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Otra rosa para Ana Cairo Ballester. Testimonio
3/4/2024
Por: Araceli García Carranza, Biblioteca Nacional José Martí
A
cinco años de su desaparición física acaecida el 3 de abril del 2019 recuerdo a
Ana Cairo Ballester prestigiosa historiadora, ensayista, investigadora y
profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana,
donde alcanzó el grado de Dra. en Ciencias Filológicas en 1985. Treinta años
después recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas que
otorga la República de Cuba.
Como
profesora supo anexar a su aula las amplias salas de la Biblioteca Nacional de Cuba,
en especial la Sala del Dpto. Colección Cubana. Entendió que nuestra
institución es otra universidad donde los bibliotecarios también somos
pedagogos. En este recinto abrió las puertas del conocimiento a sus alumnos,
mientras ella se convertía en una referencista nuestra.
Ana
Cairo como otros relevantes intelectuales cubanos que le antecedieron
intercambiaba conocimientos con quienes le servíamos y de esa retroalimentación
ya había surgido una nueva Biblioteca Nacional, a partir de los años 60.
En
especial Ana consultó y estudió la papelería que de y sobre su obra donara a la
Biblioteca Nacional el inmenso escritor y novelista Alejo Carpentier. Y con
ella pude ejercer la información agresiva, ya un tanto en desuso, ofreciéndole
y buscándole más información de la que ella demandaba.
Durante
años la vi nacer y crecer como intelectual y como humanista. Alumna predilecta
del sabio Juan Pérez de la Riva asimiló lo mejor de su magisterio, en la década
del 70. Años después su ayuda en la redacción de la Revista de la Biblioteca
Nacional fue muy notable, especialmente en algunos números monográficos como
los dedicados a Roberto Fernández Retamar, Cintio Vitier y Fina García Marruz.
Sin olvidar la excelencia de sus numerosas colaboraciones en esta publicación.
De
su hermoso legado a la cultura cubana, surgido de su talento, laboriosidad y
esfuerzo personal es preciso destacar: El Movimiento de Veteranos y Patriotas
(Premio de ensayo del concurso 26 de julio, 1975). El Grupo Minorista y su tiempo
(1978). Letras. Cultura en Cuba en 8 tomos (1983- 1993). Insurrección y
revolución en la Universidad de La Habana, Cuarta parte de la Historia de La
Universidad de La Habana, 1984). La Revolución del 30 en la narrativa y el
testimonio cubanos (1993). 20 de mayo ¿fecha gloriosa? (2002). José Martí y la
novela de la cultura cubana (2003, 2014) y Bembé para cimarrones (2005)
(Presencia del negro en Cuba, obra utilizada en el programa Universidad para todos
(2013).
Es
relevante también su colección de libros en torno a personalidades: Mella: 100 años
(2003). Heredia entre cubanos y españoles (2003). Máximo Gómez: 100 años
(2005). Viaje a los frutos (Fidel Castro visto por intelectuales cubanos
(2006). Antonio Guiteras: 100 años (2006). Raúl Roa: imaginarios (2007). Carpentier
y la grandeza mexicana (2008). Eduardo Chabás: imaginarios (2010), y El Padre
Las Casas y los cubanos (2011). Bibliografía enriquecida aún más con numerosos
artículos y ensayos publicados en Cuba y en el extranjero.
Nuestra
amistad, ley hermosa del alma, al decir de nuestro José Martí, surgió del
intercambio de conocimientos y del servicio bibliotecario. Soy testigo de su
crecimiento intelectual y de cómo se convertía en una especialista más de
nuestra Biblioteca, que como a todos los bibliotecarios verdaderos la
caracterizó siempre su humildad y su modestia.
Juntas
recibimos la Distinción por la Cultura Cubana en diciembre de 1994 y juntas
publicamos la antología La Cultura cubana en artículos, crónicas y otros textos
de Alejo Carpentier, en la colección Alcance a la Revista de la Biblioteca
Nacional (1989). Además, aparece mi Bibliografía de bibliografías martianas en
la edición a su cuidado de José Martí: volumen 2 (Valoración Múltiple, 2007),
mi Bibliografía selecta de Máximo Gómez, en su Máximo Gómez: 100 años (2006) y
para su selección de textos Carpentier y la grandeza mexicana (Coahuila, 2008)
escogió mi ensayo bibliográfico crítico sobre México en la obra del novelista
cubano.
Y si
Ana me ofreció una rosa en su generoso prólogo a mi libro Un camino hacia
Carpentier ahora yo la recuerdo y le ofrezco otra rosa por nuestra amistad, y
por la oportunidad que me dio la vida de poder servirla.