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Foto de Fina en la Biblioteca Nacional…….y Cintio

Fina en la Biblioteca Nacional…….y Cintio

1/5/2023
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí

Como en una cinta cinematográfica recuerdo los años de trabajo junto a Fina y Cintio, y  me resulta difícil referirme a Fina sin Cintio y viceversa. Coincidimos en el Departamento  Colección Cubana desde el año 1962 y después yo sería la jefa de ese Departamento  hasta 1979. De manera que cuando el Director Sidroc Ramos me nombró jefe me convierto en jefe de quienes no necesitaban jefaturas; fui jefe de intelectuales inmensos que iluminaron  la Biblioteca Nacional  con sus bellísimas iniciativas convertidas en obras literarias que desde entonces prestigian y prestigiaran la cultura cubana de hoy y de siempre.

Por suerte a pesar de mi juventud los respeté, los aprecie y los apoye aún en medio de complejas circunstancias.

En aquellos años Fina y Cintio desplegaron una actividad gigantesca , baste recordar más de 20 conferencias y las jornadas martianas, además del inmenso servicio prestado a los Seminarios Juveniles Martianos y muy especialmente la participación de ambos en la Mesa Redonda de la Universidad de la Sorbona , en Paris       y en el Coloquio de Burdeos.   

Sin embargo de todos esos años viene a mi mente la forja de la Sala Martí inaugurada por un anciano venerable  el Dr. Manuel Pedro González, el 28 de enero de 1968, fue ` un domingo de mucha luz` , como     titula Fina uno de sus más bellos ensayos ,  a las 10 de la mañana, aquella fue una inauguración conmovedora por la devoción que se percibía en el Salón de Actos de la BN, en esa ocasión casi vacío. En su discurso inaugural  el Dr Manuel Pedro Gonzales expresó que la Sala era el más grande monumento a Martí hasta esa fecha. Luego transcurrieron algunos años y aquí es donde recuerdo a Fina sin Cintio, aunque  con Cintio cerca ,siempre insimismado en sus investigaciones, porque era Fina quien dirigía las visitas en la Sala Martí, ministrando la prédica martiana a niños y jóvenes de todas las edades. Fina crecía ante quienes la escuchaban y  mientras hablaba se transformaba, sus clases resultaban una cátedra de ética como su vida misma. Para Fina ser martiano y así se lo escuché en ocasiones, era  ser bueno y útil por encima de intereses personales y brindarle a todo ser humano el aprecio que merece quien quiera que este fuera . 

Sin perder de vista objetivos  históricos y literarios Fina ejercía desde entonces el código de ética totalmente contrario al utilitarismo. La Sala fue un verdadero santuario en el cual Fina con sus magistrales visitas dirigidas predicó el misterio del pensamiento del Apóstol.. En aquella Sala se respiraba un ambiente de respeto tal que era como si allí hubiese estado Martí sentado en el sofá que ocupaba un lateral. Y vuelvo a Fina y Cintio y a Cintio y Fina porque ambos crearon aquel monumento que se llamó Sala Martí y que se convirtió en 1977 en Centro de Estudios Martianos , institución que por su producción intelectual y por su recepción martiana  es hoy en día una de las más prestigiosas instituciones de Cuba.

En la Sala Martí las altas estanterías abiertas  (los usuarios accedían a ella directamente) fabricadas por las sabias y humildes manos de Aurelio Cortés, quien trabajó voluntario para la Biblioteca Nacional  durante años, resguardaban muy bien organizadas las bibliografías activa y pasiva de José Martí y una bibliografía complementaria acercaba al estudioso al modernismo, al arte universal y a las historias y literaturas de España y Estados Unidos, entre  otras temáticas.

La Sala fue amueblada con útiles usados de la Biblioteca Nacional  y en sus paredes fueron colocadas fotocopias del Manifiesto de Montecristi; y de Martí en Jamaica, entre otros cuadros y en una de sus vitrinas los libros leídos por José Martí donados a la Sala por el Dr. Julio Le Riverend Brusone , estos habían pertenecido a Emilio Roig de Leuchsenring .  Con orgullo y veneración  se organizaron y guardaron en sobres de manila  los manuscritos que de Martí poseía la Biblioteca Nacional y se mostraban los impecables y artesanales álbumes de fotos que atesoraba   la Sala en aquel entonces. Los álbumes fueron hechos a mano por   mi hermana Josefina.

Más tarde allí fueron creciendo los catálogos del primer volumen  de la edición crítica de las Obras Completas  de José Martí por iniciativa de Cintio y la estrecha colaboración de Fina.

Fueron años de gloria todos los que disfrutamos de la fundación de aquel monumento vivo a Martí. En aquella  Sala sentíamos al Apóstol en la palabra de Fina y de Cintio, quienes atendían con el mismo respeto y  cariño  al Canciller de la Dignidad Raúl Roa Garcia, al inmenso Juan Marinello,   al poeta salvadoreño Roque Dalton o al amigo Ivan Shulman, entre otros intelectuales,  quienes los visitaban con frecuencia,  así como  a cualquier otra persona por muy humilde que esta fuera.

Esta imagen de Fina en la Sala Martí creo enriquece  la imagen de la mejor poetisa del siglo XX cubano, la única mujer que integro el Grupo Orígenes, uno de los movimientos poéticos más relevantes del idioma español.  

Pero Fina no solo fue fundadora y guía excepcional  de la Sala Martí, su obra descrita y sistematizada en su bibliografía que compilamos  mi hermana Josefina y yo y que publicamos en la Revista de la Biblioteca Nacional en el año 2003, da fe de su obra extraordinaria . Homenaje permanente porque es obra de presente y de futuro.

  No olvidemos que en aquellos años 60 y 70 durante su estancia en el Departamento Colección Cubana de la Biblioteca Nacional escribe y publica con Cintio Vitier Temas martianos, en 1969,ambos dialogaron con Marti desde la poesía y desde la prosa, y en 1970  Hablar de la poesía y sus Visitaciones  ,Según Eliseo Diego en este último libro  se encuentran algunos de los poemas   de más apasionada belleza que se hayan compuesto en lengua española , y en Hablar de la poesía Fina nos confiesa que  la poesía estaba para ella en una dimensión nueva de lo conocido  o acaso  en una dimensión desconocida de lo evidente .

 En 1969 la dama de los ensayos brillantes da a conocer   en la Revista de la  Biblioteca Nacional sus Estudios Delmontinos , y en  1971 Becquer o la leve bruma  , y un año antes escribe  sobre Manuel de Zequeira y Arango  y  más tarde sobre Sor Juana Inés de la Cruz, este último publicado en la revista puertorriqueña Sin Nombre,  en 1976 ,y en 1978 aparecen  sus Páginas escogidas.

 De su poesía da a conocer sus créditos de Charlot en la Gaceta de Cuba, en 1978, en estos versos nos deslumbra cuando observa  que a  los  films de Chaplin no es que les  falte el sonido , es que tienen el silencio. En  otras publicaciones nacionales y extranjeras da a conocer En la muerte de Ché Guevara y  A los héroes de la resistencia en el llano, en 1971, y en 1972, sus poemas A Bola de Nieve y A Rita en la revista Unión, y muy especialmente es preciso recordar   sus investigaciones para Flor oculta de poesía cubana (1977) y sobre la obra de Juana Borrero (1978) con Cintio Vitier .En Flor oculta muestran y demuestran como de la pequeña poesía surge    la gran poesía . Esta obra fue ilustrada por otro intelectual de talla ,  el poeta  Samuel Feijoo. 

Y en 1977 el Dr. Armando Hart Dávalos crea el Centro de Estudios Martianos en la propia Biblioteca y ellos se trasladan a esta institución,  el Centro  permanecería  en la hoy Galería El Reino de este mundo hasta 1982 , fecha en que se mudan a la casa de Tete Bances , viuda de Martí, hijo , donde permanece hasta nuestros días .   

De antes  de los 70 y después de esta fecha da fe de su obra poética y ensayística  la bibliografía a que me referí antes publicada en la Revista de la Biblioteca Nacional  en el 2003, en el número dedicado a Fina por sus 80 años. Un número precioso donde el director de la Biblioteca Nacional en aquellos años Eliades Acosta Matos   da a conocer. en el umbral de la Revista .el donativo de los documentos que hiciera Fina, pertenecientes a su padre , el eminente medico  Sergio  Garcia Marruz. A continuación  algunos detalles del   sumario el cual se inicia con  su ensayo. En torno a un cuento y una novela de Gabriel García Márquez, insuperable estudio y critica. sobre El amor en los tiempos del cólera, y a  continuación Cintio se refiere a la poesía de  Fina desde su antología Diez poetas cubanos (1948)y recuerda que en su obra  Cincuenta años con la poesía(1900-1952) destacaba  en Las miradas perdidas (1948) el sabor de lo cubano , los misterios católicos y la intimidad de los recuerdos  ;  Monseñor Carlos Manuel de Céspedes utiliza un verso de Fina para su texto `Su suavidad de hierro indoblegable`, dedicado a Cuba, que por concentración de esencias vale para definirla; a continuación un testimonio de Rafael Cepeda y el prólogo de Jorge Luis Arcos a la antología poética publicada en México . en el año  2002; Roberto Méndez en su texto Las nupcias del ojo y lo mirado se  acerca a  las preocupaciones teóricas de la plástica y a las referencias a artistas y sus obras ,  de las que se apropia Fina en su poesía y prosa, desde su juventud hasta su plenitud; Rafael Almanza señala que estamos aún muy lejos de haber calibrado mínimamente la conciencia de la poesía de Fina  ; Carmen Suarez León identifica a Gabriela Mistral y a Fina como las dos cumplidas receptoras del verso martiano , capaces de dialogar con el Apóstol desde sus inigualables  y poderosas voces : Mercedes Santos Moray afirma también que Fina desde su sencillez  dialoga con   Martí : Mayerin Bello la acerca a un vecino entrañable: Eliseo Diego y destaca la afinidad de sus poéticas:   Ivettte Fuentes testimonia que Agustín Pi la comparó con Fina y ella se lo atribuya a las miradas perdidas;  Elina  Miranda Cancela ve y siente a Fina visitada por Anacreonte; Caridad Atencio se refiere al tiempo, que no es más que un infinito vacío,   en la poesía de Fina ;  Ana Cairo Ballester recuerda el texto que presentó Fina , en 1984, en el Coloquio sobre Darío y Martí , su hermoso ensayo sobre   lo germinal americano;  Susana Cella no olvida la gravedad y la gracia en la poesía de Fina ; Abel Cotelo se detiene en el nombrar las cosas de una manera distinta en la poesía de Fina ; y Adolfo Ham a su religiosidad presente  siempre en su obra ; más los poemas de Clara Gómez de Molina, Miguelina Ponte y Darío García Luzón así como el inventario precioso de su obra compilada por mi hermana Josefina a quien pude ayudar como coautora , textos  que  hacen de este número de nuestra Revista, no sólo un número antológico sino un homenaje perdurable a quien iluminó la Biblioteca Nacional durante los quince años en que trabajó en ella y para ella. .            

Es innegable que este matrimonio admirable de Fina  y Cintio incorporo  a sus propias naturalezas la vida y la obra de José Martí. En ellos la coherencia de ideas, la fuerza moral, y la exegesis  martiana fueron constantes en sus creaciones literarias y ante los embates de la vida. 

Los recordaremos siempre en nuestra  Biblioteca Nacional , sirviendo a todos los lectores , como los incansables investigadores de Colección Cubana donde realizaron la inmensa labor que   se describe y sistematiza en sus bibliografías, especialmente en el periodo 1969---1977 engalanado  por sus brillantes ensayos , la excelencia de sus poesías y la lucidez  de ambos al repensar a Martí.. . 

Y como es difícil hablar de Fina sin Cintio y viceversa  debemos seguir rindiéndoles tan merecidos  homenajes   a quienes honraron a Cuba con  talento, decencia, prestigio, sabiduría, nobleza  y disciplina: única aristocracia verdadera.

Y así recordaremos a Fina y a Cintio en la Biblioteca Nacional de Cuba.  

Palabras pronunciadas en el Panel de Homenaje y Recordación a Fina Gracia Marruz en su Centenario, 29 de abril de 2023, Teatro Hart, Biblioteca Nacional