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Foto de Sobre Don Antonio Bachiller y Morales a propósito del 7 de junio, Día del Bibliotecario

Sobre Don Antonio Bachiller y Morales a propósito del 7 de junio, Día del Bibliotecario

7/6/2022
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí

Fragmentos de un extenso ensayo 

Cuando se sentían en Cuba los primeros aires del liberalismo como consecuencia de la constitución que se había promulgado en España, nace en La Habana, el 7 de junio de 1812, don Antonio Bachiller y Morales, una de las más relevantes personalidades de la vida intelectual y cultural de Cuba en el siglo XIX.

Fue el primer hijo del matrimonio del Teniente coronel de Infantería del Regimiento de Puebla de los Ángeles, en México, Gabriel Bachiller y Mena, y de Antonia Morales Núñez del Castillo, quienes además fueron los padres de sus hermanos Gabriel y Asunción.

Las circunstancias de nacer en un hogar acomodado le permitieron cultivar su privilegiado talento y hacerse de una vasta cultura que puso a disposición de su patria, luchó incansablemente en pro de la cultura de Cuba en todos los campos del conocimiento humano, a los que dedicó su atención.

Realiza parte de sus estudios en el Real Seminario de San Carlos y San Ambrosio los cuales continúan en la Real y Pontificia Universidad de La Habana donde cursó estudios de lógica, metafísica y moral.

Obtiene grado de Bachiller en Leyes en 1832 y dos años más tarde el de cánones. Ocupa la cátedra de ésta sin haber llegado aún a la mayoría de edad, fue propuesto por el profesor titular de la misma. En 1837 alcanza la Licenciatura en Derecho Canónico y en 1838 tras brillantes exámenes rendidos en la Real Audiencia de Puerto Príncipe recibe el título de abogado. De esta su estancia en Camagüey nos legó sus impresiones tituladas “Recuerdos de mi viaje a Puerto Príncipe”, publicados en la revista La Siempreviva, los que constituyen un fresco de las costumbres de la región agramontina en aquella época.”.

La obra de Antonio Bachiller y Morales como toda obra auténtica trasciende su época..

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. Con clara visión supo lo que Cuba necesitaba, de ahí sus estudios sobre agricultura, jurisprudencia y educación. Planteó tempranamente la urgente necesidad de superación que requerían los cubanos para poder enfrentarse al nefasto poderío colonial. Con sobrada justicia se le reconoce su misión de abrir surcos, sembrar ideas, mostrar caminos, acciones que se propuso en beneficio de sus contemporáneos.

Al ocurrir su deceso el 10 de enero de 1889, una nota necrológica resume en admirable síntesis la trayectoria de este cubano excepcional: “Poeta en sus mocedades, autor dramático, periodista toda su vida, arqueólogo, jurisconsulto, abogado en ejercicio, filósofo, administrador inteligente de la vida pública, profesor, autor de obras, crítico activo, miembro de numerosas corporaciones científicas y literarias dentro del país y en el extranjero, concejal, propietario y hasta hombre de negocios”.

Al estallar la Guerra de los Diez Años, Bachiller y Morales suscribió  documento en el que reclamaba una amplia autonomía para Cuba como único medio para terminar el conflicto. Esto provocó la ira de los voluntarios quienes en venganza asaltaron y saquearon su residencia. Años después lejos de la patria recibiría la infausta noticia de que uno de sus hijos había sido vilmente asesinado a machetazos, en un  hospital de sangre , por la soldadesca colonialista. .

Sufrió en su carne los tristes problemas de una patria colonizada y como ellos los estudió y propuso remedios a los más urgentes.

En el prólogo al epistolario de don José de la Luz y Caballero que publicara la Universidad de La Habana bajo el Título “De la vida íntima”, el Dr.Elias Entralgo atribuye dos cualidades sobresalientes a los grandes cubanos del s. XIX: la curiosidad y el enciclopedismo. Bachiller poseyó en alto grado ambas cualidades, su curiosidad insaciable lo llevó a las más disímiles lecturas y a estudios casi contrapuestos. Es esta universalidad de sus estudios la que lo sitúa entre los grandes enciclopedistas cubanos que influenciados por la literatura francesa cumplieron su misión en medio de las circunstancias de su época.

Bachiller escribió de prisa, pero nos legó una obra inmensa inapreciable dispersa en publicaciones cubanas y extranjeras De su inmensa obra la más relevante y por la cual es conocido como el padre de la bibliografía cubana, como lo calificara con justicia Carlos M. Trelles y Govín , el más grande de los bibliógrafos cubanos, resultan sus Apuntes para la Historia de las Letras y de la Instrucción Pública de la Isla de Cuba la cual fuera publicada en La Habana entre los años 1859-1861.  El primer trabajo de carácter bibliográfico que Bachiller diera a conocer en el segundo tomo de esta obra aparece bajo el título: Publicaciones Periódicas- Catálogo razonado y cronológico hasta 1840 inclusive. El autor estimó que este catálogo debió publicarse con el de libros y folletos, pero estimó con certeza que “el periodismo es la mejor expresión del movimiento literario de un pueblo” y por ello le dio prioridad. Concepto valedero aún en nuestros días, ya que las publicaciones periódicas por su mayor y más rápida frecuencia aparecen primero que en los libros los últimos nuevos conocimientos. Inicia así Bachiller el cultivo en nuestro país de nuestra bibliografía nacional, memoria viva que rescata nuestras experiencias como pueblo. Su siguiente y no menos relevante experiencia bibliográfica aparece en el volumen tercero de estos Apuntes … bajo el título Catálogo de libros y folletos publicados en Cuba desde la introducción de la imprenta hasta 1840.

Bachiller consideró este Catálogo… una obra incompleta en la cual invirtió “tiempo y fatigoso trabajo, atendidas las circunstancias locales”.

Verdadera proeza cultural en una época tan ajena a intereses humanistas y culturales. Pero esta obra iniciadora y fundadora del erudito Antonio Bachiller y Morales no solo desborda su época, sino que es también obra auténtica y perdurable porque trasciende a sus contemporáneos, entusiasma con su aporte a otros eruditos que aprovechan la tregua fecunda del 78 al 95 para publicar fundamentalmente en la Revista de Cuba suplementos y adiciones a su obra bibliográfica primera.

 Nuestro José Martí admiro al polígrafo mayor de la Cuba colonial. Algunas de las palabras del Apóstol publicadas en El _Avisador Hispanoamericano, en New york, el 24 de enero de 1889 lo describen para siempre:

“ Americano apasionado, cronista ejemplar, filólogo experto, arqueólogo famoso, filósofo asiduo, abogado justo, maestro amable, literato diligente, era orgullo de Cuba Bachiller y Morales, y ornato de su raza. Pero más que por aquella laboriosidad pasmosa, clave y auxiliar de todas sus demás virtudes… fue Bachiller notable cuando pudo abandonar a su país…. Dejó su casa de mármol… y sin más caudal que su mujer, se vino a vivir con el honor, donde las miradas no saludan y el sol no calienta a los viejos, y cae la nieve”.