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Foto de De la historia contada por las revistas cubanas de los sesenta. Cuando aquel joven poeta descubrió un museo y se convirtió en periodista

De la historia contada por las revistas cubanas de los sesenta. Cuando aquel joven poeta descubrió un museo y se convirtió en periodista

24/7/2022
Por: Vilma N. Ponce Suárez, Biblioteca Nacional José Martí

En el verano de 1966 el pinareño Félix Contreras decidió residir en La Habana, sin tener si quiera una casa dónde vivir y trabajar en esta ciudad. Había terminado los estudios en la Escuela de Instructores de Artes y sus primeros poemas acababan de salir publicados en el libro “Cinco poetas jóvenes”, del sello Cuadernos Girón, del cual era también el autor del prólogo. Esas líneas fueron las que impresionaron al Jefe de Redacción de “Cuba”, el periodista español Darío Carmona, quien fue al encuentro de Contreras, aún sin conocerlo. Lo buscó un día en la cafetería de la UNEAC vistiendo saco y corbata, blandiendo en su mano el cuaderno de poesías y preguntando: - ¿Quién es Félix Contreras? La propuesta que le hizo al joven fue inesperada ¿acaso era una broma? ¡redactar crónicas y reportajes para la revista!. - “Pero señor, yo sólo escribo poemas”. A lo que Carmona respondió: “Sí, sí, eso es lo que yo quiero, que un poco con la técnica con la que tú redactaste el prólogo de tus poemas escribas también cosas”.(1 )

 Félix Contreras cuenta que al siguiente día visitó la sede de la revista “Cuba”, ubicada en el sótano del edificio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar). La propuesta de Carmona era que saliera a la calle y que escribiera sobre aquello que le gustara. Le aconsejó cumplir con determinadas normas de redacción esenciales: debe ser un texto atractivo, que llame la atención a los lectores y que posea elementos literarios. Así, caminó por la Avenida Paseo del Vedado habanero hasta que en la esquina de 17 y E quedó deslumbrado frente a una suntuosa mansión. Unos albañiles que trabajaban en el lugar le ofrecieron algunos datos sobre los antiguos dueños de aquella casa y le explicaron que desde el 24 de julio de 1964 se había convertido en el Museo Nacional de Artes Decorativas. No lo dudó, este sería el tema de su primer trabajo periodístico. Con esa información partió hacia la Biblioteca Nacional José Martí para obtener más detalles. “Esta biblioteca se convirtió en mi casa”, nos dijo Contreras en la entrevista (2 ) . A partir de ese momento, cada vez que preparaba un reportaje acudía a dicho recinto, donde era recibido por las atentas bibliotecarias que le ofrecían asesoría y las referencias que necesitaba.

Su crónica ocupó un espacio privilegiado en el número de junio de 1966 de la revista “Cuba”, con un total de nueve páginas, las que incluyeron numerosas fotografías en blanco y negro y a color de las salas y objetos exhibidos en el museo, tomadas por el experimentado fotógrafo Carlos Núñez. Incluso la contraportada y su reverso, diseñadas por Alexis Durán, correspondían a este trabajo. Con el sugerente título “La casa de las 40 puertas”, Félix Contreras relató anécdotas acerca de sus antiguos moradores y abordó algunos aspectos de la historia de la mansión y la formación de sus colecciones. Destacó, además, que el museo era visitado cada día por cerca de 150 y 200 personas, quienes no sólo podían apreciar las obras, sino también, asistir a conferencias, charlas especializadas y disfrutar de filmes documentales sobre diversos temas relacionados con las artes(3 ) . El vuelo poético afloró en estas líneas al describir el patio de la mansión: “(…) un cuarteto de estatuas simbolizan las cuatro estaciones. Tres sanas muchachas escenifican las tres primeras estaciones y un viejo, tallado en piedra francesa, el frío perenne de un invierno petrificado”(4 ).

En “Cuba”, el poeta devenido periodista estuvo entre los autores más productivos (5 ). Para esta publicación redactó múltiples reportajes ideados durante sus recorridos por toda la Isla. Asimismo, entrevistó a intelectuales y deportistas cubanos y de otros países, al tiempo que consolidó su formación literaria bajo el influjo de Darío Carmona, Lisandro Otero, y de la atmósfera cultural que existía en ese colectivo. Mientras, daba a conocer sus poemas a los coetáneos en las reuniones de las Brigadas Hermanos Saíz y en suplemento cultural “El Caimán Barbudo”, del cual fue uno de sus fundadores. 

Félix Contreras pasó a ser miembro oficial del grupo de Redacción de “Cuba” en octubre de 1968. En esa misma fecha “La Gaceta de Cuba” publicaba un texto del poeta Helio Orovio en el que refiriéndose a su amigo aseveró: “Un día muchos sabrán que el “pinareño ausente” fue iniciador de muchas cosas en nuestro movimiento de los años sesenta”.(6 )

(1 ) Contreras, F.: Entrevista concedida a Hilda Pérez Sousa, Alicia Sánchez del Collado y a la autora. La Habana, 14 de octubre de 2016.

 (2 ) Ob. cit. 

 (3 ) Contreras, F.: “La casa de las 40 puertas”, Cuba, 50: 34-43, La Habana, junio de 1966. 

(4 ) Ob. cit. 

(5 ). Ponce Suárez, V., Pérez Sousa, H., y Sánchez del Collado, A. La revista Cuba: sus rasgos distintivos y mediadores comunicacionales en el contexto histórico del periodo 1962-1969. (Informe de investigación inédito), La Habana: Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, 2018.   

(6 ) Orovio, H.: “Guayabera al viento”, La Gaceta de Cuba: 11, La Habana, septiembre-octubre de 1968. 


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