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Foto de Ilustres en la Biblioteca Nacional: Elías Entralgo y las sólidas virtudes de un intelectual

Ilustres en la Biblioteca Nacional: Elías Entralgo y las sólidas virtudes de un intelectual

28/3/2022
Por: Mabiel Hidalgo Martínez, Biblioteca Nacional José Martí

“No se concibe la Universidad de La Habana sin Elías Entralgo, ya no parece la Universidad de La Habana. […] Ahora no se le encuentra en ningún corredor, en ninguna sala, en ninguna calle. La Universidad sigue siendo la Universidad. Pero ya no podrá ser la misma Universidad. Sé que él me entendería…”.

Las palabras del historiador Sergio Aguirre, publicadas en el diario Granma,(1)  ilustran acerca del vacío que causó la partida física de quien fuera su maestro y amigo, y uno de los docentes más admirados en el Alma Mater.

A las cinco de la madrugada del domingo 4 de septiembre de 1966 falleció el doctor Elías Entralgo. Semanas antes, en el Pabellón Borges del hospital General Calixto García, en espera de una operación quirúrgica, tenía sus libros y papeles, y atendía, según le permitía su estado de salud, sus responsabilidades del Decanato de la Facultad de Humanidades y las revistas Universidad de La Habana y Vida Universitaria.  

“Entralgo sujetó con su palabra a millares y millares de estudiantes; oleadas sucesivas que fueron invadiendo la gran escalinata. Los sujetó para la meditación, el estudio y el ejemplo cívico, no para contenerles el brío renovador”, llamaba la atención Sergio Aguirre sobre la particularidad del ejercicio docente del profesor de Historia de Cuba, reafirmándonos el adagio del pedagogo José de la Luz y Caballero, de que el maestro debe ser “evangelio vivo” para sus discípulos. Y el profesor Entralgo, desde su modestia y brillantez, lo fue para sus alumnos.

La dimensión intelectual de Elías Entralgo resultó tan amplia como su ejercicio docente y de investigación histórica y sociológica acerca de disímiles temáticas y grandes personalidades de la historia y la cultura cubana, sobre las que disertó en sus poco más de seis décadas de existencia. Entre otros nombres que ocuparon su atención destacan José de la Luz y Caballero, Félix Varela, Domingo Del Monte, Diego Vicente Tejera, Luisa Pérez de Zambrana, Narciso López, Enrique José Varona, Fernando Ortiz y Emilio Bobadilla (Fray Candil), a este último dedicó su discurso de ingreso como Académico de número de la Academia de la Historia de Cuba, el 31 de octubre de 1957.

Poseía en su haber tres doctorados en la Universidad de La Habana: Derecho Civil (1927), Derecho Público (1928) y Filosofía y Letras (1929). Sin embargo, refiere la doctora García Carranza que, “[…] paralelamente a su vocación de maestro, ejercía la investigación no solo como complemento a su ejercicio pedagógico, sino también como razón de su vida”(2).     

La relación de Elías Entralgo con el campo bibliotecológico nacional podemos decir que se fortaleció con su responsabilidad como director de la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP) de 1936 a 1948. Entralgo tuvo el privilegio de inaugurar, el 9 de enero de 1947, en la Avenida de Carlos lll, el nuevo edificio de la biblioteca pública más antigua del país y una de las más prestigiosas de América Latina y el Caribe. Asimismo, procuró el crecimiento de sus colecciones bibliográficas, con el fomento del canje y los valiosos donativos de bibliotecas privadas de socios fallecidos.    

De manera particular, su vínculo con la Biblioteca Nacional José Martí se establece con la creación de la Asociación Amigos de la Biblioteca Nacional, fundada por el historiador Emilio Roig de Leuchsenring, en diciembre de 1935, quien nombra a Entralgo para el cargo de vicesecretario. 

En los últimos años de la década del treinta, un grupo de intelectuales y bibliotecarios se encontraba inmerso en el debate nacional por mejorar las condiciones de las bibliotecas, los servicios y la formación del personal que laboraba en ellas, asuntos que canalizaron en la Asamblea Nacional Pro-bibliotecas, evento que tuvo lugar en La Habana, en el mes de noviembre de 1938. Entre los participantes sobresalen José María Chacón y Calvo -entonces director de Cultura-, Carlos Manuel Trelles, Enrique Serpa, Herminio Portell Vilá, Jorge Aguayo, José Antonio Ramos, Dulce María Borrero, Enrique Gay Calbó, María Teresa Freyre de Andrade, Francisco del Valle y Elías Entralgo. 

A inicios de los sesenta, su presencia en la Biblioteca Nacional lo llevó a disertar sobre asuntos tan importantes como la revaloración de los estudios de la Historia de Cuba, así como el ideario del patriota, poeta y periodista santiaguero, Diego Vicente Tejera. Por entonces, ocupaba la presidencia de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco, responsabilidad que desempeñó hasta su muerte. Como parte del ciclo El pueblo de Cuba y su historia, pronunció la conferencia “Las grandes corrientes políticas en Cuba hasta el autonomismo”, en el Salón de Actos, el 23 de agosto de 1961, extenso y analítico texto que, con posterioridad, publicó la Revista de la BNJM. 

Elías Entralgo Vallina nació el 28 de marzo de 1903, en la casa con el número 12 de la calle Peña Pobre, en la zona más antigua de La Habana. Su padre, Elías Entralgo y Morán, quien también escribía, había sido comandante del Ejército Libertador y ayudante del general Adolfo del Castillo. 

Con motivo del 85 aniversario del nacimiento del doctor Entralgo Vallina, la Revista de la BNJM publica una aproximación bio-bibliográfica del eminente profesor cubano, a cargo de la bibliógrafa Araceli García Carranza, homenaje este que abre el camino a la investigación de un maestro integral que inspiró a generaciones de jóvenes, cuya obra escrita cimenta la comprensión de diversos procesos de nuestra cultura e identidad nacional.  

(1) Diario Granma, 11 de septiembre de 1966.
(2) Araceli García Carranza. “Aproximación bibliográfica al doctor Elías Entralgo Vallina. En el 85 aniversario de su nacimiento”. En: Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. (1) ene.-abr. 1988, p. 129.