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Foto de Homenaje.Palabras conclusiones de la Dra. Aracelis García Carranza en el Coloquio de la Sección de Cultura de la SEAP el 10 de junio de 2022 en homenaje a los Bibliotecarios cubanos.

Homenaje.Palabras conclusiones de la Dra. Aracelis García Carranza en el Coloquio de la Sección de Cultura de la SEAP el 10 de junio de 2022 en homenaje a los Bibliotecarios cubanos.

21/8/2022
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí

Lugar: sede de la SEAP

Queridos todos,

Con breves palabras clausuro este Coloquio, porque las clausuras deben ser siempre breves.

La Cultura cubana le debe en gran medida a la SEAP y sus sólidos orígenes, precedida en el tiempo por la introducción de la imprenta (1707), la fundación de la Universidad de La Habana (1728), la publicación de la Gaceta de La Habana (1764) y del Papel Periódico de La Habana (1790), esta institución y su Biblioteca fueron fundados en los principios del Siglo XVIII, cuando se acentúa el movimiento editorial en Cuba y se aprecia el contraste entre la penuria de la cultura tradicional y la súbita lozanía de la nueva cultura, que indicaba que sus orígenes eran esencialmente modernos.

De manera que en nuestro siglo de las luces figura la SEAP como institución relevante, que la enorgullece y sigue enorgulleciendo a Cuba y ahora nosotros nos honramos al celebrar su 230 aniversario.

En especial a mí me une a la SEAP la Revista Bimestre Cubana, ya que a instancia de la inolvidable y sabia directiva de la Bimestre la Dra. María Teresa Freyre de Andrade, cumplía de mediadora en los años 60 el Índice de esta revista, el cual pude publicar en 1968, cuando apenas me iniciaba en estas lides y unos años después asistí a su refundación bajo la dirección del inolvidable Julio García Oliveras, quién con verdadero impulso juvenil me visitaba en la Biblioteca Nacional mientras gestionaba cada número de la Bimestre,  Revista que hizo suya.

No olvido que García Oliveras republicó mi Índice y me convirtió en su asesora, con la nobleza y la generosidad que le caracterizaron, sin olvidar su valentía ante los deberes de la Patria. De aquellos encuentros en la Biblioteca Nacional, surgió una sincera y respetable amistad entre nosotros. Prueba de que fui su asesora, según él lo decidió, es el crédito que aparece en las bimestres de su época y el Diploma de Honor que me entregara en este mismo teatro en el año 2012, firmado por la Dra. Daysi Rivero, Presidenta y él como vicepresidente Primero de la SEAP, y ahora, diez años después, otro inolvidable reconocimiento en este 230 aniversario.

Es innegable que la Revista Bimestre Cubana llena una de las páginas más brillantes de la historia de la prensa cubana. Solo compatible con la revista de la Biblioteca Nacional de Cuba.

Instruir, deleitar,  aportar nuevos conocimientos y radicar la afición a la lectura, fueron sus propósitos. Además, contó con las más reconocidas plumas del Siglo XIX.

Recordemos que en 1830, la Comisión de Literatura de la Real Sociedad Patriótica acordó publicar un periódico bimestre, y en 1831, Domingo del Monte propuso llevar a cabo este proyecto, que decidió con su esfuerzo personal el ilustre catalán Mariano Cubí y Soler, bajo el título de Revista y Repertorio Bimestre de la Isla de Cuba.

Ya en 1832 José Antonio Saco fue su nuevo director. Años después la mano de hierro de Tacón determinó el cierre de la Revista y el destierro de Saco, ya que una publicación que se refería a la abolición de la Trata de esclavos, no podía vivir en una colonia española.

Pero en 1910, bajo la sabia dirección de Don Fernando Ortiz reaparece la Bimestre. En su número primero su nuevo director valora la Revista, cuando al dirigirse a los lectores les dice que se abre de nuevo el histórico sagrario de nuestra cultura y hasta 1959 Don Fernando Ortiz hizo posible que este fuera legítimo orgullo de Cuba.

Nuestro Tercer Descubridor no solo fue su director- editor, sino su más ilustre colaborador, publicó en ella La Filosofía penal de los espiritistas y Las responsabilidades delos Estados Unidos de América en los males de Cuba, entre otros textos.

Es preciso también recordar el papel del Dr. Elías Entralgo Vallina, quién sustituyó a Don Fernando Ortiz en 1931, cuando la tiranía del general  Gerardo Machado Morales provocó en Cuba una situación verdaderamente caótica. Don Fernando Ortiz vivió en Washington a partir de este año como desterrado voluntario y como embajador antimachadista. La Tiranía quiso repetir lo sucedido en el Siglo XIX, pero la Bimestre siguió su vida normal. Elías Entralgo lo explica en sus Motivos Centenarios, articulo que publicara en ese mismo año 1931, en el V.27 de la propia Bimestre, donde califica el destituir a José Antonio Saco y a Don Fernando Ortiz como una doble reencarnación espiritual.

Pero no es preciso seguir esbozando la historia de la Bimestre, solo he querido recordar con estos datos mi nexo con la SEAP en los inicios de mi vida bibliotecaria, cuando precisamente, acabo de cumplir 60 años en la Biblioteca Nacional.

Ha sido un tiempo que me ha resultado muy breve, olvídense de los 20 años de Gardel, desde 1962 emprendí mi camino de aprendizaje y servicios, entre jefatura, asesorías, compilaciones de repertorios bibliográficos y experiencias expuestas a través de estudios bibliográfico-críticos, han transcurrido estas seis décadas, durante las cuales he disfrutado en gran medida el servicio y sobre todo cuando he podido servir con mis propios repertorios. 

Nunca he trabajado directamente en la prestación de servicios, aunque todas nuestras funciones deriven en servicios. Sin embargo, desde los primeros años de mi vida laboral, exactamente en la Biblioteca Nacional, me di cuenta que todos los bibliotecarios deben prestar servicios desde cualquier posición que ocupen, ya que la relación con los lectores propicia el camino del conocimiento de ambas partes. El servicio es y debe ser nuestra razón de ser.

Con estas ideas y otras quizás debí intervenir más ampliamente en esta ocasión, pero preferí exponer mis experiencias cercanas a la SEAP a través de lo que pude hacer en los años 60, especialmente con la indización de la Bimestre y unos años después con la ayuda que le presté al Dr. Julio García Oliveras.

Agradezco esta posibilidad de hoy, especialmente a mi querido Fernando Rodríguez Sosa, amigo de tantos años, gracias a la dirección de la SEAP, en especial a Nuria Gregory, a quién conozco y admiro desde hace años, también al querido amigo Virgilio López Lemus, a todos los presentes y a todos los que hacen posible este reconocimiento de hoy.

Muchas gracias.