buey capta que las máquinas están entre las manos que soplan y la tierra que devuelve (3)”  

La fotografía cubana de Chinolope testimonió los primeros años de la revolución, la vida de este pueblo y su gente. Apretando el obturador de su cámara registró los rostros de hombres y mujeres de origen humilde que fueron protagonistas de la nueva realidad cubana.

(1)  Chinolope [López Junque, F.) (...) o la magia de la luz. Cuba, 79: p. 49, noviembre  de 1968

(2) Ponce Suárez, Vilma, Pérez Sousa, Hilda y Sánchez del Collado, Alicia. La revista Cuba: sus rasgos distintivos y mediadores comunicacionales en el contexto histórico del periodo 1962-1969. 2018. pp. 117. (Informe no publicado) La Habana: Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. 

(3) Lezama Lima, J. Temporada en el ingenio. Cuba, 79: p. 47, contraportada de noviembre 1968.

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